Volviendo al asunto de Nizhny Nóvgorod, entramos en el restaurante ESPAÑOL de la ciudad, que se llama "El toro negro" y que se anuncia con la imagen escaneada a la izquierda, que traduzco para los no rusófonos:
Conoce la nueva pasión...
Restaurante "El toro negro"
12.00 - 24-00
Varvarskaya, 7
cocina española
bebidas típicas
amplia oferta de vinos
interior sofisticado
tres salas, una de ellas VIP
música en directo (viernes y sábados)
menú
banquetes y comidas
fiestas de empresa
precios democráticos (ésta la dejo literal, que tiene su gracia)
descuentos
Dejamos los abrigos en el guardarropa. Sí, ya sé que nunca habéis visto un restaurante típico español en España con guardarropa, pero aquí hubo que hacer una concesión al gusto local, porque, en Rusia, llevar ropa de abrigo en un local está pésimamente considerado y se considera una falta de educación, así que, chicos, o guardarropa o local vacío.
Bueno, o las dos cosas. Porque éramos los únicos clientes, cosa que, a la una y media de la tarde de un viernes, que debería ser hora punta de comidas, por lo menos mosquea un poco. Eso sí, no sería por falta de espacio, porque de eso había de sobra, en los dos colores, rojo y negro, que constituían la estricta paleta cromática del local. No quedaba muy claro por los colores si era una ruleta, un local anarquista o una sede de Falange Española. Seguramente con eso y con un cartel muy racial que ponía "Sevilla" ya tenían el interior sofisticado que anunciaban.
Como ya dije en la entrada de la que procede ésta, éramos cuatro a la mesa. La encantadora chica provinciana, el ruso que un día fue a Málaga y ya no hubo forma de sacarlo de allí y un empleado suyo que no abrió la boca en toda la comida, más que para llenar el buche. Cuando me quedó claro que la chica estaba allí por vez primera y que el empleado del ruso (y a su vez ruso también) iba a poner poco de su parte en la conversación, resolví dirigirme al jefe ruso.
- ¿Y qué tipo de cocina hacen en el local?
- ¡Todo les sale bien! Hay cocina andaluza, catalana, valenciana... y muy bueno. Incluso mejor que en muchos restaurantes de España.
Es verdad que en España es posible encontrar restaurantes muy malos, pero a mí me pareció que los elogios de mi interlocutor debían ser exagerados.
- ¿Y el cocinero es español?
- Sí, sí, tienen un cocinero español.
- Pues qué extraño. Porque en Moscú, que yo sepa, no los hay, y es que no han logrado convencer a ningún cocinero español para que vaya allí a trabajar. Conocí uno de Cullera al que tuvieron una semana en un restaurante español de Moscú para que les enseñara lo básico, y contaba los minutos para volverse a casa, cosa que hizo a los cinco días.
- Pues aquí lo tienen.
Con estas recomendaciones, y aunque íbamos a comer de menú, le eché un vistazo a la oferta. A ver, primeros platos: borsch, schi, solyanka... ¿cocina españolaaaaa? Y una sopa de tomate y zanahoria que llamaban, en español, "сопа де легумбрес", que en nuestro alfabeto es "sopa de legumbres" ¿Legumbres? ¿De verdad el cocinero era español?
Segunos platos. A ver si hay paella. No la había, y casi que era mejor así. Había carne de ternera con patatas (o con alforfón, a elegir), espaguetis carbonara y pelmennis. En el menú no había ni rastro de postres, ni pan blanco, ni café. En vista de la sospechosa situación, opté por una pregunta pérfida, mientras los platos iban llegando y yo me hacía con unos españolísimos espaguetis carbonara.
- Si el cocinero es español, me gustaría saludarlo. No vienen tantos españoles por aquí, y estoy seguro de que no se opondrá a salir a vernos.
Teniendo en cuenta que éramos los únicos clientes, seguramente no estaba muy equivocado.
Llegó la camarera, una jovencita rubia con el pelo recogido en un moño y, eso sí, vestida de rojo y negro en plan bailaora, pero que rezumaba dievushquez por los cuatro costados. A ésa la quería ver yo en un chiringuito de Cádiz sirviendo pescaíto frito a ochenta clientes en hora punta en verano (las doce de la noche, hora de cenar). Aquí, no. Aquí había más camareros que clientes.
- Nos gustaría saludar al cocinero. Nos han dicho que es español.
La chica, todo "gracejo" ella y complicidad con la clientela, nos miró con desdén como preguntándose por qué tenía ella, con lo mona que era y los estudios que tenía, que estar departiendo con aquellos zafios.
- No es español.
- ¿No?
- Hay una chica de Barcelona que vino en abril a enseñar los platos básicos al cocinero de aquí. Esperamos que vuelva.
- Ah.
Miré el menú otra vez. Entre abril y noviembre, parecía que los platos básicos habían sufrido un pequeño cambio hacía un menú más habitual por aquellos pagos, y que la butifarra amb mongetes y la crema catalana se habían vuelto a Barcelona con la misma rapidez que habían venido.
En resumidas cuentas, chicos, que las cosas son como son. Si vais por Nizhny Novgorod, ya sabéis dónde hay un restaurante con vocación española, aunque mentirosillo, porque la vocación no se ha acabado traduciendo en cocina española de verdad. Pero la vocación es importante y, así, no perdamos la esperanza de que con el tiempo, se convierta en algo más serio y alcancen a hacer una tortilla o pongan churros para desayunar. Al tiempo.
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Hace 1 mes
4 comentarios:
Bueno,la próxima vez que os perdáis por las tierras del Lippe o tengáis bajo el colesterol os llevaremos a "Las Vegas" y así de paso hacéis un viaje en el tiempo a la España de postguerra.
Un abrazo a la familia
Parana, no veo el momento de volver a las orillas del Lippe, pero, ¿nos veremos antes, por ejemplo a final de este mes o comienzo del que viene, a las orillas del Turia? :)
A ver si es así, que tenemos muchas ganas de veros.
Aish Alfito, y yo que estaba convencida de que los spaguetti Carbonara eran de origen italiano... Vaaaaaaya por Dios, hay que ir a Rusia (o tener un amigo que viva por aquellos lares) para descubrir que son españoles, aish... Al menos todavía no me has desengañado con la paella y parece ser que sigue siendo originaria de las tierras del Turia...
Besitossssss
La aplastante mayoría de los restaurantes españoles (y no solo españoles) de este país (y de la mayoría de los del mundo) son un fraude donde no se come comida de ningún sitio de España, como mucho, el jamón. Así que es una tontería meterse en ellos con la intención de comer como en casa.
El restaurante español de Dubai era para llorar.
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