Dicen los moscovitas más orgullosos de su ciudad que son maestros en el arte de la iluminación, y que sus monumentos destacan especialmente por la noche, debido al efecto que ocasionan las luces que los apuntan, destacando sobre el resto de la ciudad en penumbra.
Desde otro punto de vista, podría decirse que en Moscú, en cuanto uno se aparta de las calles principales, no se ve tres en un burro, lo cual dice mucho menos del arte de la iluminación moscovita. Y es que estamos en noviembre, el mes gris por excelencia, la zona oscura del año, cuando la gente pasa por la calle entre tristona, porque el tiempo no da para más, y apresurada, porque ya empieza a hacer un biruji que deja a uno tieso a poco que se entretenga en la calle más de lo debido. No es extraño que Rusia sea un país con un nivel más que notable en marcha atlética, e incluso yo mismo he experimentado una mejora que no esperaba cuando vine.
No es una ciudad agradable, Moscú, en esta época del año. La gente espera que nieve dentro de poco, para que la nieve refleje la luz, por poca que ésta sea, y este reflejo dé algo de claridad al ambiente, pero la nieve se está haciendo la remolona ya desde hace un par de años. El año pasado cayó una nevada fuerte y luego las temperaturas subieron, todo se convirtió en un barrizal y el invierno quedó reducido a un par de semanas.
Este año hace más frío, el día se acorta por momentos, la nieve sigue sin aparecer y todo es gris y plomizo. Y si a esto unimos la iluminación de las calles secundarias o de los patios, que quizá evitarían incluso los personajes más tétricos de Dostoyevsky, pues la cosa no pinta demasiado alegre.
Pero eso sí, de repente das la vuelta a la esquina y te encuentras con un foco que refleja de lleno en la iglesia de enfrente. Y te alegras. Deslumbrado, entornando los ojos, pensando en lo bien iluminados que están los monumentos en Moscú y en la madre que parió al encargado de distribuir las bombillas públicas, pero te alegras.
Conflicto Rusia-Ucrania. Actualización mes de octubre
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investigaciones de opinión pública no son confiables porque mucha gente
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Hace 1 mes
4 comentarios:
He de aclarar, para los legos en el vocabulario "Alfín", que "biruji" se puede ya traducir como "frío de pelotas". Por estas fechas nunca entiendo cómo pedo aguatar lo que viene luego...
En cuanto al arte iluminatorio ... ¿se puede ser más hortera con la iluminación del antiguo GUM?. Un año pusieron las bombillas por Navidad, y ahí se han quedado....
Kloonich
Kloonich, desde que Alf anda por esas tierras, y ya son años, nunca ha admitido que hiciera especialmente frío, salvo alguna vez que el termómetro ha pasado de los 20 bajo cero. Estuve hablando con él hace poco y le pregunté si ya hacía frío y me dijo: "no mucho, unos 4º bajo cero". Leche Kloonich para mi eso es "frío de ovarios" como tú dices, vamos que yo no sé si puedo coordinar a esa temperatura...
Alf, Madre del Amor Hermoso, estos rusos... (no sé por qué, de repente me he acordado de Asterix y Obelix, cuando los romanos hacen alguna "de las suyas" y ellos, casi con pena, dicen eso de "estos romanos") En fin, a lo que íbamos: Pero ¿cómo les puede preocupar más que los edificios estén bien iluminados y les da igual la seguridad y la iluminación de sus calles. Vale que con esas temperaturas pocos serán los que se aventuren a pasear de noche por Moscú, pero che, un poquito de lógica, hombre...
Claro que siempre os podeis sublevar y girar los focos de forma que alumbren convenientemente las calles, jejejeje...
Besitossssss
¡Luces en las calles! Es que lo quiere usted todo, eh!
Kloonich, buena aclaración de vocabulario. Y a hacer inventario de ropa de abrigo, que esto todavía no es nada.
Esther, no exageres. Por cierto, por muy oscuras que estén y por mucho frío que haga, por las calles de Moscú siempre hay gente, más o menos, pero gente, incluso de madrugada.
Ginebra, como en el '68: "Sed realistas, pedid lo imposible :)
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