viernes, 16 de julio de 2021

Continúa el crecimiento de los enanos

Así como ayer parecía que la situación era razonablemente complicada, lo de hoy está consiguiendo hacer ver lo de ayer como una banalidad sin importancia.
No sé si los lectores de esta bitácora se han enterado de las inundaciones en Europa Central. Claro, los titulares se los ha llevado Alemania, que es un país grande, donde ha muerto bastante gente y, vaya, quien más quien menos percibe que los alemanes tienen cierta tendencia a mirar a los demás por encima del hombro, y una curita de humildad de cuando en cuando no deja de terciarse (los mismos alemanes denominan este fenómeno con la genuina palabra Schadenfreude).
En Bélgica también esta habiendo inundaciones, porque esta lloviendo lo que no está escrito desde que Noé construyó el arca. El Mosa se ha desbordado en varios puntos, y varios barrios, por ejemplo en Lieja o incluso en Namur, han tenido que ser evacuados de manera terminante; aún así, cuando escribo estas líneas ya van por seis los muertos, pero, como Bélgica no es Alemania, los desastres venden menos.
Claro, uno puede pensar que, después de todo, no me puedo quejar demasiado, porque estoy en Madrid, con tiempo seco y temperatura agradable, ni siquiera muy calurosa. Vale que tengo una hija en plan clausura, otra en el extranjero y en su mundo, y un perro que requiere atención constante, o llora, pero peor sería estar en Bruselas ahora mismo, con la que está cayendo. Literalmente.
Pues no sé, porque a la una y media recibí una llamada de la señora de la limpieza diciendo que había llegado a la casa, para encontrársela completamente inundada, sin luz, y con varios muebles anegados. Las fotos que me ha enviado dan miedo...
Claro, tampoco me puedo quejar demasiado. Después de todo, hay gente que ha muerto, directamente, o tiene sus sótanos anegados por desbordamiento de los desagües o de los ríos, mientras que yo estoy sano y salvo y tengo ante mí la oportunidad de renovar el mobiliario de mi casa; bueno, y el parqué, y me temo que también algún electrodoméstico. Ya lo veré el domingo, cuando aparezca de nuevo por allí e intente encontrar algún sitio seco para dormir, bajo la romántica luz de alguna vela, antes de la ducha fría del día siguiente, pero después de una deliciosa cena a base de conservas sin calentar.

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