viernes, 5 de agosto de 2011

Impostores (VII): el ladrón de Tushino

Lo primero que hizo Basilio IV nada más subir al trono fue traer a toda prisa de Úglich los restos del zarevich Demetrio y exponerlos en la catedral de Arcángel, en el Kremlin, a la vista de quien quisiera cerciorarse de que estaba muerto y bien muerto. Inmediatamente fue canonizado, con el fin inconfesable, pero totalmente real, de poner fin a sus "resurrecciones". Así que, si hay gente que se queja de que Juan Pablo II ha sido beatificado muy rápidamente, con lo de "santo súbito" y esas cosas, no sé qué pensarán de esto, tanto más cuanto que el niño, en vida, no tenía muchos atributos de santidad, como ya se vio.

Pero está visto que Demetrio tenía siete vidas.

No habían pasado ni dos meses, cuando por el sur de Rusia comenzó a rumorearse que Demetrio no había muerto en Moscú. Sin siquiera verlo aparecer, varias zonas del sur proclamaron zar a Demetrio y dejaron de someterse a Basilio IV. A falta de Demetrio, apareció un cosaco, Iván Bolotnikov, que decía ser un voivoda enviado por Demetrio para organizar una campaña contra Moscú. El mismo Andrey Teliatevsky, cuñado del primo segundo... al que ya conocemos dando bandazos, reconoció a este Demetrio que ni siquiera había aparecido. Pero Iván Bolotnikov fue derrotado en Tula, después de que Andrey Teliatevsky, el cuñadísimo, se pasara de bando una vez más, y Basilio IV lo mandó cegar y encerrar. Ya se ve que la cosa estaba calentita.

En verano de 1607, un desconocido levantó la mano en Starodub y dijo que él era Demetrio, que por segunda vez se había salvado de los mercenarios asesinos que pretendían matarlo. Se le conoce como Pseudodemetrio II. Toda la gente con ganas de marcha, que eran muchos, se le unieron: polacos que habían llegado con el primer falso Demetrio y no sabían muy bien qué hacer, campesinos que se habían fugado de sus tierras y, como siempre, cosacos, encabezados por su atamán, Iván Zarutsky, del que volveremos a oír hablar más adelante.

"Resucitado" de nuevo, Demetrio se dirigió contra Moscú, y esta vez con éxito. El ejército del zar Basilio IV fue destrozado, y Pseudodemetrio II llegó a los muros de Moscú. Entonces, Moscú tenía muros; pero Pseudodemetrio II no pudo entrar en Moscú y lo que hizo fue acampar en Tushino.

Tushino era entonces un pueblecito situado a unos quince kilómetros (catorce verstas, si nos ponemos puntillosos) de Moscú. Hoy no es más que un barrio de Moscú, que yo recuerdo con algo de espanto. El caso es que allí se plantó el Pseudodemetrio II con su corte, su Duma, su patriarca y su ejército. Sólo le faltaba una zarina.

¿Sólo? ¡Si eso era lo de menos!

4 comentarios:

elTrauko dijo...

Alfor:
Soy lector ocasional de tu blog, y se me ocurre que quizá podrías ayudarme.

¿que música es esta? -->
http://www.youtube.com/watch?v=9TXIGfL2iFw&feature=player_embedded

Gracias,
y, siempre es un placer leerte.

Alfor dijo...

elTrauko, en este ordenador lo oigo fatal. Veo la historia del famoso aterrizaje de Rust, pero mi ordenador portátil y youtube se llevan fatal.

elTrauko dijo...

Disculpa, me equivoque el enlace es este:
http://www.youtube.com/watch?v=J6NqVS4kKGg

de Kolyma by hitch-hiking de http://www.youtube.com/user/KulevNikita

Gracias

Alfor dijo...

elTrauko, me guardo el enlace para la semana próxima. Ya digo que youtube y mi ordenador de campaña se llevan fatal.