Por unos días, vamos a dejar los asuntillos universitarios (pero volveremos a ellos, ya lo creo), porque estamos de fiesta. Se acerca el Día de la Victoria, que es lo más parecido a lo que en España serían las fiestas patronales. Aquí no se festeja apenas al patrón. El patrón de Moscú es San Jorge, y su festividad es curiosamente, el 6 de mayo, que es cuando estoy escribiendo estas líneas. Pues ni pum. Como si fuera San Crescencio.
La fiesta que sí se celebra es el 9 de mayo, Día de la Victoria sobre la Alemania nazi o, simplemente, la Victoria, y se celebra con un desfile por todo lo alto y una explosión de patriotismo, autoafirmación y memoria histórica bastante imponente, que tiene la virtud de eclipsar todo lo demás, y no digamos a San Jorge. El desfile es el acto y toda la ciudad se concentra en él. En esta bitácora ya hemos asistido a uno, y este año no lo vamos a hacer, porque el 9 de mayo otros quehaceres nos llaman fuera de la ciudad, pero eso no quiere decir que dejemos pasar esta fecunda época del año sin hacer alusión a la victoria, al igual que en años anteriores. Es más, este año va a haber muchas más alusiones.
En Moscú, los días anteriores a la fiesta, que medio empalma con la del 1 de mayo, son raros. Mucha gente se larga con viento fresco. Se trabaja, cuando se trabaja, a medio gas. Es difícil llegar a los sitios, porque muchas de las calles principales están cortadas para que tengan lugar los ensayos que aseguren que el desfile salga de rechupete. Una agonía, vamos. Ya de por sí las calles de Moscú suelen estar impracticables por los atascos, con lo que, si encima cortan varias de las principales, llegar de A a B es cosa sólo apta para héroes (sí, como estar casado con una colombiana y no tomar café, o como ser economista y no conocer a Keynes).
En la foto de al lado está la Tverskaya en hora punta, las nueve de la mañana. Normalmente, estaría petada de coches. Hoy, es que no hay ni uno. Los únicos vehículos rodantes que circulan por ella son tanques y, para que no haya líos, cada cinco metros hay un soldado por si a algún viandante díscolo se le ocurre acercarse demasiado a los tanques. El ensayo había comenzado a las cinco de la mañana y los soldados tenían una carita y echaban unos bostezos tales que incluso hubieran dado pena si no fueran tan bordes como de costumbre. Yo no sé lo que pasa, pero en Moscú le pones una gorra a un tipo corriente y se te pone de una mala leche que no es normal. Bueno, la verdad es que, si te han levantado a las tres de la madrugada para el ensayo y tu único cometido es estar de pie quieto parao en una acera de la Tverskaya, y llevas ya cinco horas en semejante ocupación sin moverte ni para toser, algo de motivo para ser borde sí que tienes.
Además de los desfiles y de los ensayos, otra cosa que caracteriza estos días son las cintas de San Jorge, en lo que es casi la única presencia del patrón de Moscú en estas lides. La cruz de San Jorge era la principal condecoración de la Rusia zarista, que se sujetaba con una cinta; en el periodo soviético, cambió su nombre a "cinta de la Guardia", para dejar de hacer referencia, tanto a la cruz, como a San Jorge, pero actualmente las cosas han vuelto a su cauce y la cruz de San Jorge vuelve a campar por sus fueros.
En 2005, comenzaron a repartir gratis cintas de San Jorge como símbolo de la victoria (uno ya sobreentiende qué victoria, porque no hay otra), y la gente comenzó a ponárselas en las antenas de los coches y en las mochilas de los estudiantes. Está chulo. Es una cinta a barras naranjas y negras que luego seguirá meses y meses en las antenas de los coches hasta que se deshilache y se desintegre de puro vieja, casi como en España pasa con los adornos de las calles, que nos apresuramos a poner, pero no a quitar.
Este año me he unido al sentir popular y me he colocado una cinta de San Jorge en el Bulto Misterioso, que, aunque renqueante y esperando reparación, sigue conduciéndome al trabajo a diario. En esta ocasión, con tanto más motivo, porque yo no sé si los ciclistas inspiramos simpatía o es que los soldados que controlan y cortan las calles no están hechos a tales vehículos y simplemente no saben qué hacer con nosotros, pero lo cierto es que he pasado los cortes y controles sin el menor problema y echándole morro, mientras los coches que llegaban a las barreras bramaban de ira e impotencia.
¿Todos? ¡No! Porque no sólo los ciclistas tenemos el privilegio de hacer de nuestra capa un sayo con los controles de tráfico. Hay algunos conductores que gozan también de dicho privilegio, en particular si tu matrícula tiene las letras E KX, A OO, A MP o incluso A MO. Pero de eso ya será cosa de escribir otro día, que hoy se hace tarde.
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Hace 1 mes
6 comentarios:
Otro desfile de la victoria, ¿van a seguir luciendo a sus veteranos? no sé lo que van a hacer cuando la biología les deje sin veteranos. Con nuestro "querido" presidente ZP no hubiera hecho falta esperar a la biología, seguro que ya habría acabado con este desfile en aras de la multiculturalidad, la alianza de civilizaciones y el buen rollito.
Cambiando de tema, en un santoral católico aparecían como patronos de Moscú los hermanos San Borís y San Gleb, príncipes y mártires rusos. ¿Los católicos moscovitas tienen otro patrono? No sé mucho de religión pero me parece raro.
Saludos
Fernando
Pues yendo al puerto han chapado la carretera y no se puede ir ni en bici.
Ya veo que se acerca el gran día; es una fiesta bonita a pesar de todo y tú la gozas cuando cortan las calles.
http://fotoexperiencias.blogspot.com/2009_06_01_archive.html
en Piter, el año pasado
He visto el desfile por la RT TV y ha estado bien. Aunque como ya pasa en España, se echa en falta que uno o varios comentaristas con conocimientos militares vayan haciendo descripciones del material que se exhibe, y de las tropas que desfilan. La periodista y el oficial joven que han intervenido no han dicho nada de particular.
D. Alfor, con relación a lo que expuso en una entrada anterior, referente a que se le pueden hacer sugerencias, creo que podría exponer en su blog algo así como un tablón de consultas para los lectores. Las respuestas podrían ser dadas en forma de nuevas entradas.
Saludos,
Ditifet.
С Днём Победы!
¡Felicidades en el Día de la Victoria!
Fernando, naturalmente que siguen luciendo a los veteranos. Y, cuando se les acaben, ya se las apañarán para nombrar otros nuevos.
Lo de los patrones católicos de Moscú, San Borís y San Gleb, me sorprende mucho. Yo no había oído nunca hablar del asunto. Creo que quien decide quién es el patrón de los sitios, en Rusia, siempre ha sido el poder civil (que en Rusia, entre 1723 y 1917, absorbió al eclasiástico), y aquí el patrón indudable es San Jorge y ahí está el escudo de Moscú para demostrarlo.
Lo único que se me ocurre es que pueda ser el patrón para los católicos rusos de rito oriental, pero, entre que no tienen clero ni jerarquía propios, y que son poquísimos, me extrañaría mucho.
Behe, sí, sí, pero es difícil escaparse de los vecinos que te obligan a brindar por la victoria... qué digo difícil, es imposible... hics.
Ricardo, muy ilustrativo.
Ditifet, yo no he visto este año el desfile, salvo los aviones, que sí los he visto desde donde estaba, a las afueras de Moscú, y el ensayo del otro día, pero debe haber estado muy bien, y además ha hecho un tiempo estupendo.
¿Un tablón de consultas? Vale, pero los propios comentarios supongo que ya valen para proponer cosas, ¿no?
Andriey, и Вас тоже!
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