Continúan las hazañas en la entrevista al académico Pivovárov. Pivovárov sigue con sus opiniones, y en honor a la verdad hay que decir que parte de lo que dice me parece sensato. Otra cosa es, como ya he dicho, que patine en cosas de las que no tiene mucha idea y su (insoportable) ego. Pero supongo que uno no llega a intelectual reconocido si es un tipo accesible y que escucha y tiene en consideración las opiniones del hombre-masa, que diría Ortega.
Ortega... uf ¿De verdad acabo de citar a Ortega? Madre mía, cómo se está poniendo esto. Mejor será que sigamos con la entrevista.
"¿Cómo se puede fundir en una sola idea la riqueza espiritual de la nación?"
Valeri Vyzhutóvich: Sea como sea, hoy no hay unidad en la nación. Al contrario, las líneas del cisma son cada vez más profundas: entre la sociedad y el poder, entre pobres y ricos, entre creyentes y no creyentes. Solzhenitsyn consideraba que todo esto tiene raíces históricas. Que sin el cisma en la Iglesia en el siglo XVII no hubiera existido la tragedia de 1917. Y que el cisma del pueblo ruso de hace más de trescientos años produjo grietas que han llegado hasta hoy ¿Usted también es de esa opinión?
Alfor: Se le ha olvidado trazar la división entre los que se van de farra, que son legión, y los que no se van de farra. Esa división es más importante de lo que parece, pero aquí estamos hablando de intelectuales y eso, sencillamente, no cuenta. Ellos no se van de farra. Que la peña es seria, tú.
Yuri Pivovárov: A mi entender, el auténtico, el verdadero cisma surgió en Rusia tras las reformas de Pedro el Grande. Entonces Rusia se dividió en la Rusia europeizada y la Rusia tradicionalista. Berdiaev, mucho antes de la revolución, advertía que el corte entre estas dos rusias era una bomba de relojería que en algún momento estallaría. Si bien esto ya lo tenían claro muchos, antes de Berdiaev. En el período soviético la parte europeizada de la sociedad fue eliminada o expulsada al extranjero. Pero hoy también se nota cierta división. Hay proocidentales contemporáneos y eslavófilos contemporáneos.
Alfor: ¡Palabras mayores! Alguien está manteniendo una opinión diferente a la de (nada más y nada menos) Solzhenitsyn. Y ahora viene la cuestión: ¿cuál es el momento decisivo? ¿El cisma al que alude Solzhenitsyn, que dio lugar a división de los veterocreyentes, o las reformas de Pedro I, que dividió la cosa entre prooccidentales y eslavófilos?
Solzhenitsyn está un par de cabezas por encima de Pivovárov (y creo que siempre lo estará), y antes de contradecirle, hay que pararse a pensar un poco. En realidad, las reformas de Pedro I, que fueron muy aparentes, no hubieran sido posibles sin el cisma anterior (que, por cierto, apenas había sucedido unos cuarenta años antes), que dejó tocadísimo al Patriarcado de Moscú y lo colocó medio sometido al zar. El zar Alejo, padre del propio Pedro I. Pedro I no tuvo más que terminar el trabajo y... abolir el Patriarcado de Moscú. A partir de lo cual, las demás reformas fueron coser y cantar.
Como Pivovárov, en materia de religión, está un pelín perdido (lo seguiremos viendo en sucesivas entradas), no le da importancia al cisma religioso, porque tampoco acaba de imaginar el papel que históricamente han tenido en Rusia los veterocreyentes (hoy no pintan absolutamente nada). Solzhenitsyn, en cambio, sí tiene (por desgracia, tenía, hasta agosto de 2008) una cosmovisión cristiana y es capaz de percibir movimientos en el terreno de las ideas, más allá de lo aparatoso de las reformas.
Pero sigamos con la entrevista.
Valeri Vyzhutóvich: En este caso, ¿qué debemos entender bajo las palabras "nación rusa"?
Yuri Pivovárov: Cuando las gentes de a pie hablan en Rusia de nación, a lo que se refieren es al cuarto apartado del pasaporte. Y sí, la nación está unida a la pertenecia étnica, pero no es igual a ella. La nación rusa es la ciudadanía. Son todos los que hablan y piensan en ruso. Y si estamos hablando de los lazos, hay que decir que existen. Es la cultura rusa. La historia rusa. Las condiciones climáticas y naturales de Rusia. El modo ruso de vivir. En parte, también la organización política rusa. La memoria común. Las tragedias comunes. Es decir, un montón de cosas. Y antes de la revolución la religión también era uno de esos lazos. Entonces no tenía ninguna importancia cuál fuera la etnicidad de cada uno. Nadie preguntaba si eras ruso o tártaro. La ideología marxista-leninista vino a relevar a la separación confesional, pero al final del régimen soviético ya no unía nada y finalmente todo se desvaneció. Y he aquí que, por primera vez en su historia multisecular, Rusia intenta formar una sociedad sin ningún tipo de soporte oficial. Pues la mayoría de los pueblos europeos pasan tranquilamente sin él. ¿Qué ideología tienen los franceses? ¿Qué ideología tienen los alemanes o los italianos? La constitución. Y nosotros debemos hacerlo mismo. Soñar hoy con una amalgama espiritual única es algo muy peligroso.
Alfor: Yo creo que aquí Pivovárov es un pelín contradictorio: primero cita un montón de amalgamas espirituales, y luego dice que soñar con una amalgama única es algo peligroso. Nadie dice que tenga que ser única. Y eso de que la ideología de franceses, alemanes o italianos sea la constitución, pues vamos a dejarlo. Ya lo creo que Francia tiene una ideología, y siempre la ha tenido, lo que pasa es que ya no es "Pour Dieu et pour le Roi", como era antes de 1789, sino que ha pasado a ser "Liberté, égalité, fraternité... ou mort". Se llaman valores republicanos, y dentro caben desde el trostkista más iracundo hasta Jean Marie Le Pen.
Valeri Vyzhutóvich: ¿Y la búsqueda terca e incansable de una idea nacional?
Yuri Pivovárov: Bueno, vez, como dijo Mandelstam: "Hablemos otra vez de nada." ¿Cómo es posible comprimir la riqueza espiritual nacional rusa en una sola idea? ¿Y en cuál? "El comunismo es el poder soviético más la electrificación de todo el país." El mundo ruso tiene un millón de ideas, y todas son importantes. Estas ideas están imbricadas en la cultura rusa, en la literatura rusa, en el pensamiento ruso, en el arte ruso, en las tradiciones políticas, jurídicas y económicas rusas. Pero comprimir toda esta variedad de ideas en una sola idea dominante significaría desenraizar y empobrecer el mundo ruso. Ya hemos pasado por ahí.
* * *
Hasta aquí, hoy. En el próximo capítulo, Pivovárov se atreve con uno de los mitos más recónditos, y al mismo tiempo reconocidos, de la mitología rusa.
Pivovárov va a opinar sobre el alma rusa.
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