En la última entrada de esta bitácora y de esta serie, nuestro brúker español había enviado sus datos completitos a, pongamos por caso, Rostekenergo, aunque no son los únicos que se dedican al negocio de la pseudointermediación en los procelosos mercados de las materias primas. Hay muchos más, pero tomemos a éstos como ejemplo.
Rostekenergo, probablemente, olfateará lo que puede suceder y enviará una retahíla de papelorios por correo electrónico, pulcramente escaneados y con una profusión de sellos, pólizas y otras martingalas que parecería que aquello fuera un documento elevado a escritura pública no por uno, sino por cuatro notarios, y que además hubiera pasado por los registros de la propiedad, mercantil, civil y no ya de Rusia, sino de varios países. Eso sí, documentos originales en papel tangible, ni uno, no en vano estamos en pleno siglo XXI y esas antiguallas ya no se llevan. Pero, por sellos, que no quede.
Cualquier sujeto mínimamente mosqueado se dará cuenta de los errores típicos que suelen cometer los rostekenergos de la vida que estamos viendo. Después de todo, son sólo unos timadorcillos de tres al cuarto y no se puede esperar de ellos una calidad en su trabajo que dificulte mucho su identificación. Si fueran realmente buenos, trabajarían en otra cosa más lucrativa y desde luego menos arriesgada. Pero, para que no se diga que no aprecio la inventiva, por mucho que sea digna de mejores causas, añado a continuación una lista de sugerencias para que los rostekenergos hagan un trabajo más profesional:
1. Macho, curraos un sello como Dios manda. Estoy harto de ver sellos que se puede comprar cualquier muerto de hambre en la papelería o en el hiper, para luego ir colocando las letritas alrededor del centro. Ya está bien, tíos. A los brúkeres les engañáis porque ven un sello con letras cirílicas y se les hace el culo pepsicola, pero en cuanto pregunten a alguien un poco sensato (hasta ahí, por ejemplo, llego yo y cualquiera que viva por aquí) se cae el tinglado.
2. Jodíos, ya que ponéis sellos de baratillo, al menos poned siempre el mismo, que si no canta un huevo. Si sois OAO Rostekenergo, no pongáis en el sello de al lado OOO Rostekenergo, porque el brúker no tiene ni pajolera idea, vale, pero aquí todo hijo de vecino sabe que una sociedad no puede ser anónima (OAO) y limitada (OOO) a la vez.
3. Tíos, dejad de inventaros organismos que no existen. La región de Ryazán no tiene Ministerio de Petróleo. Ni que la región de Ryazán estuviera en la OPEP, cuando ni siquiera, al menos que yo sepa, hay un solo pozo de petróleo en la región. Y, aunque tuviera Ministerio de Petróleo, desde luego no iba a tener membretes y papel oficial en inglés. Pase que seáis tan garrulos que vuestra m**rd* de página web la tengáis sólo en inglés, pero ni jartos vino vais a encontrar a nadie que se crea que en la administración pública rusa hablan inglés. Bueno, a casi nadie... siempre os quedarán los brúkeres que sólo preguntan cuando es demasiado tarde.
4. Cambiad el tipo de letra, capullos. Usad el Times New Roman, como todos los rusos, y dejaos de Century Gothic, que canta la traviata. Y nada de colorines en las páginas que enviáis. Blanco y negro, y como mucho la firma en azul. Parece mentira que no sepáis que, en Rusia, el rojo y el verde están prohibidos en la documentación oficial y en cualquier tipo de firmas.
5. Ya puesto a corregir fallitos, cuando os pongáis una dirección, estaría bien que
existiera y que, además, fuera un centro de negocios de importancia. A ver, que quede claro, si vais chuleando de que sois líderes en el sector petrolífero de Rusia, tendríais que tener un edificio entero, por lo menos, pero no pilléis un edificio de viviendas, porque, como deberíais saber, en Rusia está prohibido tener la sede de empresas en edificios residenciales. Vamos, ya sé que, puestos a infringir la ley, una más o menos viene a dar lo mismo, pero hay que hacer las cosas lo mejor posible y con mimo y esmero.
Hay más, pero lo dejo aquí. No os voy a hacer yo todo el trabajo, pero sabed que, si me pusiera yo a estafar, lo haría muchísimo mejor que vosotros y costaría bastante más pillarme.
Pero, ¡ah!, los rostekenergos de turno, a pesar de que la calidad de su trabajo es pobre, cuentan con que el nivel de pardillez supina de los brúkeres, en este caso españoles unicejos, es tal que incluso una chapuza como ésta pasa desapercibida. Y es más, si la oferta de los rostekenergos es bastante buena, por ejemplo, vender a 36 dólares USA el barril, a los brúkeres se les hacen los ojos chiribitas y ya no ven nada más que el pedazo de margen que se pueden embolsar y que les podría retirar antes de cumplir los cuarenta. Ese refrán, tan conocido en Carboneras de Guadazaón, de que nadie vende duros a cuatro pesetas no va con ellos.
Ahora bien, los rostekenergos y los brúkeres, antes de seguir adelante con el acuerdo, deben superar una traba administrativa sin importancia, cual es el
preceptivo registro del contrato ante el Ministerio de Energía ruso, para lo cual el comprador deberá abonar por adelantado una cantidad a una cuenta que puede estar en Rusia, pero más frecuentemente estará en las Islas Caimán, que es donde los hombres de negocios fetén tienen sus cuentas. Si no, qué vulgaridad. La cantidad varía. He visto entre diez mil y cincuenta mil dólares USA. También varía el pretexto para el envío. Suele ser el registro ante el Ministerio de Energía ruso (que ya no existe con este nombre desde hace varios años), pero también el registro ante una fantasmagórica RNEMA RUSSI (Russian Neft and Energy Marketing Association). Ojo al dato:
Russian Neft and Energy Marketing Association. Neft (нефть), en ruso, quiere decir petróleo ¿A que no es tan frecuente encontrarse con acrónimos que combinen palabras de distintos idiomas? Pues aquí tenemos uno.
En fin, que el brúker de turno puede preguntar, si le queda algo de prudencia, o no. Si ha picado, puede enviar la pasta y probablemente se va a meter en un lío, sobre todo si la pasta no es suya, sino de su mandante. Si es suya, más vale que no la haya conseguido con un crédito personal, o que el brúker sea rico de casa. Aunque yo no conozco ningún caso de brúker rico de casa, pero no excluyo que puedan existir.
Estoy escribiendo esto como una especie de servicio público, aunque esté trufado de la mala sombra habitual en muchas de mis entradas. Internet está lleno de timadores, tramposos y gentes de poquísima fe y, si no creéis lo que os digo, probad a escribir, por ejemplo, "rnema russi" en Google y disfrutad con lo que encontréis; sin embargo, no he encontrado ninguna página que ponga negro sobre blanco las trastadas que ocurren y que sería tan fácil evitar como lo es buscar a alguien que sepa un poquito de ruso y tenga sentido común. Si, en la próxima búsqueda de petróleo que haga el brúker pardillo de nuestro cuento, se encuentra con esta página, posiblemente no se vea retratado (debe ser duro reconocerse aquí... y no digamos si has picado alguna vez), pero, si le sirve para pensar, sin que sirva de precedente, y no meterse en berenjenales para los que no está cualificado, eso que habrá salido ganando el mundo. Y, de paso, él.