miércoles, 31 de marzo de 2010

Atentados

Como ya todos sabéis, el lunes por la mañana unas malnacidas se las apañaron para sembrar el pánico, no tanto entre los moscovitas, sino entre los parientes y conocidos de quienes vivimos en Moscú.

Moscú es una ciudad curiosa incluso en esto. Por una parte, los zambombazos que se arrean por aquí son del nivel de los de Madrid el 11-M, por poner un ejemplo que seguro que los autores del 29-M han estudiado a fondo, porque el "modus operandi" parece inspirado en parte en el mismo. Y, desde luego, aquí los atentados son más frecuentes. A mí el 11-M del 2004 me pilló nada menos que en Valencia, pero las consecuencias del atentado llegaron hasta allí (recuerdo que se suspendieron todos los actos falleros, y el que no sepa lo que es eso no podrá valorarlo). Supongo que en Madrid, en el epicentro del desastre, la cosa tuvo que ser tremenda. En los días siguientes, además, España se paralizó a base de manifas multitudinarias. Vamos, que hubo jaleo, además de dos centenares de muertos. Se notó.

Aquí, no.

Aquí hay jaleo en un radio de cincuenta metros desde el centro del atentado. Más allá, la vida sigue con total normalidad. Ya pasó en los golpes de 1991 y 1993. A doscientos metros de las barricadas y de los tanques tenías los quioscos abiertos y la gente comprando como si tal cosa. Es cierto que en esta ocasión una línea del metro se paralizó (los dos atentados han sido en la misma línea), pero más allá de eso no ha pasado nada en apariencia. En realidad sí. En realidad han muerto varias decenas de personas sin comerlo ni beberlo y un montón más están heridas de diversa consideración.

Pero la vida sigue, incluso en el centro, donde tuvo lugar el zambombazo. Los milicianos se conformaron con limitar un par de horas el tráfico en el centro para evitar atascos, como si no hubiera atascos a diario sin necesidad de atentados. El resultado es que el centro se quedó más vacío que la cabeza de una supermodelo, pero las calles próximas a él estaban totalmente imposibles. Para los que vivimos en el centro y no tenemos intención de tomar el coche próximamente, sino la bicicleta, una gozada; para los muchos que viven fuera del centro y trabajan en él, una tortura, pero eso le da igual a la milicia.

En internet, en los comentarios a las noticias del atentado, la peña tiende a pensar no tanto en quién ha sido, sino más bien en lo bien que le viene al gobierno tener una excusa para apretar las tuercas a la población. Lejos de mí cualquier idea sobre que ha sido el gobierno responsable de esto, pero hay que reconocer que los antecedentes de tomar como excusa los atentados de Beslán para suprimir la elección directa de los gobernadores regionales son difíciles de olvidar. Así que la mayoría de los rusos que escriben en internet tienen la mosca tras la oreja y piensan que el gobierno va a montar alguna, como censurar internet (a los que escriben en internet, naturalmente, es lo que más les preocupa). Debe quedar claro que los que escriben en internet no son la mayoría de los rusos y no necesariamente expresan el sentir general, pero a mí me ha llamado la atención, probablemente porque no lo esperaba. Jo. Es que hasta nuestra niñera, que se mete en política menos que una fiambrera, decía que igual era una maniobra de distracción.

Por fortuna para mí, hace tiempo que el metro dejó de ser mi medio de transporte habitual. Cuando lo era, al apretujarme entre mis congéneres en hora punta, quizá alguna vez se me pasara por la cabeza lo sencillo, lo tremendamente sencillo que es provocar una masacre en un lugar sin control de acceso alguno y atestado hasta la asfixia de masas humanas. Es más, aún creo que hemos salido razonablemente bien parados y que pudo ser muchísimo peor.

Pero, en fin, Moscú es un lugar idóneo para los terroristas. Desde las bombas en los edificios de 1999, el secuestro del teatro de la Dubrovka en 2002, las bombas en el pasaje subterráneo de la plaza Pushkin y las bombas en el metro (porque las de hoy no son las primeras, no vayáis a creer), los habitantes de esta ciudad estamos a merced de que nos toque cerca un suicida. Y, lo que es de gente sin nada que perder, mucho me temo que en Rusia estamos más que sobrados.

lunes, 29 de marzo de 2010

La rusosfera en castellano se cansa

Sí, amigos. Cualquiera que le eche un vistazo a la parte derecha de la pantalla, donde deberían aparecer las bitácoras en castellano con temática rusa que conozco (y una que no tiene esa temática, pero que me mola), se dará cuenta de que las cosas no pirulan adecuadamente por la rusosfera en español. Porque las bitácoras enlazadas se pueden clasificar en cuatro categorías:

1. Muertas.
2. Fallidas.
3. Renqueantes.
4. Vivas. Y menos mal que esta categoría existe, porque, si no, apañados íbamos.

Han muerto fatalmente, o eso parece, las siguientes: El Carbuncho Times, Diarios rusos, Hora de Moscú, Soviet Russia, Camino a perdición, Desde Rusia en directo y Desde mis gafas, que ha sido la última baja. Todas las bajas son muy sensibles, claro, pero es posible apreciar en casi todos los casos la presencia del temidísimo cansancio del bloguero. Primero, las entradas se espacian cada vez más; a veces, se hacen mucho más breves y se limitan a poner fotos; luego, desconexión y final. A veces avisan de que se acabó lo que se daba (Diarios rusos y Desde mis gafas son los casos más notables); a veces el cansancio es tan grande que ni llegan a eso (es el caso de las demás); y el amigo Xavi, en su última entrada publicada desde Siberia, incluso asegura que, aunque han pasado veinte días desde la última, no ha vuelto a dejar colgado el blog. Claro que eso lo escribió hace ocho meses... Vamos, que eso nos indica que la muerte de la bitácora a veces es una muerte anunciada a lo García Márquez, que se ve venir; a veces es una muerte organizada con entrada-epitafio y a veces viene de sopetón y sin saber muy bien por qué.

Luego están las fallidas. Bueno, de ésas hay una: "El mundo mirado a través de diferentes cristales", que habrá que llamarla fallida porque, si no cuento mal, tiene cuatro entradas, que son muy interesantes y están muy curradas y hasta laboriosamente traducidas al inglés, pero no dejan de ser cuatro. No sabemos lo que pasó después, y es lástima, porque la cosa prometía.

Pasemos a las renqueantes, que son la de Sacerdotes en Rusia y Salsa rusa, aunque ésta intenta levantar cabeza. Bueno, y Ekinoterimburgo también podría entrar en la lista. A éstas les ha llegado la primera fase del cansancio del bloguero: el espaciamiento de las entradas, cuya frecuencia disminuye alarmantemente. A veces hay un prurito de pundonor bloguero y el respectivo autor se arranca con un par de entradas muy seguidas en un intento de resurrección, pero en la gran mayoría de los casos estos intentos se quedan en eso. Ojalá esté equivocado (a mí me encantaría), pero el patrón habitual parece conducir a estas bitácoras al grupo de más arriba.

Y, bueno, también están las vivas: Curiosidades de Rusia y otros lugares y Fanáticos del vodka, que llevan un patrón de actualización de frecuencia aceptable y con relativamente menos altibajos.

Y luego está esta bitácora que estáis leyendo sobre estas pantallas, y que parece obvio que sigue viva y, sin comerlo ni beberlo, convertida en un lugar veteranillo. A diferencia de alguna de las bitácoras comentadas, ésta es mayormente un egoblog, lo cual ciertamente es una palabra despectiva, pero es lo que hay; bueno, puede que no sea un egoblog puro y duro, pero sí que es verdad que vive casi exclusivamente de experiencias propias, normalmente domésticas, y que suele rehuir los análisis sesudos de política, geopolítica, sociedad, poesía y romanticadas varias y otras zarandajas sin importancia y que, cuando se pone a analizar alguna de esas cosas, es bastante dudoso que se pueda llamar "sesudo" al resultado.

Vamos, si escribo esto es para que alguien me ayude a superar una realidad más dolorosa que un abrazo de Chuck Norris: ¡que me estoy quedando -casi- solo! Pero, ¿en todo este tiempo que ha pasado no ha aparecido ningún hispanoescribiente que se dedique a escribir sobre rusadas?

En fin, sea como fuere, aquí seguimos, ya veremos por cuánto tiempo. El cansancio del bloguero no ha aparecido todavía por aquí (se nota la educación germánica, supongo), pero sabemos que ésas son cosas que aparecen cuando menos se espera. Eso sí, en tal caso, y en honor a la tan mentada educación germánica, la retirada será ordenadísima y con una adecuada entrada-epitafio.

Entretanto, hala, a seguir dándole a la tecla.

viernes, 26 de marzo de 2010

Mujeres, estereotipos y otras cosas mal vistas

Reunirse con españoles de género masculino y residentes en Moscú es una experiencia interesante. A todos les suceden cosas la mar de chocantes. Al que menos cosas chocantes le suceden es a mí, pero con mi vida monótona para los estándares rusos llevo más de seiscientas entradas en esta bitácora, y las que me queden, así que, si los demás se pusieran a escribir, nos lo íbamos a pasar pipa. Como no lo hacen, la única manera de disfrutar de las aventuras ajenas es reunirse con ellos, echarse unas risas, comentar el último partido de fútbol y, normalmente, rajar del país que nos acoge, rajar (también, sí) del país que nos vio nacer, en particular de sus gobernantes, y rajar de las mujeres, así, en general. Vamos, igual que en cualquier reunión de hombres de cualquier lugar del mundo.

Pero con una diferencia: que en cuestión de mujeres existe mucha más variedad en los comentarios. Así, del grupo que el otro día estaba reunido en un lugar que no viene al caso, la mayoría había picado el anzuelo en Rusia (o cerca de Rusia) y estaba arrejuntado en régimen diverso, pero mayoritariamente matrimonial civil, con mujeres locales. La verdad es que parecían contentos, que es lo menos que se puede pedir en estos casos. No es de extrañar, pues, que las mujeres de las que se dedicaran a rajar fueran las españolas.

Mi experiencia en la convivencia estable con mujeres rusas es totalmente nula. Y, con españolas, es razonablemente abundante en tiempo transcurrido, pero nada en cuanto a variedad experimentada. Mis contertulios, picarones ellos, me ganan mucho en variedad, así que me puse a escuchar atentamente qué opinión tenían después de comparar a unas y a otras.

Resulta que:

1. Las mujeres españolas son un infierno.
2. Van de princesas, y eso que muchas son unos callos.
3. Siempre te están controlando.
4. Tal y como están las cosas, te pueden acusar de malos tratos y j*d*rt* la vida.

En cambio, las rusas:

1. Están buenas.
2. Tienen sus cosillas, pero están buenas.
3. No te controlan y te dejan salir. Y además están buenas.
4. Son muy familiares, y están buenas.

Jo.

Uno de los contertulios y yo nos habíamos visto poco y no sabíamos mucho de nuestras respectivas vidas, no como los otros, que estamos en contacto más regular.

No sé cómo, quizá por un arranque de alguno de los otros contertulios, salió que yo estoy casado ¡con una española! Cosa insólita. El que no lo sabía se me quedó mirando con una cara de preocupación infinita. Se veía la conmiseración pasar por delante de su cara, la pena por el pobre compatriota bajo el yugo inquebrantable de una española. Y, muy despacito, marcando las sílabas, dijo:

- Pero, ¿por qué lo has hecho?

Vamos, yo ya sabía lo que es pertenecer a una minoría (estoy en minoría en casi todo), pero que esté mal visto el hecho de que un español se case con una española debo reconocer que me ha sorprendido.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Cruzar el charco

En estos días de deshielo brutal, en que las temperaturas se mueven a su capricho, la gran protagonista de la ciudad es el agua. El agua sucia.

Te llega por todos los sitios, pero por todos. Cae del cielo, porque llueve; cuando no llueve, también cae del cielo, porque de las tuberías y desagües van cayendo hilillos que golpean monótonamente contra el suelo; te llega de los lados, porque los charcos y los ríos de agua son caudalosos y los coches que los arrollan no van pensando en los peatones que caminamos por las aceras. Vamos, que no te libras de mojarte de ninguna de las maneras. Y eso que, en vista del percal, he aplazado unos días el comienzo de la temporada ciclista, porque, si ya los coches me salpican yendo por la acera, como se me ocurriera disputarles la calzada iba a pasarlas canutas.

Y también llega el agua desde el suelo. Muchas veces, caminando por la ciudad, te encuentras con que no hay forma seca de, por ejemplo, cruzar la calle. No la hay. Todo lo que hay delante de ti es un gran charco de agua sucia opaca a cuya superficie miras tratando de averiguar la profundidad de aquello. Y te quedas con las ganas, porque el fondo ni se adivina, pero no tienes más remedio que atravesarlo o dar la vuelta por donde habías venido. Puede tener un centímetro de profundidad o puede ser una sima insondable en la que te rompas el tobillo.

Todavía nos queda deshielo para rato. Lo veíamos venir al comprobar que había más nieve que nunca.

Acompañando a Ro a una clase, esquivando placas de hielo supurantes, me comentaba:

- ¡Moscú está mal hecho! ¿Por qué no ponen agujeros con barrotes de hierro en el suelo? En Valencia los ponen al lado de la acera, ¿verdad?

Verdad. Y también es verdad que aquí hay desagües (sí, tengo que enseñar a Ro esa palabra), pero en número escaso y aun ésos bloqueados por la inmensa porquería acumulada en todos esos montones de nieve, blancos por fuera y grises y marrones por dentro, sepulcros blanqueados de toda la basura que los diez millones largos de habitantes de esta locura de ciudad somos capaces de generar.

Y, sin embargo, esta mañana, olía a primavera. Al fin. Tres bajo cero, suelo congelado, viento del norte y, así y todo, olía a primavera.

lunes, 22 de marzo de 2010

Ardor guerrero

Al final, la falla ardió, y ardió bien. No fue fácil. En primer lugar, porque no creo que haya muchos sitios en los que, para plantar la falla, tengas que despejar un espacio de un par de metros cuadrados que tiene encima medio metro de nieve. Tampoco creo que sea muy frecuente que, para llegar a la zona de fuegos, tengas que trepar por una especie de banquisa bamboleante con nieve traicionera. Pero bueno, lo primero lo arregló media horita de pala; lo segundo, las ganas de fiesta.

La tienda de petardos por internet fue, efectivamente, un petardo. El pedido online no pasaba ni a la de tres, pero, por lo menos, por teléfono fueron muy amables y enviaron a un mensajero con dos bolsas llenas de petarditos (no hacían mucho ruido, pero era lo que había), un buen arsenal de fuentes y unas bengalas más que decentes. Y es que, después del 11-S, lo de meter masclets en los aviones se estaba volviendo complicado.

Mientras tenía lugar la plantà, repartí petardos entre los niños, incluyendo a un par de vecinitos que no sabían muy bien qué era aquello, pero que veían a Abi, Ro y Ame muy animados y no se lo querían perder. En la caja se leía en negrita que no se proporcionaran petardos a los niños, pero los valencianos no solemos hacer mucho caso de lo que pone en las cajas de petardos. La verdad es que eran pequeñitos, del nivel de los que en Valencia es perfectamente legal utilizar desde los ocho años.

Nos juntamos un nutrido grupo de españoles, varios de los cuales son autores de alguna bitácora que aparece en la lista de la derecha de esta pantalla, aunque, últimamente, han dejado de dedicarse a estos menesteres. Pero de eso ya hablaremos en otra entrada.

Y ardió. Ardieron los ninots de los jefes y algunos ex-jefes de los que nos congregamos allí; ardió Braguinsky; ardió Baba-Yaga, la bruja de los cuentos infantiles rusos; y ardieron un montón de ejemplares del Moscow Times (y uno del ABC que había venido en el último viaje desde España) que hacían de elemento infalible de combustión.

Y luego quizá nos hubiera gustado saltar alrededor de las cenizas aún humeantes, pero las cenizas humeantes estaban rodeadas de una llanura nevada poco adecuada para florituras saltarinas, así que lo dejamos estar, tiramos los petardos restantes y nos metimos en el casal (bueno, en la casa) a terminar la fiesta poniéndonos como el Quico.

Y con esto terminaron las fallas moscovitas, unas cuentas horas antes que las valencianas, por la diferencia horaria. Ahora, como allí, la vida sigue, y habrá que ir pensando en las año próximo.

viernes, 19 de marzo de 2010

Ofrenda

La ofrenda es el acto más emotivo de las fallas, y también, junto a la propia existencia de los monumentos, los que más colapsan la ciudad. Ríos de falleros se desplazan desde todos los rincones y van a converger a la plaza de la Virgen a depositar la ofrenda de flores. Vamos, que si queréis pasar por el centro de Valencia los días 17 y 18 de marzo por la tarde, pensadlo bien, porque no es fácil ir de un sitio a otro.

En Moscú, para hacer algo similar, tenemos algunos problemas. El primero, que la Virgen de los Desamparados como que no es muy conocida (y no digamos venerada) en Rusia, por lo que no ha habido manera de conseguir una imagen de ella. No importa. Lo que no faltan en Moscú son iconos bizantinos, y de ellos en casa ya teníamos alguno. Y de flores tampoco andamos mal, porque hace poco fue el 8 de marzo y las floristerías se están librando de los restos no vendidos. Así que, a ofrendar: noves glories a Espanya i flors a la Verge.


Vamos, no es la patrona de Valencia, pero la Virgen, al fin y al cabo, siempre es la Virgen, y ésta incluso es un poco geperudeta (gibosilla, como la nuestra). Así que, por ahí, asunto arreglado.

El segundo punto delicado es el de conseguir un traje de valenciana o de huertano, para vestirse como está mandado. Eso ya se las trae, así que también ha habido que recurrir a un sucedáneo.


Nadie podrá negar que se trata del traje regional. De qué región, eso ya es otra cosa.

jueves, 18 de marzo de 2010

Contenido fallero-moscovita

El sentido de las fallas es satírico, y algo más. El hecho de quemar ya alcanza un significado más simbólico y lleva a desear la corrección de aquello que se quema. Al menos, eso es lo que pretendemos en la comisión Malodmitrovskaya. Los miembros de la comisión infantil (que en esta falla es mayoritaria) ya han preparado ninots especiales de compañeros suyos de clase que no acaban de convencerles:

- Pues voy a hacer un ninot de Braguinsky y luego lo quemaremos.
- ¿Braguinsky?
- Sí.
- ¡Pero si es un buen chico!
- Es horroroso.
- El pobre... con lo mono que es - intervino Alfina.
- Creo que, cuando Abi se porte mal, podríamos darle su número de teléfono a Braguinsky - dije yo, y es que, ya se sabe, toda palabras puede ser empleada ontra uno mismo.
- ¡NO!

Sea como fuere, el ninot de Braguinsky ya ha quedado elaborado. Aunque es un chico, las artistas falleras le han puesto falda, le han maquillado y le han puesto zapatos de tacón.

Por mi parte, como único valenciano-escribiente de la comisión, me he ocupado de las rimas que deben acompañar a los dibujos, protagonizadas por los tres troperos que Dios me ha dado: una, la mayor, que tiene una curiosa tendencia a no levantarse de la cama por la mañana; otra que detesta muchas cosas de comer, casi todas las que sean verdes, y sobre todo el eneldo, que en ruso se llama "ukrop" y que en Rusia se pone a todo lo que entra por la boca; y un tercero, Ame, que tiende a revoltoso catorce horas de cada veinticuatro, porque las otras diez las pasa durmiendo. Ahí van los versos:

Abi ha segut una mestra
en amagar-se en el llit
per posar a prova als pares
i que li peguen un crit.

Lo que a Ro mai li ha agradat
i no vol vore de prop
és el tofu, l'arnadi,
tot l'encisam, i l'ukrop.

Si Ame es portara bé
haguera passat la crisi,
com es porta com es porta
no se li lleva el desfici.

El viernes, a quemarlo.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Petardos

La comisio Malodmitrovskaya sigue con los preparativos de las fallas. Uno de sus miembros, especialmente concienzado con la parte más ruidosa de las fiestas, ha insistido en que debe haber petardos.

¿Cómo se consiguen petardos en Moscú? Porque en Valencia, eludiendo todo tipo de prohibiciones y cortapisas, se consiguen en estas fechas prácticamente en cada esquina. Uno entra en la tienda y se encuentra con un arsenal y largas colas de clientes esperando a que el sudoroso dependiente vaya despachando al personal.

Aquí, no.

Aquí, es relativamente sencillo conseguir petardos en vísperas de Año Nuevo, que es el momento en que procede tirar petardos y hacer ruido. El resto del año los puntos de venta se espacían y cambian de negocio. Hace unos años, cerca de casa, apareció una tienda exclusivamente de artículos pirotécnicos, pero la crisis ha acabado con ella (y con casi todo el centro comercial donde se encontraba).

El President de la Comisio (servidor), enfrentado a este problema, ha hallado algo sorprendente. En Moscú se venden los petardos por internet. No sé yo que en Valencia haya ocurrido algo ni remotamente parecido.

En todo caso, esta noche haré el pedido, a ver qué tal.

Bueno, ahora tocan otros detalles, como la ofrenda, el llibret... yo creo que a hacer una cordà no llegaremos (a Luzhkov no le gustará, y a los vecinos menos aún), y el concurso de paellas sobre nieve no parece lo más oportuno, porque se nos enfriarán enseguida.

Pero bueno, entretanto, el primer premio entre las fallas de Moscú lo tenemos asegurado. Como quien dice, no tenemos rival.

martes, 16 de marzo de 2010

Noticias de la comisión

En estas fechas entrañables de quince bajo cero y dicen que primavera, un valenciano de bien debe hacer abstracción de que se encuentra en Moscú, de que hace un frío insufrible y de que la paraeta de petardos más próxima se encuentra a varios miles de kilómetros de aquí.

Un valenciano de pro, en estas fechas, se dedica a hacer ruido y a buscar cosas para quemar el próximo viernes. Ya lo creo que sí.

Por este motivo, los valencianos que habitamos nuestro hogar, que somos todos, ya sea por nacimiento (yo), filiación (Abi, Ro y Ame) o consorcio (Alfina), hemos constituido la Comisio Fallera Malodmitrovskaya, para celebrar las fiestas josefinas como la ocasión lo requiere. La ocasión requiere que haya una falla, chocolate con churros (los buñuelos me salen peor), cánticos regionales (sin problemas), ofrena a la Verge dels Desamparats, petardos y ruido.

La falla es el monumento central de la fiesta. Lo que pasa es que el pequeño detalle de que no se encuentre en Valencia, sino en Moscú, introduce un elemento distorsionador que nos obliga a adaptar el programa de festejos a nuestras circunstancias locales desfavorables.

La plantà es el acto en que el monumento se sitúa en el suelo (en la noche del 14 al 15 de marzo) y permanece hasta el 19 por la noche esperando la cremà. En Valencia, los miembros de la comisión fallera salen a la calle, la cortan, celebran una cena "de sobaquillo" (o sea, un bocata de atún con olivas que te has traído de casa; las cervezas las pone la comisión) y terminan los últimos detalles para dejarlo todo cuco y pulido, porque al día siguiente, por la mañana, llegará el jurado.

En Moscú, el jurado no está ni se le espera. Y menos mal, porque la Comisio Fallera Malodmitrovskaya no ha intentado siquiera conseguir del ayuntamiento de Moscú los permisos necesarios para plantar la falla en la calle, sabedor de que sus posibilidades de conseguir incendiar algo en el centro de Moscú, por mucho permiso que se tuviera, sin que aparezca una cuadrilla de milicianos, bomberos, ejército y seguratas diversos, eran muy remotas. Mucho.

En compensación, se ha pensado en un lugar distinto, patio trasero de una casa de vecinos, sin acceso desde el exterior, como lugar idóneo para efectuar la plantà.

Lo malo es que el lugar, por otra parte idóneo, tiene un metro de nieve sobre él, problema que hasta la fecha no se ha visto nunca en Valencia. Como los materiales de que constará la falla son papel y cartón, y además durante esta semana los pronósticos del tiempo en Moscú apuntan a tormentas de nieve y temperaturas de hasta dieciocho grados bajo cero, plantar la falla equivalía a convertirla en papel mojado. Literalmente. Y el papel mojado arde fatal.

Así que, en virtud de las competencias que me otorgo a mí mismo como "President de la Comisio Fallera Malodmitrovskaya", que posiblemente sea la comisión fallera más septentrional de todo el mundo mundial, la plantà queda aplazada hasta el viernes. A ver si hay suerte y podemos alisar un poco el hielo.

Ahora pasamos al segundo problema: los petardos.

Pero eso lo dejamos para mañana.

lunes, 15 de marzo de 2010

Prensa escrita (y VII): Más Moscow Times

En la penúltima entrada habíamos revisado algunas de las características más relevantes de The Moscow Times, pero quedaba en el tintero, para no hacer la entrada excesivamente larga, glosar uno de los rasgos más evidentes del diario: su cristofobia rampante, que sale a relucir especialmente cuando la Iglesia Ortodoxa rusa dice algo, lo que sea.

Por lo general, la Iglesia Ortodoxa, después de decenios de persecución y desgracias, últimamente está bien tratada desde el punto de vista mediático. vuelvo a llamar la atención, para quien quiera estar al día, sobre el suplemento de Nezavisimaya Gazeta. No es la religión estatal, pues no hay ninguna, según la constitución local, pero tiene lo que en latín se llama auctoritas. Se la escucha y se tiene en consideración lo que dice, aunque eso ni mucho menos quiere decir que se le obedezca.

Para el Moscow Times, eso es demasiado. El de por sí dictatorial estado ruso muestra una peligrosa deriva teocrática al permitir a los popes expresarse en asuntos en que su fe les hace mantener posiciones alejadas del benéfico relativismo militante chachipiruli. Y, por eso, el Times no duda en utilizar frente a esos curas vestidos de negro su arma favorita, creo que ya lo escribí la entrada anterior: la contextualización.

Ahí abajo va un ejemplo flagrante, y reciente.

Orthodox Church Creates Department to Oversee Prisons
09 March 2010
By Alexandra Odynova
The Russian Orthodox Church has introduced a special clergy department to help improve the notoriously oppressive situation in the country's penitentiaries, Patriarch Kirill said.

Kirill announced Saturday that a special department has been created to oversee the implementation of parishes in each penitentiary, the Moscow Patriarchate said in a statement.

"It often happens that in prison a man who once lost his footing turns into a recidivist, a person who can't imagine living in society," Kirill said.

About 900,000 prisoners are serving time in the country's notoriously overcrowded prisons.

The new department is to be headed by Bishop Krosnogorsky Irinarkh, 58, who was previously in charge of the Perm and Solikamsk episcopates.

Kirill's announcement, which took place at a meeting of the Holy Synod in St. Petersburg, coincided
(la negrita es mía) with a decision by the Prosecutor General’s Office to wrap up a criminal case concerning violence at a St. Petersburg prison.

Seven St. Petersburg prison officials were charged with abuse of office in September for violence against two prisoners who attempted to escape, prosecutors said in a statement Friday.

The prosecutors said the two prisoners, who had been moved to a psychiatric hospital within the prison compound after their attempted escape, were subjected to sexual abuse that was filmed by one of the suspects.

If convicted, the officials face up to 10 years in prison.


Atención a lo que dice el Timos antes y después de la palabra coincided. Hasta ahí, todo bien. Parece que crear una figura encargada de prestar atención espiritual a los reclusos es una buena idea. Pero el Timos ya se encarga de manipular la cuestión asociándola a un hecho bastante desagradable. Uno acaba el artículo con el mal sabor de boca que deja tras de sí una recua de funcionarios de prisiones abusando sexualmente de un par de reclusos, y asocia involuntariamente ese mal sabor de boca a la Iglesia Ortodoxa rusa, que ha sido nombrada al principio del artículo.

Lo bueno del asunto es que:

1.- La primera parte del artículo no tiene absolutamente nada que ver con la segunda. El Timos las ha pegado en un intento malévolo de mezclar cualquier cosa sórdida con el cristianismo.

2.- Encima, el estado ruso, en esta ocasión, parece que ha funcionado correctamente. La fiscalía ha detenido a los funcionarios, los ha puesto a su vez entre rejas y están a la espera de juicio. Como debe ser. Pero el Timos se regodea en un suceso sórdido, que sólo ha publicado por la oportunidad que le daba de enredar a la Iglesia Ortodoxa en un asunto en el que ni remotamente tiene algo que ver.

Se podrían citar muchos ejemplos más. Uno de ellos es la sección titulada "Religious services" donde figuran, en el rincón más perdido del diario, las misas católicas en lenguas extranjeras que se celebran en Moscú y que doy fe que costó bastante que acabaran por insertar. El Timos tiene buen cuidado de poner justo antes todo tipo de sectas infumables protestantes (o algo peor) de ésas que es muy aventurado tomar en serio.

La financiación del Moscow Times, finalmente, no creo que sea muy onerosa. Se trata de un diario de sólo 16 páginas, un regular cauce de suscriptores entre embajadas y otros garitos guiris, y mucha publicidad de inmobiliarias, bufetes de abogados, consultores varios, líneas aéreas y putas caras. Puede perfectamente permitirse regalar la edición y obtener pingües beneficios para repartir entre los señores Cohen, Sauer, Bayer y otros articulistas de apellido elocuente que, como bien apunta Fernando, saben más de todo que Sánchez Dragó, como prueban enlaces como éste entre otros muchísimos.

Y con esto termina la serie. Hemos repasado los diarios más importantes (y, además, el Moscow Times), y es cierto que se podría haber incluido alguno más, pero seguro que irán saliendo oportunidades de citar artículos de unos y otros, fundamentalmente de los dos que están a ambos extremos, la Rossiyskaya Gazeta, de color amarillo limón, y el recién glosado Moscow Times, para quien todo debería ser relativo.

viernes, 12 de marzo de 2010

Al filo de lo imposible

Una de las cosas buenas de estar por una metrópoli importante (y Moscú, indudablemente, lo es) consiste en que te encuentras con gente destacada. Hoy día, en que hay muchos españoles viviendo por aquí, uno más no destaca demasiado, pero en los albores de los noventa, cuando alguien venía desde España, era bastante frecuente que acabaran dando contigo, que eras de los pocos que aguantaban el chaparrón, y conocieras a los que venían.

Y, un día, quienes llegaron fueron los del equipo del programa "Al filo de lo imposible", que pasaban por Moscú de camino al Polo Norte. En Moscú iban a pasar un par de días, antes de desplazarse hasta Dudinka, que es la ciudad donde está el aeropuerto más cercano al Polo Norte; desde allí se desplazarían, por lo que pude entender, hasta Dikson, donde hay un aeródromo militar que era el lugar más septentrional que podían alcanzar en avioneta. Y, a partir de allí, les esperaban tres mil kilómetros de pateo hasta el Polo Norte, ahí es ná.

Por lo que me contaron, donde realmente estaba el problema es en las montañas de hielo previas a alcanzar las zonas más llanas de la banquisa. A partir de allí, ya alcanzaban terreno llano y podían desplazarse con sus trineos con cierta velocidad. Pero, hasta llegar ahí, y mientras lidiaban con los montones de hielo, a veces no avanzaban más de unos pocos kilómetros al día.

Les hubiera venido bien, para aclimatarse, pasar una temporada algo más larga por Moscú, en particular si el tiempo es como estos días.

Porque, después de pasar más frío que un tonto, de que las temperaturas subieran quince grados bruscamente y de que todo comenzara a derretirse, los fríos han vuelto con fuerza y lo han dejado todo más congelado que un sueldo español.

Y, así, igual que los problemas de los chicos de "Al filo" para alcanzar la banquisa, en Moscú tenemos el problema de alcanzar la acera sin rompernos la rabadilla en el intento.



Ahí arriba hay un ejemplo. Se trata de atravesar la franja de hielo de dos metros que separa la acera de la calzada, donde el firme no es demasiado resbaladizo y repetir la jugada al otro lado, posiblemente apoyándose en el coche para no perder la verticalidad. Y no busquéis un paso cebra ni cosa por el estilo, si no queréis perder el tiempo.



... porque el teórico paso cebra se encuentra aquí. La dificultad aumenta. Se trata de atravesar la superficie helada y alcanzar la tierra de promisión, en forma de tienda de vinos y licores que se encuentra al otro lado.

De todas formas, seguramente lo verdaderamente meritorio debe ser volver a casa, atravesando las mismas placas, después de haber visitado como es debido la mencionada tienda de vinos y licores.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Prensa escrita (VI): The Moscow Times

Siguiendo con la serie dedicada a la prensa rusa, y tras haber examinado los principales diarios de Moscú, queda ahora la tarea de glosar las hazañas del diario de cabecera de la mayoría de los extranjeros que habitan Moscú, y de la totalidad de los que no hablan ruso ni tienen la menor intención de aprenderlo, porque opinan que eso de hablar ruso en Rusia es cosa de traductores, secretarias y subalternos de baja estofa, no de altos ejecutivos designados por su valía personal y por su fino olfato para los negocios, no por el hecho de hablar tal o cual idioma.

Se trata de The Moscow Times, está escrito en inglés americano y es un diario que no parará de rezongar hasta que Obama sea elegido presidente de Rusia y a ser posible de todo el mundo mundial. Sí, amigos, The Moscow Times (también conocido como "El Timos") es un diario progre, descreído, capitalista, sionista, relativista y, como tal, enemigo de todo tipo de religión en general, de la cristiana en particular y de la cristiana ortodoxa rusa todavía en más particular.

Uf, qué a gusto me he quedado.

Sin embargo, confieso que lo leo. Lo leo porque lo reparten gratis total en el centro de negocios donde me gano los garbanzos; lo leo porque tiene algunas cosas buenas, y lo leo porque la mejor de ellas es la tira de Dilbert de ese genio llamado Scott Adams. Pero lo leo preparado para lo que me voy a encontrar. Igual que cuando leo El País, que comparte con el Timos todas sus características, excepto, quizá, lo de sionista, porque al panfleto español le tira más el rollo palestino, y la animadversión particular hacia la iglesia ortodoxa rusa, que en el caso español se sustituye por la católica. Esto último es lógico en ambos casos, porque en Rusia los católicos somos cuatro gatos y en España lo son los ortodoxos.

Aprovechando que el diario en cuestión está escrito en inglés, vamos a analizar (sin traducir) alguna de sus características al hilo de los textos que publican. Por ejemplo, veamos el tema que ha servido de guía a toda esta serie y que, recordemos, era la reunión que mantuvo Medvedev con los grupos parlamentarios que tenían sus más y sus menos al respecto de las elecciones regionales, en particular en Moscú. Pondría un enlace, pero sólo vale para suscriptores, y no creo que los lectores de esta bitácora se encuentren entre ellos, ni que esta entrada les anime a suscribirse (bueno, salvo que también sean progres, descreídos, sionistas y relativistas, que de todo eso hay en abundancia).

Kremlin Open to Election Law Ideas
26 October 2009
Combined Reports

President Dmitry Medvedev told leaders of three State Duma factions Saturday that he was open to ideas on how to change election laws that they say favor United Russia.

The Liberal Democratic, Just Russia and the Communist parties walked out of the Duma on Oct. 14 in a rare act of protest over disputed regional elections, which independent observers say were rigged.

United Russia, chaired by Prime Minister Vladimir Putin, swept more than 7,000 local elections in 75 of Russia’s 83 regions on Oct. 11.

“I am ready to listen to these ideas. … Today we have a party-list voting system, we can talk about it. I am open to dialogue,” Medvedev said.

Medvedev said the election was “overall well-organized.” In broadcast comments, he seemed to dismiss allegations of vote rigging, while noting that there are legal mechanisms for challenging election results.

Liberal Democratic Party leader Vladimir Zhirinovsky later said Medvedev had told the lawmakers privately that the Oct. 11 election results would not be changed. But Zhirinovsky said opposition leaders agreed not to provoke a political crisis.

Zhirinovsky led the Oct. 14 walkout.

Political scientists say the opposition parties, which do not pose a serious threat to the Kremlin, fear that they may lose their State Duma representation in the next election in 2011 if they do not take action now.

“We believe it is necessary to make serious changes to the election law,” Just Russia leader Sergei Mironov said after Saturday’s meeting.

The Kremlin abolished direct elections of governors in 2004 as part of power centralization under then-President Putin, and switched to a system where it picks candidates and puts them forward for a vote in the local parliament.

“Governors, especially before their reappointment, do everything they can to ensure a maximum positive result for United Russia,” said Mironov, who is also the Federation Council speaker.

The Kremlin also set a 7 percent barrier for political parties contesting any election, a move that effectively barred smaller liberal pro-Western parties.

Medvedev said last year that he was prepared to alter electoral law to allow some representation for parties that did not make it through the 7 percent barrier.

In an interview published last week, former Soviet leader Mikhail Gorbachev denounced the election as a mockery of democracy and said the vote had discredited Russia’s political system.

On Thursday, about 1,500 supporters of the Communists and other parties staged a protest in Moscow against alleged vote rigging.

Medvedev on Saturday grimly joked that he had worn black to his meeting with opposition leaders because he feared his guests expected “a burial of democracy.”

“I agreed to meet with you and discuss the outcomes of the elections to local legislatures and local self-government bodies so that this all should not turn into a burial of democracy and the electoral system here,” Medvedev told opposition leaders in his televised comments.

“Overall, the election was organized well enough,” he said. “There are different assessments [of the outcome] among parliamentary parties, but that’s easily understood, because, as a rule, those who win treat the results as positive” while the losers have a different opinion.

Kremlin first deputy chief of staff Vladislav Surkov, the architect of Russia’s political and electoral system, which he refers to as “sovereign democracy,” took part in Medvedev’s meeting.

Communist Party leader Gennady Zyuganov said after the meeting that he had urged Medvedev to push for strengthening Russian democracy in the president’s upcoming state-of-the-nation address.

“It’s a key point, which would cool off the heads of those who have been stealing votes and who have been recording fake votes and breaking the law on elections,” Zyuganov told reporters.


Con este artículo podemos ver alguna de las características del estilo periodístico del Moscow Times. El primero es la contextualización de la noticia. El periódico suelta la noticia y, para que el lector sepa de qué va, le va soltando pildorillas para que la relacione con otros sucesos. Esto es muy importante, porque, narices, en realidad lo que el Times quiere que piense el lector es algo así como:

Después del clamoroso fraude electoral de Moscú, Medvedev recibió a representantes de la oposición en un intento de reconducir la situación originada por el abandono del parlamento de los diputados opositores. Las duras críticas de todo el mundo, coordinado por este diario, hacen tambalear el régimen dictatorial ruso, abriendo el camino a un gobierno de corte liberal, democrático, pacifista y superguay. Obama y Netanyahu declaran que América e Israel ayudarán al gobierno ruso a llevar a cabo las reformas que Rusia necesita como el comer beber."

Como eso quedaría un poco burdo, el Times utiliza tácticas un poco más sutiles, mediante mensajes más o menos subliminales que sugieren lo mismo que en el párrafo de arriba, sólo que al lector le da la sensación de que lo está descubriendo por sí mismo y se cree muy listo, cuando lo que ocurre es que lo están llevando al huerto. Veamos un ejemplo del artículo de arriba:

The Kremlin also set a 7 percent barrier for political parties contesting any election, a move that effectively barred smaller liberal pro-Western parties. Medvedev said last year that he was prepared to alter electoral law to allow some representation for parties that did not make it through the 7 percent barrier.

¿Esto a qué viene? ¿Es el contexto? Pues sólo muy remotamente, pero sugiere la idea de que esa barrera del 7% es el origen de todos los males. Curiosamente, nadie recuerda la legislación electoral gringa (o de la pérfida Albión) y cuántos partidos no están representados por allí. Pero aún hay más.

In an interview published last week, former Soviet leader Mikhail Gorbachev denounced the election as a mockery of democracy and said the vote had discredited Russia’s political system.

¿A quién carajo le importa en Rusia lo que piense Gorbachov? A nadie, como no sea para pensar exactamente lo contrario. De hecho, no habréis visto el nombre de Gorbachov en los demás periódicos vistos en la serie, ni lo veríais en setecientos más que analizáramos. Sólo el Times (bueno, y su propio periódico, la Novaya Gazeta) ponen la grabadora a este señor tan querido en Occidente como detestado en Rusia.

Pero con este artículo no hemos podido comprobar un elemento fundamental de la quintaesencia del Moscow Times: su condición de comecuras apasionado.

Pero eso vendrá en la próxima entrada, porque hoy se hace tardísimo.

lunes, 8 de marzo de 2010

Solucionando la violencia doméstica

Y, finalmente, tras varias entradas (ésta, ésta y ésta) hablando del asunto, llega el asunto de ver cómo se intenta solucionar el asunto de la violencia doméstica.

En Rusia, la cosa es bastante sencilla. Vamos, es que ni se plantea el asunto, con lo cual no hay para qué buscar una solución. Violencia...¿doméstica? ¿Lo qué? Aquí están intentando solucionar la violencia en el Cáucaso, donde todavía quedan barbudos, aunque cada vez menos, decididos a continuar con la yihad islámica a costa de quien sea. Por si no bastaba con ésa, aquí se han encontrado con que hay miembros de la policía a los que se les va la olla y montan un cirio descomunal con muertes incluidas, y por fin se han decidido a tomar cartas en el asunto y a intentar limpiar el cuerpo, aunque no creo que mis ojos, ni los de mis nietos, lleguen a ver un cuerpo de policía impoluto en Rusia. Aquí, en Rusia, tenemos menos violencia que hace unos años, gracias a Dios, pero seguimos teniendo violencia a capazos, así que nadie se va a poner a arreglar los casos de violencia doméstica que pueda haber. Es que ni alarma social ni leches.

Bueno, pues, cuando en Rusia hayan acabado de solucionar los otros problemas más graves que tienen y algún político ocioso tenga la idea de ponerle coto a la violencia doméstica, que miren lo que pasa en España y que hagan cualquier otra cosa, porque seguro que les sale mejor.

En España, la brillante idea de nuestros políticos ha consistido en cargarse la presunción de inocencia de la mitad de la población, hacer mangas y capirotes de uno de los principios fundamentales del Derecho Penal, y crear unos juzgados especiales para que las esposas tengan, si quieren, la posibilidad de arruinar las vidas de los maridos acusándoles de malos tratos, sea verdad o no (al revés, en cambio, no se puede actuar de esta manera). Por fortuna, el recurso a esta vía de solución de conflictos no está generalizado todavía, pero en los casos en que se ha llegado a esto la desproporción de trato entre las partes es tan fuerte que, al acabar los fuegos artificiales, tenemos un hombre con una mano delante y otra detrás y que puede haber sido más o menos agresivo, pero que puede no haberlo sido, y en ambos casos lo tenemos desquiciado, resentido y sabedor de que la maquinaria del Estado está en su contra. Y lo tenemos, muchísimas veces, sin nada que perder.

Como hombres hay más que longanizas, aquí cabe de todo, así que la reacción del que se ve en tales andanzas puede ser buenrollista, de acatamiento de todas las órdenes de alejamiento, de irse a vivir debajo de un puente, porque piso ya no tiene, e incluso de intentar cumplir con el pago de la pensión que le toque a pesar de que perfectamente puede haber perdido su trabajo con la que está cayendo y con lo difícil que es llegar presentable al curro cuando vives debajo de un puente. Posiblemente eso es lo que espera de él la sociedad, representada por la jueza, la fiscala, la secretaria y la oficiala que le han puesto en tal situación. Pero puede darse la situación de que el hombre no sea tan buenrollista, decida que le han tratado injustamente, sobre todo si la acusación se la han sacado de la manga, y que la cosa acabe mucho peor. Porque, ante la gente que no tiene nada que perder, las medidas cautelares tienen un valor bastante relativo.

Al menos en España, el resultado de esta legislación potencialmente aplicable a los Untermenschen (o mejor Untermänner) está siendo patético y lo que nos queda por ver. La tentación de luchar contra situaciones de violencia renunciando a principios básicos ya la hemos visto antes en España, cuando unos iluminados pensaron que para acabar con el terrorismo lo mejor era que el Estado se dedicara a secuestrar a terroristas sin juicio ni ná. La cosa fue tan eficaz que en España seguimos teniendo terrorismo y, además, sus partidarios pueden aducir, y encima con un poquito de razón, que no sólo hay violencia por parte de ETA, sino también por parte del opresor Estado español. Y sí, me refiero a los GAL, pero no sólo a los GAL.

Pues, hala, igual que entonces, al Estado español, para luchar contra la violencia doméstica, no se le ocurre otra cosa que cargarse la presunción de inocencia (del principio de igualdad es que ya ni hablo). Y lo bueno es que esto es cosa de cuatro resentidas que se las han apañado para extender su mala leche a cuanta más gente mejor. Al final, como después de los GAL, se demostrará que renunciar a los principios que decimos defender sólo conduce a empeorar el problema.

Pues eso, que en Rusia no aprendan en esto de nosotros. Tienen la enorme suerte de que las cuatro resentidas las tenemos en España y que la que tenga tentación de resentirse tiene como válvula de escape días como hoy, 8 de marzo, en que los hombres estamos especialmente obsequiosos. Según alguna española que vive por aquí y que no admira precisamente a la dievushka típica, eso se compensa con lo que sucede el resto del año. Pero ése es otro asunto.

Y ya sé que escribir cosas como ésta precisamente hoy tiene su punto provocador, pero es que uno no llamó a su bitácora "Miles gloriosus" así como así. Y, claro, algo de fanfarroneo debe haber. Pero, para fanfarrona, la madre que figura en la foto que ilustra esta entrada: ese bebé sí que puede decir que ha mamado el patinaje artístico desde la cuna.

viernes, 5 de marzo de 2010

Prensa escrita (V): Kommersant

Siguiendo con la serie sobre prensa rusa, que sólo lentamente va llegando a su final, hoy le toca a uno de los diarios con mejor fama de Moscú, cual es el Kommersant.

El Kommersant es un diario que sabe nadar y guardar la ropa. Tuvo, como la Nezavisimaya Gazeta, un pasado bastante más beligerante que su presente actual, pero en la actualidad todavía se permite alguna pildorilla de crítica frente al poder. Y, ojo, aquí tenemos un ejemplo que yo considero muy inteligente: para poder críticar un poquitín a Putin, de paso crítica muchísimo más a Mijaíl Saakashvili, uno de los enemigos más conocidos del anterior. Digamos que tira dos piedras, una a cada uno, y a Putin le tira una, pero, como le ha tirado una más gorda al otro, puede vivir con tranquilidad.

Porque lo bueno de Kommersant es que lo suyo es la información económica, que es bien buena, y la información general y política algo secundario que le piden sus lectores para no estar totalmente desinformados. Y así llegamos a su tratamiento de la noticia de referencia en toda esta serie, que es, recordemos, la reunión del presidente Medvedev con los grupos parlamentarios cabreadísimos con el transcurso y, sobre todo, con el resultado de las elecciones municipales de octubre de 2009. Por cierto, cómo pasa el tiempo: de aquí a dos semanas hay elecciones regionales en bastantes puntos de Rusia. A ver qué pasa.

Traduzo los primeros párrafos del artículo que dedicó el Kommersant al encuentro, y que se puede leer aquí.

El sábado, el presidente Dmitri Medvedev mantuvo una reunión ordinaria con los líderes de los grupos parlamentarios, con el fin de escuchar sus propuestas sobre el mensaje del presidente a la Asamblea Federal. Mientras conversaban sobre el resultado de las elecciones, que llevaron al conocido incidente con tres de los grupos parlamentarios, el presidente aclaró a los representantes de los partidos, que no se era cosa de escenificar los "funerales de la democracia", puesto que, en comparación con los años noventa, "a pesar de todo vamos avanzando". Los líderes de los grupos parlamentarios se fueron satisfechos.

Para empezar, ni un atisbo de oposición. El corresponsal ha pasado de líos y, para el encabezado, ha tomado casi literalmente el texto de las agencias oficiales de noticias. Y con buen criterio, porque, a sus lectores, lo que pueda hacer la oposición parlamentaria les importa una higa. Lo que haga el presidente, que pasa por ser razonablemente liberal en materia económica, les preocupa mucho más. Pero sigamos leyendo un poco.

Al principio, el encuentro estaba previsto para el martes, 27 de octubre. Recordemos que el presidente se reúne con los líderes de los grupos parlamentarios aproximadamente una vez por trimestre; la última vez lo hizo el 10 de agosto en Krasnaya Polyana. Pero, al surgir el escándalo de los resultados de las elecciones regionales, la reunión, según la secretaria de prensa del presidente, Natalia Timakova, "y en consideración al ruego de los partidos opositores", fue adelantada tres días, al sábado, 24 de octubre. La conversación, tal y como se dice en la página de internet del Kremlin, "transcurrió a base de un intercambio informal de opiniones". El cual, según la señora Timakova, "permite que los representantes de los partidos opositores hayan podido hablar sobre lo que hayan querido."

Llama la atención que otros periódicos, incluso tradicionalmente favorables al Kremlin, corrieran a entrevistar a Zhirinovsky y a sacar carnaza de la situación, mientras que Kommersant se limita a hablar con la secretaria de prensa del presidente y a leer su página web. Uno comienza a sospechar que al corresponsal le dio pereza acercarse un sábado a la Barvija.

Pero antes de que los líderes de los partidos pudieran hablar "de lo que quisieran", Dmitri Medvedev les habló de lo que quería él. Aclaró enseguida que, en primer lugar, no iban a hablar de las elecciones, sino del resultado de la cumbre del G-20, y de su mensaje (a la Asamblea Federal), recordando que este año se estaba preparando con un formato algo distinto, conjuntamente con la publicación de su compendio, en forma de artículo, "¡Adelante, Rusia!". "Me atrevo a tener la esperanza de que ustedes, al menos parcialmente, lo conozcan o hayan oído hablar de él", hizo notar modestamente Dmitri Medvedev. Para llevar la discusión a los cauces adecuados, el presidente concretó que "podría hablarse" también de la modernización de la economía y de la esfera social, del desarrollo de la ciencia y la producción, y de la estrategia de salida de la crisis económica. Finalmente, propuso hablar también de "cómo desarrollar el sistema político y la democracia".

Incidentalmente, "¡Adelante, Rusia!", que es como Medvedev ha titulado su opúsculo, es el grito de guerra de los hinchas deportivos rusos, algo así como nuestro "¡Aúpa, España!". Y es que Medvedev, creo que ya quedó claro en la última entrada, es tirando a hincha.

El artículo sigue, pero con esto ya tenemos bastante para saber de qué pie cojea el Kommersant. Como decía Franco, no se mete en política. Tiene un círculo de lectores razonablemente restringido, que son quienes cortan el bacalao en materia económica y no necesitan conocer las martingalas politiqueras de la sedicente oposición. Los lectores de Kommersant están del lado del poder. Les gustaría un poquito más de manga ancha liberalilla en materia económica y que mejore el clima de negocios en Rusia. Los que se empeñan en buscar diferencias entre Medvedev y Putin dicen que más bien sería el primero el que estaría por la tarea, mientras que Putin y su gente (como si Medvedev no lo fuera) están más por la pureza del régimen del poder.

No sé si tengo algún lector lo suficientemente mayor o empollón para recordar la España de los años sesenta y los dos grupos predominantes dentro del régimen: los azules, falangistas de más o menos pura cepa y poseedores de una ideología dentro del Movimiento Nacional, y los tecnócratas, que se dedicaban más a la gestión y a quienes las virguerías políticas y los principios del Movimiento les importaban más bien poco.

Mutatis mutandis, la historia se repite en la Rusia de los albores del siglo XXI. Como en la España de Franco, cuando no hay oposición que merezca tal nombre, las propias fuerzas que apoyan al régimen se dividen en bandos que no discuten lo esencial y se muestran en desacuerdo en lo accesorio. En España, azules y tecnócratas; en Rusia, respectivamente, siloviki (fuerzas de seguridad, en general) y civiliki (que se puede traducir precisamente por "tecnócrata" sin desviarse mucho). Pero de esto ya habrá ocasión de hablar en otra ocasión.

Entretanto, la próxima entrada de esta serie, finalmente, va a abordar el diario más leído por los guiris sobre Rusia, y será interesante ver hasta qué punto se diferencia de los diarios ya vistos en su tratamiento de la noticia de referencia.

Sí, le tocará el turno al Moscow Times. Y me reservo los epítetos para esa entrada.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Y, si no, nos enfadamos

Iba yo a continuar con el espinoso asunto de la violencia doméstica y de las relaciones hombre - mujer, o con la serie todavía inacabada de prensa rusa, cuando he aquí que me encuentro con que la opinión pública rusa, encabezada por su presidente, tiene un cabreo monumental, pero monumental de verdad.

En España probablemente no adivinaréis qué puede tener tan enfadado a Medvedev, y en Hispanoamérica seguramente tampoco, porque la causa del enfado os trae completamente sin cuidado, pero en Rusia se ha convertido en una cuestión nacional. Médvedev está enfadadísimo por la pobre actuación del equipo ruso en los Juegos Olímpicos de Invierno en Vancouver. No lo dicen, pero el colmo del cabreo es la eliminación del equipo ruso de hockey sobre hielo, hasta el punto de que el presidente ha pasado olímpicamente de asistir a la clausura de los juegos, lo cual es tanto más llamativo cuando que es Rusia, precisamente, la que tiene que organizar los siguientes juegos.

Oigamos al primer prócer del país en la interpretación dada por el periódico oficial y oficialista "Rossiyskaya Gazeta", nada sospechoso del sensacionalismo y sentimientos antirrusos que podrían mancillar el resto de la prensa local.

"Quien sea responsable de la preparación para las olimpiadas, debe tener la responsabilidad también ahora. Las personas responsables deben adoptar una decisión valiente y escribir una declaración (de dimisión, se entiende)", declaró el presidente, que añadió: "Si no pueden, les ayudaremos." Uffff... Mal rollito.

Yo no diría que Medvedev es un orador excepcional, pero lo de repetir la palabra "responsabilidad" tres veces en un párrafo tiene delito, y es excesivo incluso para él. Eso es puro y duro cabreo de hincha deportivo. Su actitud resulta bastante insólita en un dirigente político. España, por ejemplo, fracasa regularmente en las olimpiadas (en las de verano, en las de invierno ni lo comento) y no he visto yo a ZP o a sus antecesores pedir la dimisión de los presidentes de las federaciones o del responsable de deportes. Bueno, la verdad es que, desde la última reforma del Gobierno, el responsable de deportes es él mismo, lo que quizá explique algunas cosas.

Sigamos oyendo a Medvedev:

El presidente considera que hay que cambiar radicalmente el sistema de preparación de los deportistas: "Hemos estado viviendo mucho tiempo de las rentas soviéticas, y ahora hemos de pensar como cambiar la preparación de los deportistas. El propio deportista debe estar en la dirección, y no las federaciones, que son como gatos grasientos."

Ya tenemos un culpable. En el estilo habitual de la Rossiyskaya Gazeta, nunca es el presidente, sino los pérfidos funcionarios corruptos que se apalancan en sus indecentes poltronas y roen con sus dientes carroñeros la vitalidad popular.

Inmediatamente, llega el partido habitual, Rusia Unida, en apoyo de las justísimas palabras del presidente:

Por su parte, "Rusia Unida" expresó su disposición a tomar bajo control especial la preparación de nuestros deportistas para las Olimpiadas de Sochi. El jefe de Comité Ejecutivo Central de Rusia Unida, Andrey Vorobyov, propuso: "En los deportes en que tradicionalmente somos fuertes, tenemos que movilizar todo lo mejor que tenemos. Allí donde participemos en nuevos deportes, tenemos que atraer personas de prestigio, incluso de otros países. Se trata de una práctica internacional habitual."

Qué tío. Todo un crack de la gestión deportiva, este Andrey Vorobyov. Creo que le pagan por decir estas cosas.

Como deportista aficionado de toda la vida, el apoyo estatal al deporte profesional me parece por lo menos sospechoso. En España, en Rusia, y donde sea. Dicho esto, tomarse tan en serio los resultados deportivos de un puñado de profesionales me parece de ridículo para arriba. Ya sabemos que la clase política utiliza los éxitos deportivos para mantener embobada a la población y que no se vuelva contra ellos por su porquería de vida, pero, leches, que hay que saber perder y mantener la compostura.

De entre todas las cosas, casi todas estúpidas, que se han dicho y que recuerdan a lo que ocurren al día siguiente a la eliminación de la selección española de fútbol de los sucesivos mundiales, me quedó con lo que ha dicho la "Nezavisimaya Gazeta" que, en su tono de amargura habitual, al menos da que pensar:

Sin embargo, el undécimo puesto por países (clasificación que no existe) es un logro enorme. Que confirma que los deportistas rusos han demostrado una pericia, valor y amor a la patria mucho mayores que el estado llamado "Federación Rusa". Porque...

Según el coeficiente de mortalidad de la población, Rusia ocupa el puesto 182 en el mundo. En ausencia de corrupción, el 147. El 175 por seguridad física de los ciudadanos. El 127 por su (nuestra) salud. El 134 por su esperanza de vida y el 57 por su calidad. El 97 por la renta de la población, el 62 por el nivel de desarrollo tecnológico (¡saludemos al programa de modernización!), el 27 por calidad de la educación, el 32 en la clasificación por calidad ecológica.

Se pueden omitir los indicadores de libertades civiles y económicas. A los que cuentan los puntos en la "clasificacíón por países", esas cifras apenas les van a interesar.

Por supuesto, hay cifras, como suele decirse, entre las diez primeras. Rusia ocupa posiciones de liderazgo en el mundo en disminución de población, por el número de divorcios y de niños nacidos fuera del matrimonio. Y también por niños abandonados por sus padres, y por suicidios de niños y adolescentes. Por mortalidad de enfermedades coronarias y por consumo de alcohol (récord eterno y no superado por nadie). Sí, y además, por número de accidentes de tráfico.


Hay gente que opina que soy muy bueno juntando tópicos en muy poco espacio. Aquí yo diría que me han superado claramente, pero yo me he limitado a traducir unos fragmentos escritos por Andrey Riskin, que es vice-redactor jefe de Nezavisimaya Gazeta.

Y es ruso. Rusísimo. Las quejas, a él.

lunes, 1 de marzo de 2010

No sé qué es peor

No somos nadie. Hace exactamente una semana me estaba lamentando de los temporales de nieve, y he aquí que, acto seguido, suben las temperaturas quince grados, quince, y la cosa pasa de estar así:



a estar así:



Chapoteos, resbalones, barro, nieve sucia, hielo desnudo... Eso sí, al menos frío no hace: estamos a alrededor de cero grados, lo que, para lo que es Moscú, está de lo más bien.

Y hoy, 1 de marzo, dicen los rusos que comienza la primavera.

De ilusión también se vive.