Al día siguiente ya no me fue posible pasar ni con el truco de hacer de intérprete. El segurata, que era el mismo de la víspera, estaba perfectamente aleccionado, me miró en cuanto me vio llegar y yo me di cuenta de que allí no entraba ni el aire. Había traído una bolsa llena de esas cosas que no te dan en un hospital, al menos en un hospital público ruso: zapatillas, pijama, una muda, algunos víveres, un libro y un móvil de reserva. En fin, uno estaba asumiendo que igual iba a ser necesaria una estancia más prolongada, porque lo cierto es que allí no había diagnóstico ni nada semejante, aunque los dolores de barriga de Ame, después del banderillazo de la víspera, habían ido claramente a menos. Y la operación de apéndice había sido descartada.
La manera de hacer llegar las vituallas a los enfermos es un poco particular. En un hospital español, tendrías un horario de visitas que te permitiría un contacto con el enfermo (y más si es un niño pequeño) durante un par de horas al día que podrías aprovechar para darle lo que fuera menester. Y, en todo caso, si hay que pasarle algo con urgencia, tampoco es que haya guardias de seguridad con detectores de metal para impedirlo. Con que no armes mucho jaleo, no pasa nada. Vamos, ¿quién no ha visto, en un hospital español, al clan Heredia al completo acompañando al churumbel averiado? (Por cierto, aunque a veces es molesto para otros pacientes, lo de estas familias tiene mucho mérito)
Bueno, pues aquí no.
Aquí, los gestores del hospital han resuelto el asunto de las vituallas (que aquí es mucho más importante que en España) con la institución de la "peredacha" (transmisión, literalmente), colocando unos carritos de la compra, bastante roñosos, con el nombre de la unidad médica de destino garabateado sobre el plástico que hay en uno de los lados. Vamos, que tú ves un carrito de la compra con el nombre "gastro" y depositas allí tu bolsa, siempre teniendo en cuenta que más te vale poner bien clarito el número de la habitación y el apellido del enfermo, o tu envío puede terminar en cualquier sitio. Periódicamente, la enfermera titular de la unidad correspondiente baja, husmea si en el carrito que le toca hay algo y, si lo hay, se lo lleva.
Estas cosas, claro, no te las cuentan, supongo que entendiendo que ya te enterarás de lo que pasa por ciencia infusa, así que yo, en mi calidad de novato, perdí el envío de las once, porque, después de varias conversaciones telefónicas con Alfina, esperaba en mi ingenuidad que la enfermera bajaría, me llamaría por mi nombre y yo le daría la bolsa en mano. La enfermera bajó, pero lo de "llamar por mi nombre" no funcionó bien: la enfermera puso el piloto automático en dirección a su carrito de la compra y, como no vio nada, se dio la vuelta sin más.
Supongo que Alfina, tras haber pasado la noche en un cuchitril como ése y probablemente sudando como un pollo, porque mira que hacía calor en semejante sitio, debía estar bastante molesta con la situación. Para cuando me enteré de cómo iba el rollo, ya era demasiado tarde, porque la siguiente recogida debía ser como dos horas después. Como no me daba tiempo a pasar por IKEA a por el sofá, me quedé un rato a ver si había suertecilla y descubría un agujero por donde colarme.
Conflicto Rusia-Ucrania. Actualización mes de octubre
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"Cuánta gente apoya la guerra, y cuántos están en contra? Si bien existen
investigaciones de opinión pública no son confiables porque mucha gente
teme re...
Hace 1 mes
8 comentarios:
Que sepas que lo que pensaba en ese momento no era que durmieras en el sofá... más bien tenías que buscarte un piso de alquiler para ti solito...
La cosa se hubiera suavizado si al abrir la bolsa hubiera encontrado lo que yo buscaba... pero eso es harina de otro costal. No descartes lo del sofá todavía.
Alfina que dios en su misericordia te ampare de regresar a un hospital ruso.
Madre del amor hermoso... ¿Eso es un hospital o un centro de alta seguridad? Diosmain, cuanto líoooo.... Aish, mordiéndome las uñas estoy ya, Alfito, por leer el siguiente capítulo....
Besitos para tod@sss (en especial para el enfermito)
Alfor le respondo yo a Esther:
La seguridad en Moscu es una maqueta, armar una casa pero dejarla sin muebles por dentro.
Si bien por el momento no me robaron, y espero que pernanezca asi por mucho tiempo, he tenido varios desencuentros con los ciudadanos "-tan" , especialmente con los takiyos, que son seres dificiles de comprender.
No, si Bruno, lo del Centro de Alta seguridad lo dije refiriéndome a las cárceles esas, tipo Alcatraz, de las que no te escapas a menos que vayas en ataúd. Lo de la falta de seguridad por Moscú ya me lo imaginaba, jejeje. Pero gracias por ilustrarme ;-).
Besitos
Alfina, que no era tan fácil. Que no te imaginas lo difícil que es conseguir galletas "María" en el centro de Moscú.
Bruno, ya sabe, ojo con los tanes, pero a mí sí que me han robado a puñetazo limpio y los que lo hicieron era imposible que fueran más eslavos de lo que eran.
Esterita, la verdad es que el hospital tiene unas medidas de seguridad algo chocantes, pero me consta que no todo el mundo sale de allí en ataúd.
Hola Alfor y Alfina, mis mejores deseos para vuestra familia. Yo he pasado hace poco por la experiencia de ingresar a mi peque en un hospital infantil, el nº 9 y aunque fue "pintoresco", por suerte para nosotros no llegó a esos niveles que cuentas. El hospital infantil nº 9 no es precisamente un laboratorio de tecnología punta, pero el personal médico nos trató de maravilla. Las enfermeras también, aunque con excepciones. Nos dejaban entrar y salir sin muchas pegas aunque eso sí, con "propusk", y la comida la traíamos desde el "produkti" de enfrente, que yo sepa no hay "peredacha"... El nº 9 está en Шмитовский проезд, nº 29, bastante céntrico, por si no quieres volver a Tushino...
Ángel, gracias por el consejo, pero parece que, si vas por urgencias y eres extranjero, caes necesariamente en el hospital de Tushino. Supongo que vosotros entraríais fuera de urgencias o probablemente dirigidos desde una policlínica que tenga convenio con el hospital al que fuiste. En todo caso, me quedo con la referencia, aunque con enormes deseos de no tener que hacer nunca uso de ella.
En todo caso, que quede claro que no tengo ninguna queja del personal médico del hospital de Tushino.
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