martes, 7 de abril de 2015

Semana Santa y Pascua

Hace algún tiempo que no paso por España en estas fechas, pero espero que la Semana Santa y la Pascua, aunque sólo sea por la devoción popular y las procesiones que tenemos por allí, se celebren con cierta decencia, o con restos de la que hubo.

En Europa Central, lo cierto es que no es así.

En Europa Central, entendiendo por tal la parte germanófona, y considerando el neerlandés como una lengua muy fuertemente relacionada con el anterior y las partes francófonas de Bélgica como asimiladas por simpatía, el que no quiera ver que la Iglesia Católica está en una situación muy preocupante, debería plantearse muy seriamente graduarse la vista. No es ya que la Semana Santa se haya converftido en un período vacacional más, lo cual ya da un regusto amargo a la situación, porque un cristiano, bien al contrario, debería estar muy ocupado en estas fechas, es que la situación se ve con cierta resignación y sin ganas de revertir la cuestión. Aquí no hay mentalidad de resistencia, o al menos no se la ve. Por ejemplo, cuando los chalados islamistas entraron en la redacción de Charlie-Hebdo y se cargaron a unos cuantos miembros de la redacción, todo fueron minutos de silencio por doquier y hasta oraciones en las iglesias; sin embargo, los ocho asesinados eran unos humoristas de gusto grosero, para los que no había nada sagrado y que, ciertamente, no merecían morir, pero tampoco creo que sea como para elevarlos a los altares. Visto lo que habían dibujado anteriormente, más bien no.

El otro día, sin embargo, en Kenia fueron asesinados no ocho, como en Charlie Hebdo, sino ciento cuarenta y ocho estudiantes que no habían ofendido a nadie, y menos a Mahoma. Es que ni se parece la reacción, no sé si por ser negros, los pobres, o por ser cristianos, porque sí, los asesinos no disparaban contra los que sabían que eran musulmanes e iban buscando cristianos. He ahí que tenemos mártires, y aquí todo el mundo habla de que la mayoría de los musulmanes no son así, y que no hay que tomar la parte por el todo. Pues menos mal que la mayoría de los musulmanes no son así, porque apañábamos estábamos si la mayoría de los tropecientos millones de musulmanes lo fueran; pero es que, aunque lo sea un uno por mil, mal vamos. Entre los cristianos, no hay un uno por millon que sea así y, si lo hay, probablemente no es cristiano y lo suyo es una pose o que está mal del perol.

El día de Pascua no se dijo nada de todo eso. A ver cómo reaccionan no ya nuestros gobernantes, de los que no hay mucho que esperar, sino nuestras autoridades eclesiásticas. Las de Europa Central yo diría que no tienen claro del todo de dónde vienen los problemas.

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