Hace unos días leí esta entrada en una de las bitácoras que sigo con cierta regularidad. Entonces no podía ni sospechar que sólo cinco días después estaría durmiendo a dos minutos del lugar del delito, pero, puesto que se da el caso, me he acercado a ver si realmente es verdad.
Lo es, lo es.
Ese bicho de dudoso gusto que han colocado en la Grand Place pasa por ser un árbol de Navidad cubista, al que cuesta cuatro euros montarse para hacer el chorra. Evidentemente, los turistas que pasan por la plaza, y que, con tanto puente y tanto billete barato, son legión, lo miran con algo de aprensión, mientras que los vendedores de árboles de Navidad que parecen árboles de Navidad van a la suya.
Cosas como ésas comienzan a ser habituales, me temo, en las ciudades europeas que van de modelnas. Todavía recuerdo cuando el "amigo" Gallardón colgó por la Castellana unas palabrejas hechas con bombillas, también de dudoso gusto ¿A quién se le ocurren esas ideas? Yo no sé quién es el iluminado alcalde de Bruselas, porque sólo llevo aquí unos días y tengo cosas más urgentes que solucionar, pero está visto que, entre el asuntillo de las basuras (ya tengo bolsas de todos los colores, ¡yupi!) y la ocurrencia del árbol eléctrico, tendré que enterarme.
Además, a diferencia de lo que pasaba en Moscú, ¡a éste voy a poder votarle!
Conflicto Rusia-Ucrania. Actualización mes de octubre
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investigaciones de opinión pública no son confiables porque mucha gente
teme re...
Hace 2 semanas
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