Comienza marzo. Y marzo es un mes lleno de peligros de lo más molesto. No es de extrañar que el tono de las próximas entradas sea algo más lúgubre que de costumbre, pero ya se pasará.
Qué bonito debe de ser Moscú en invierno, con todo lleno de nieve.
Y un cuerno. A lo mejor, si la nieve fuese blanca, pues sí, pero la nieve en Moscú no es blanca. Quizá lo sea en otras ciudades rusas más, digamos, civilizadas, o bien en el bosque puro y duro; pero en Moscú... uf, Moscú es otra cosa.
La nieve en Moscú pierde su blancura enseguida y se convierte en una masa entre gris y marrón, que los barrenderos van apartando de las aceras y amontonando en los rincones de los edificios. Allí les pilla el deshielo, como el que estamos sufriendo ahora.
Y, en el deshielo, la nieve, lo que era blanco en la masa informe, se va derritiendo y desaparece, y lo que queda es toda la mugre, colillas, botellas, papeles, hojarasca y envases de todo tipo que los moscovitas han ido tirando a la calle durante todo el invierno y que los barrenderos han incluido en el montón como quien esconde la porquería debajo de la alfombra.
Qué bonito debe ser Moscú, con todo lleno de nieve.
Y unas narices.
Por cierto que la foto que ilustra esta entrada casi me cuesta un disgusto. Pero del casi disgusto ya escribiré la próxima vez.
Y, de las elecciones de ayer, podéis ir a informaros a cualquier sitio, porque todo el mundo habla de ellas. A mí no me parecen un acontecimiento relevante, y a los millones de rusos que no han votado o lo han hecho de manera mecánica y rutinaria, evidentemente tampoco se lo parece.
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Hace 1 mes
3 comentarios:
Es verdad que las Elecciones de ayer no eran demasiado relevantes. Tiene poca gracia ver una película cuando, además de conocer el desenlace final, resultan perfectamente previsibles los detalles de la trama intermedia.
En cambio, sí me parecieron singulares los flashes informativos del circo mediático español durante la jornada previa a las votaciones. Lo más que llegaron a tocar la realidad fue a través de Kaspárov -cada día más psicótico el pobre-, que continúa poniéndose cachondo cada vez que un triste becario se le acerca micrófono en ristre.
Esta vez, al menos, nuestro ZP no se atrevió a festejar anticipadamente la victoria de Zyuganov. Algo es algo.
Saludos, Alfor.
César, sí que es verdad que el enfoque que de las noticias en Rusia dan los medios occidentales en general, y españoles en particular, es bastante discutible. Yo creo que eso no es tanta culpa de los corresponsales españoles en Moscú, como de los directores de la sección de internacional de los medios, que quieren un enfoque que venda, y eso pasa por decir lo que la gente espera oír, que no es necesariamente lo que pasa de verdad. Me pasa hasta a mí, que no soy periodista, cuando les cuento cosas de Rusia a mis amigos.
Me consta que los corresponsales (incluso uno, al que, leyendo tu blog, creo que le tienes especial inquina) saben mucho más de lo que escriben, pero no pueden publicar todo lo que saben, porque entre ellos y el público lector está el director del diario, que tiene otras prioridades. En cualquier caso, me has dado una idea y creo que un día voy a escribir sobre esto. Creo que sería enriquecedor que tú, que tienes buena audiencia, también dieras tu visión (creo que es la palabra adecuada en tu blog) sobre el particular.
Y, desde luego, la mejor prueba de que estas elecciones eran poco trascendentes es que ZP no ha felicitado a Ziugánov por la victoria (me has hecho reír un rato). A poco que hubiera estado apretado el resultado, ya veríamos.
Uff, menudo montón de mierda, y perdón por la expresión (evidentemente, me refiero al de la foto).. Sin palabras me ha dejado...
Besitos
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