Hace un par de días, un sarraceno estuvo a punto de montar una gresca de aquí te espero en un tren que, en su trayecto de Amsterdam a París, pasaba por Bélgica. De hecho, el sarraceno en cuestión subió al tren en Bruselas, Gare du Midi o estación del Sur, donde con toda seguridad pasaría desapercibido así llevara un turbante y fuera recitando el Corán a voz en grito. Digamos que la barriada que hay alrededor de la estación es multicultural, o quizá lo era y está dejando de serlo, porque la morería se está haciendo mayoritaria por allí. O eso, o es que los otros salen poco de casa.
El primer suceso mosqueante es que el sarraceno yihadista -presunto, vale- metió en el tren una mochila con un kalashnikov, pistolas y armas blancas como para necesitar muchas más manos de las que Alá le había proporcionado para manejarlas todas a un tiempo. El equivalente español a ese tren, el Thalys, es un AVE, y hay que decir en favor de España que el AVE es algo mejor, y no sólo eso, sino que a un AVE no subes un kalashnikov sin que cante mucho o lo lleves muy bien escondido dentro del abrigo. O de la chilaba. Es lo que tiene haber pasado por un 11-M y un grupo de sarracenos liándola parda y apiolándose a casi doscientas personas.
Bélgica no es que no haya tenido sus experiencias terroristas, que sí, pero son de poca monta y no derriban gobiernos ni cambian resultados electorales. Yo soy un usuario relativamente habitual de los trenes belgas, incluido el Thalys, y los controles de seguridad se limitan a ver si tienes el billete en regla. Si es así, como si quieres meter cianuro en el tren. Parece que las cosas van a cambiar merced al sarraceno en cuestión, lo cual tiene maldita la gracia, porque habrá que llegar antes a la estación y soportar a los seguratas de turno, como si no tuviéramos bastante con los aeropuertos. Espero que al sarraceno le caiga una bien gorda, aunque no haya conseguido matar a nadie.
Al sarraceno lo tuvieron que reducir entre tres pasajeros, que casualmente (¡bendita casualidad!) eran militares y sabían bien cómo hacerlo. He leído en algún medio de comunicación de fuera de Bélgica que la tripulación, consciente de que algo iba peor que de costumbre, se había encerrado en un vagón y no decía ni mu. No creo que sea verdad, porque eso sería una equivocación, y no puedo imaginarme una cosa así. Además, también lo habría leído en algún medio belga, que no digo que no hayan publicado este rumor infundado, pero yo al menos no lo he leído.
Detenido el sarraceno, que parece que se había gastado sus últimos euros en adquirir la mochila, su contenido y el billete de tren, lo tienen en Francia y le han asignado un abogado de lo que en España llamamos el turno de oficio, y en Francia no sé bien cómo se llama. Al final supongo que tendrán que decidir si el delito se cometió en Francia o Bélgica, porque la cosa se produjo alrededor de la frontera y, según decidan, ya veremos a qué juez le toca sentenciar. Pero, de momento, el moro está en Francia. Con su abogada.
Al parecer, se trata de un malentendido. El sarraceno no quiso en ningún momento cometer un acto terrorista, noooooo. Él sólo quería robar a los pasajeros, como dice su padre, que anda por Algeciras y dice que el sujeto es un buen tipo, religioso (eso no hace falta jurarlo) y abstemio. Eso sí, delgadito y hambriento, y que qué menos, para llenar el buche, que robar a los pasajeros, pudiente sin duda, del tren capitalista ése que une Amsterdam con París. La abogada de oficio insiste en el mismo argumento: el chaval tenía hambre, está muy delgadito, pero no quería matar a nadie, sólo comer.
El turno de oficio en Francia debe estar fatal, y a la abogada no se le debe haber ocurrido otra cosa para defender al sarraceno, porque yo creo que esta intervención es lo único gracioso de todo el suceso ¿Robar para comer? ¿En un tren de alta velocidad, donde los billetes comienzan a partir de los treinta euros, y eso comprando con mucha antelación y en los peores horarios? O sea que el sarraceno se gasta una pasta gansa en un tren puturrudefuá, ¿y no tiene un céntimo para comer?
Que empeñe el kalashnikov, leche, que algo sacará. Además, no sé qué falta le hace, igual que las otras armas que llevaba.
Después de todo, el islam es la religión de la paz, ¿no?
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