El pasado 2 de septiembre, en Moscú estábamos a ocho grados y en mi dormitorio apenas rozaba los dieciséis. Pelado de frío, estaba durmiendo con dos mantas, pijama de invierno y un radiador eléctrico.
Tomé el avión, con destino a Valencia, al día siguiente. Por la noche llegué a una Valencia a veintiocho grados, sudando copiosamente, sin entender nada de lo que estaba pasando, con un viento de poniente caliente hasta la exageración y un dolor de cabeza persistente.
Dormí destapado y con pijama de verano. Al día siguiente, bajo un calor infernal, me planté en mi pueblo y vi que el termómetro rozaba los treinta y cinco grados.
El 7 de septiembre, en parecidas circunstancias, tomé el avión de vuelta a Moscú.
Hoy vuelvo a dormir con dos mantas, pijama de invierno y radiador eléctrico. Estamos a seis grados en la calle y lleva tres días sin parar de llover.
No me ha pasado como la primera vez que vine a Moscú procedente del verano español. Entonces, la gente me miraba por la calle sin comprender muy bien qué hacía con bermudas y camiseta de tirantes a dos grados sobre cero, mientras yo corría camino de mi casa mascullando maldiciones.
Aunque ahora vista de manera más adecuada y previendo lo que pasaría a la vuelta, tanto cambio de temperatura no puede ser bueno.
Conflicto Rusia-Ucrania. Actualización mes de octubre
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"Cuánta gente apoya la guerra, y cuántos están en contra? Si bien existen
investigaciones de opinión pública no son confiables porque mucha gente
teme re...
Hace 1 mes
4 comentarios:
Ya te vale Alfito, osea que vienes por aquí ¿Y avisas a la vuelta? Grrrrrrrrrrrrr, todio ala (te estoy sacando la lengua y haciendo pedorretas con la boca al tiempo, mientras cierro los ojos.. Es para que te hagas una imagen, ala)
Besitos
Hoy mismo el Montxi antes de plegar para su retorno a vuestra urbe consultaba el pronóstico del tiempo con apreciaciones similares a las tuyas. Con cierta añoranza agradezco tus crónicas que en cierta forma a los ausentes en la distancia de la batalla, soldados en la retaguardia, nos hacen sentir vuestras vivencias. Un abrazo para todos, Agullent for ever
No, tantos cambios de temperatura no son buenos. Aquí "perdida" poe las islas danesas hace un viento que pela. El 30 de agosto,haciendo la maleta con toda la calor en Madrid, metí más ropa de verano que de invierno porque me parecía impensable que hicera por aquí tanto frío (inocente que es una a pesar de haber estado vivendo en Moscú..). Os mantendré informados en cuanto me den una tregua! Besos a todos!
Estherita, aviso a la vuelta. De todas maneras, esos viajes relámpago no son los más adecuados para mantener el contacto. Ya pasaré con más sosiego.
Anónimo agullentino, gracias por tus buenos deseos. Ya habrás comprendido que tu retórica te delata... bueno, además del hecho de que conozcas a Montxi y ese patriótico Agullent for ever del final. Muchísimos saludos también a vosotros y a ver si nos vemos por algún lugar del mundo, Agullent incluido (mi primera y última visita a Agullent se remonta a 1983 y ya va siendo hora de repetirla).
Anónima danesa, desde aquí, con tres mantas, calefactor y pidiendo la hora de que pongan la calefacción central nos solidarizamos contigo. Cómprate algo, mujer, que, como te toque subir a los barcos, no te imaginas el biruji que corre a bordo. Un fuerte abrazo, abrígate y sigue dando noticias tuyas.
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