miércoles, 19 de marzo de 2014

Crimea

Estos días, todo rusófilo tiene que estar viviendo una situación bastante esquizofrénica con el embrollo éste que se está montado en Crimea. Como ya quedó dicho, y con todas las excepciones que se quiera, que tampoco son tantas, los rusófilos no viven en Rusia, lo cual, ahora que lo pienso, me permitiría entrar en la categoría, que hasta el momento me estaba vedada. Además, los rusófilos, en su inmensa mayoría, son de izquierdas. Eso ya quedó razonablemente claro en su día.

Con el asuntillo de Crimea, lo que está pasando es simplemente mareante. Leyendo la prensa occidental, uno no sabe muy bien con qué carta quedarse, porque hay opiniones para todos los gustos. A diferencia de la última vez que Rusia sacó los tanques, en agosto de 2008, cuando ocupó Osetia del Sur y Abjasia, esta vez la prensa parece mucho mejor documentada y no se queda en lo que ha pasado en los ultimos tres meses, sino que echa un ojillo a la historia más o menos reciente. Y así, todos sabemos que Crimea, si nos ponemos chulos, la puede reclamar media docena de países, incluyendo a Grecia, Turquía, la propia Ucrania, Rusia mismamente y, si nos ponemos irredentistas, también la podrían reclamar Polonia, Bielorrusia y, ya puestos a desbarrar, hasta Lituania o Italia misma.

Una cosa buena es que, entretanto, todo el mundo sabe que Crimea pertenece (bueno, pertenecía) a Ucrania por un capricho de Nikita Jrushiov, ucraniano él mismo, que en 1954, al cumplirse el tricentenario de la anexión de Ucrania Oriental a Rusia (la occidental es otra cosa), decidió celebrarlo haciendo un regalito de Rusia a Ucrania: Crimea ¿Había pertenecido alguna vez Crimea a Ucrania? Jamás de los jamases. Crimea fue conquistada para Rusia por Catalina II hacia el final del siglo XVIII y, si en San Petersburgo existe un palacio de Táurida y unos jardines de Táurida, es precisamente para conmemorar este hecho, porque, y esto parece menos documentado en prensa, la Táuride es Crimea en idioma clásico.

Antes de eso, y desde cosa del siglo XV, Crimea era básicamente un nido de bandoleros bastante poco recomendables, porque tal cosa era el Janato de Crimea, uno de los estados escindidos de la Horda de Oro, liderado por unos tártaros bastante levantiscos (en Rusia, tártaro es cualquier cosa que venga de un país pagano y nos haya jorobado en la Edad Media: caben mongoles, persas, tártaros propiamente dichos y otros pueblos raros) que se pasaron varios siglos hostigando a los rusos, que estaban bastante hartitos de la situación. El Janato de Crimea era nominalmente vasallo del la Sublime Puerta, pero el sultán no creo que se lo creyera demasiado. Para encontrar algo parecido a un ucraniano en Crimea hay que remontarse al siglo X, y ese ucraniano lo es con muchas comillas y es nada menos que San Vladimiro, que se convirtió al cristianismo allí mismo, en un episodio que creo haber repetido en alguna ocasión tal y como lo relatan los cronicones medievales rusos y que es para desternillarse de risa.

En resumidas cuentas, no es ninguna novedad que Crimea sea un lugar disputado, por el que ha habido tortas desde hace milenios, y que no acaba de situarse en ningún país sin que otro levante la mano y diga que a él también le gusta.

Digo yo, entonces, que un rusófilo izquierdista de pata negra debe estar confuso con el jaleo que se está montando, porque, visto de una manera, lo que pasa es que una potencia indudablemente imperialista, con una importante base militar en el territorio, ha enviado a un mogollón de soldados so pretexto de proteger a una parte de la población, y en cuestión de días las autoridades títeres que se han impuesto han convocado un referéndum, que han ganado por una goleada sonrojante, y la potencia ocupante ha aceptado de mil amores la solicitud de adhesión de la región ocupada. Hasta aquí, la descripción de lo sucedido supera lo que pasó en Irak, porque, hasta el día de hoy, Irak sigue teniendo las mismas fronteras que antes y no se lo ha tragado nadie. Vamos, que el izquierdista debería rugir contra el imperialismo rampante de la potencia ocupante, y proteger el derecho del país más pequeño.

Sin embargo, resulta que los Estados Unidos y la Unión Europea se oponen al asunto. Más los primeros, encima, y resulta que, para un rusófilo izquierdista fetén, todo lo que hagan los Estados Unidos es malo por definición, aunque lo haga Obama. Por tanto, tocaría apoyar a la potencia invasora, por muy imperialista que sea. Y, además, aunque sea muy de derechas, porque en algún sitio ya he dejado dicho que todos los partidos políticos rusos con cierta representación, pero todos, en cualquier lugar de occidente serían considerados de extrema derecha, incluidos los comunistas.

Me he tomado la molestia de indagar un poco por los medios de izquierdas (suelo preferir "Público"), y la verdad es que lo que he visto allí es bastante confuso. Frente a la habitual división en muy buenos y muy malos, que deja las cosas clarísimas, en este tema encuentro comentarios confusos y para todos los gustos, desde el rusófilo izquierdoso al que le puede más su parte rusófila, y aplaude la anexión, hasta el izquierdista que no perdona a Putin sus posturitas supuestamente homófobas, y está en contra de ese régimen fascista, pasando por el independentista catalán que aprovecha el referéndum para trazar paralelismos y asegurar que la libertad de Cataluña está más cercana. Un lío, vamos. Supongo que a los izquierdistas les desorienta mucho que la Iglesia no haya dicho ni mu en este asunto y, por tanto, no puedan echarle la culpa ni sostener la opinión contraria, sea la que sea.

Para colmo, los chicos que están ahora en el poder en Kíev tampoco es que sean mucho de izquierdas, y hasta he oído a algún tipo con vestidura paramilitar, en las cuatro palabras de ucraniano que más o menos pillo, que tira para atrás de nacionalista violento, muuuuy de extrema derecha. Parece mentira que todos estos chicos, hace tan poco como treinta años, estuvieran cantando loas al internacionalismo y a la hermandad de los pueblos. Toma internacionalismo y toma hermandad.

A todo esto, mucho burlarme de los rusófilos de izquierdas, pero quizá debería escribir cómo se toma esta situación la quinta columna rusófila que tengo en casa y, en particular, nuetra putinista de cabecera, Ro.

Pero eso lo dejo para la próxima entrada, porque hoy se hace tarde.

6 comentarios:

  1. No puede uno estar de acuerdo con algo en general. Yo es que veo aquí varios momentos, como dicen los rusos:

    1) Putin invade Crimea con un ejército sin identificar, en la operación de massovka más impresionante hasta la fecha: malo.
    2) La excusa de Putin es tan falsa como la de Bush para la guerra de Irak: malo.
    3) Putin es Putin: malo.*
    4) El ejército no pega, relativamente, ni un tiro: bueno.
    5) Coincide que los rusos de Crimea está a favor. Autodeterminación de los pueblos: bueno (hasta Rajoy lo dice: lo moderno ahora es la integración).
    6) Todo el proceso es una barbaridad jurídica: me da bastante igual, se hace a diario.
    7) Se sientan feos precedentes: Mas pide ayuda a Francia y se anexiona a ella. Los rusos reclaman la Baja Sajonia para proteger los derechos de los rusos alemanes. Malo. (Es broma: todo el mundo sabe que los precedentes no existen.)
    8) Siendo egoístas, esos rusos van a estar mejor en Rusia: hay países en que se vive peor que en Rusia y Ucrania es uno de ellos. Bueno.

    Creo que se pueden tener opiniones por cada uno de los puntos, y que no se puede estar a favor o en contra de todos por definición. Mis dos centavos, como dicen los yanquis.

    *Putin es Putin. Cada vez estoy más convencido de que, por mucho que influya un gobierno en el pensar de las gentes, más influye la gente en el pensar del gobierno, ni aunque se haya puesto a dedo: Putin, con todos sus fraudes electorales, es una consecuencia del momento histórico de Rusia. Más no se le puede pedir a los rusos. Son muy asín. Necesitarían un trauma nacional más grande que el colapso de la URSS para cambiar.

    Supongo que es que soy rusófobo. No aguanto diez minutos viendo las noticias nacionales. No estoy a favor de la arbitrariedad, el patrioterismo, el victimismo nacional, las malas carreteras y el nepotismo, valores tradicionales eurasiáticos todos ellos. No tengo ningún interés por que la corrupción russian stile se extienda más de lo que está, ni entiendo cómo se puede ser de izquierdas y ser prorruso. Perdón por la tirada.

    ResponderEliminar
  2. Solo en broma podemos observar objetivamente el mundo en que vivimos.
    Total mejor nos reimos un poco de las contradicciones"evidentes".
    Ya acostumbraremos los ojos a ESTAS TINIEBLAS , para poder diferenciar los bultos.
    Soy argentina ,te invito a un paseo por estas latitudes sureñas .
    Acá si que las confusiones son perpetuas y dolorosas.

    ResponderEliminar
  3. Beloemigrant, yo también diría que aquí no hay buenos ni malos, sino todo lo contrario.

    Por cierto, estoy totalmente de acuerdo con lo de Putin es Putin, y que no se puede pedir más a los rusos. Tristemente, no es menos cierto que Rajoy es Rajoy, que Zapatero era Zapatero (y lo sabíamos cuando lo elegimos por segunda vez) y hasta que Juancar es Juancar. Es lo que hay.

    Yo tampoco sé muy bien cómo se puede ser de izquierdas y ser prorruso, cuando todos, pero todos, los partidos políticos rusos son de extrema derecha, pero el hecho es que sucede continuamente. Supongo que puede más ser antigringo que ser de izquierdas.

    Ánimo. En Rusia, con esas ideas, o está uno rodeado de guiris que más o menos las compartan y no estén demasiado engolfados por el país, o uno se siente muy solo. Le comprendo muy bien.

    Ana , yo creo que me hubiera dado cuenta de que eres argentina incluso si no lo hubieras escrito. Me caen muy bien la gran mayoría de los argentinos, pero eso debe ser por la tendencia a no tomarme las cosas demasiado en serio.

    ResponderEliminar
  4. Primero, Jrischev no era ucraniano, o Kursk, de donde procedía, es Ucrania. Una de dos :)

    Lo peor es que Putin parece no contentarse solo con Crimea y reúne en las fronteras un las tropas y tanques. Así que Dios nos coja confesados....

    Ah, ¿y sabes que los rusos ya hay reunido más de 70000 firmas para que Alaska se una a Rusia? :)

    Lo de Francia hay que pensárselo.... No está mal la idea, no está mal.... :)

    ResponderEliminar
  5. Inmi, respondo en entrada nueva, que lo tuyo tiene enjundia.

    "Lo de Francia" no lo he pillado, la verdad.

    ResponderEliminar
  6. Pues dejar que los catalanes empiecen a formar parte de Francia :)

    Nunca me preocupaba mucho Crimea, pero ahora me dan una pena tremenda los tártaros. No los supimos defender....

    ResponderEliminar