miércoles, 3 de septiembre de 2008

Dependientes contra cineastas

En Moscú, todavía hoy, en que lo peor ha pasado, se pueden adquirir cosas, todo tipo de cosas, en una serie de chiringuitos destartalados situados en los pasajes subterráneos, cerca de las bocas de metro, dentro de las bocas de metro, alrededor de las paradas de autobús y, en resumidas cuentas, en prácticamente cualquier rincón disponible.

Normalmente, esos tenderetes forman parte de una especie de cadena. Un empresario consigue, y no vamos en entrar en el cómo, las licencias correspondientes, se lo monta con unos paneles prefabricados, contrata un gorila que mantenga a raya a potenciales díscolos y, finalmente, compra todo tipo de mercancías, desde tomates a zapatos, sitúa en los chiringuitos sendos dependientes y hala, a hacer la competencia a los centros comerciales. Creo que, en fino, eso se llama "tienda de proximidad". Pero eso es en fino. Que quede claro que es un chiringuito apestosillo.

Hacer la competencia a los centros comerciales no debe ser fácil, y el empresario tiene que ajustar gastos, y parece evidente que quienes peor parados salen en los ajustes son los dependientes, los cuales no están muy motivados en su trabajo. Leches, en ningún país he visto un servicio peor que en Rusia.

Obviamente, en esos chiringuitos se vende lo que la gente demanda. Un día, iba yo por los pasadizos del metro Kitay-Gorod cuando vi un chiringuito donde vendían películas y, como me sobraba algo de tiempo, me puse a mirar. Lo que demanda la gente en Rusia son lo que muy finamente se llama en España "películas de acción", que son ésas en las que hay heridos y muertos y unos a otros se arrean unas somantas de aquí te espero. Si no hay tortas, la película no gusta. El segundo género más demandado, a juzgar por la oferta, es el porno, pero está bastante lejos del primero. Y luego vienen películas infantiles, algunos clásicos... ya a bastante más distancia todavía.

En esto, curioseando, en un estante superior, veo un intruso, una película que no debería estar ahí. Parpadeo para asegurarme de que no es un sueño, y no, parece que no lo es.

"Andrei Rublyov", de Tarkovsky.

Para el que no haya oído hablar de él, que sepa que Tarkovsky es (era, por desgracia) el paradigma más brutal de cineasta... mmm... no comercial. Cine de autor en estado puro. De hecho, fue mi primer contacto con el cine ruso, en los lejanos años de estudiante de ruso en Valencia. Un día, mi profesora llegó la mar de contenta:

- ¡Van a echar un ciclo de películas de Tarkovsky!
- Ah...
- ¡Y en versión original con subtítulos! Podréis escucharlo en ruso.

Bueno, yo no había oído hablar de él (había muerto hacía poco), pero mis compañeros de clase, que eran bastante más fanáticos que yo, sí lo habían hecho y había quien sabía los títulos de sus películas.

- Lo echarán los martes, por la segunda cadena.
- Ah, qué bien, ¿a qué hora?
- A las dos de la madrugada.
- ¿Quéeee?
- A las dos, sí.
- Vaya, vaya, horario estelar...
- ¿Estelar? Bueno, es verdad que es un poquito tarde.
- Digo que es estelar porque, si la noche es clara, el cielo estará lleno de estrellas.
- En todo caso, vale la pena verlo.
- Profa, que uno es joven, pero los miércoles tengo clase a las ocho de la mañana.
- ¿No tienes vídeo?
- No. Somos pobres. Ni siquiera tenemos tele en color.
- Bueno, de todas formas muchas películas de Tarkovsky son en blanco y negro.
- Ah, qué bien.

El primer día intenté hacer la machada con "Stalker". El problema no era tanto que la película comenzara a las dos de la madrugada, como que "Stalker" dura tres horas. De hecho, parece que Tarkovsky pensara que la duración mínima de una película debía ser de tres horas, porque "Andrei Rublyov" las sobrepasa holgadamente. El caso es que a la media hora de comenzar "Stalker", el ciclo de Tarkovsky había terminado para mí. Mi profa no me lo reprochó demasiado e incluso me aprobó a final de curso.

Y ahora, vueltos al chiringuito de Kitay-Gorod, tenía la oportunidad de que "Andrei Rublyov" fuera mía y sólo mía. Además, para entonces ya la había visto, además de sus otras obras principales y, para mi sorpresa, descubrí que el cine de Tarkovsky me gustaba.

- Женьщина! (Señora) - me dirigí a la dependienta.

La dependienta era una señora de simpatía pequeña, edad mediana y cuerpo grande.

- Что вам? (¿Qué quiere?)
- Можете мне пожалуйста показать вот этот фильм? (¿Me puede enseñar esa película?)
- Какой? (¿Cuál?)
- Вот такой, наверху, Тарковского. (La de ahí arriba, la de Tarkovsky.)
- Тарковский? (¿Tarkovsky?) - dijo mirando lentamente hacia arriba con mucha desgana y dando un suspiro.
- Да, "Андрей Рублёв". (Sí, "Andrei Rublyov").
- Тарковский, Тарковский... Зачем вам Тарковского? Возьмите вот этот (Tarkovsky, Tarkovsky... ¿Para qué quiere usted a Tarkovsky? Llévese ésta) - y me señaló una que tenía a mano.
- Но я хочу фильм Тарковского... (Pero yo quiero la de Tarkovsky...)

Me miró de arriba abajo con todo el desprecio de que era capaz y viendo a ver si el pesado que le estaba haciendo moverse se largaba. Yo estaba un tanto confuso, porque es verdad que el servicio es malo en general, pero yo es que iba a comprar una película de culto y me ponían en la mano una de tiros, tortas, culos y tetas. Se suponía que una señora de los cuarenta y pico o cincuenta que tenía la dependienta me tenía que mirar mal si yo compraba una peli porno, no una de Tarkovsky sobre un monje medieval. Algo no iba como debería ser.

- А если сам возьму? (¿Y si la cojo yo?) - intenté.

Al final, se levantó refunfuñando y la cogió, y me la vendió. Estuve tentado de decir "Pues ahora no la quiero", pero no me atreví. A la próxima lo hago, fijo.

4 comentarios:

  1. Yo, empecé la casa por el tejado. Ví por recomendación la de 'Brat', imaginando que sería algo en plan "es la hora de los mamporros". Pero no, realismo duro y poca acción del estilo "made in Hong-Kong".
    De Tarkovsky sólo he visto "La infancia de Iván" y me costó pillarle el punto. Probaremos con el resto de su filmografía. Y algún día le quitaremos los subtítulos y la dejaremos en Versión Original a secas :)

    ResponderEliminar
  2. Je je, que te parece ciclo de pelis de Tarkovsky en un pueblecito cerca de Bilbao, con subtitulos en inglés... :) La verdad que disfruté de lo lindo y se juntaba bastante gente...

    ResponderEliminar
  3. Yo creo, Alfito, que a la señora lo que le sorprendió de tu elección, es que no era porno y, encima, ¡¡¡estaba casi escondida!!! Y para colmo de males, para dártela, tenía que moverse, si es queeeeee.... En fin, ya nos contarás que tal. La verdad es que yo en cine ruso ando un poco pez y de este señor no he visto nada. Pero prometo que intentaré ver alguna película, eso sí, supongo que será, como mínimo, subititulada, porque mi ruso todavía anda en formato de hipótesis (la hipótesis de que podría aprenderlo, vamos, jeje)

    Besitossssssssss

    ResponderEliminar
  4. Keithania, ánimo con Tarkovsky. "La infancia de Iván" es sólo su primera película. "Stalker" y "Andrei Rublyov" ya le muestran más maduro. Y es bueno. Hay que tener tiempo para verlo, pero es bueno.

    Y, en todo caso, mejor con subtítulos que doblada. Eso nunca.

    Anónimo, mis prejuicios sobre Vizcaya excluían la posibilidad de que se juntara bastante gente en un ciclo de Tarkovsky. Celebro que mis prejuicios sean equivocados (cosa de la que seguro que me iré dando cuenta a medida que vaya yendo por allí más a menudo).

    Estherita, sí, creo que lo has pillado.

    ResponderEliminar