miércoles, 16 de abril de 2008

El ensayo

¿No os habéis quedado nunca encantados viendo los logros de los rusos y de los habitantes de otras repúblicas antiguamente soviéticas en el deporte y en las más diversas disciplinas artísticas? Los mejores músicos, los mejores gimnastas, los mejores ajedrecistas, los mejores bailarines, los mejores patinadores, y una larga lista de disciplinas en que los rusos son la pera limonera, muy por delante de los segundos, aunque ahora los chinos comienzan a acercarse mucho.

¿Cómo lo hacen? Bueno, yo hasta ahora había pensado que eran gente especialmente dotada para estas disciplinas, además de disfrutar de un ambiente en que se valora la afición al arte. Pero eso era hasta ahora. Ahora ya tengo una idea de cómo se consiguen estos resultados.

El sábado pasado por la tarde fui a la escuela de música a acompañar a Abi, que tiene el concierto final del curso la semana que viene. Abi toca el piano y el violín, pero en el concierto participa dentro de uno de los tres coros infantiles de la escuela, y el sábado por la tarde tenían uno de los últimos ensayos. Los padres ocupamos las últimas filas de la sala para hacer de público y que el ensayo tuviera mayor realismo. Bueno, la verdad es que padres, lo que es padres, había bien pocos; yo diría que, quien más quien menos, había aprovechado el buen tiempo que hacía (y que ya no dura, maldición), para irse de parranda y dejar a los niños en manos de los abuelos, que eran los que estaban por allí.

La directora del coro distribuyó a los niños, que tendrían entre ocho y diez años, en tres filas. Abi, que es de las más pequeñas del grupo, se quedó en la fila inferior, en una esquinita, de pie, muy seria y sin mover un músculo. Empezó el ensayo. La primera obra era una cantata religiosa, con la misma letra del Padrenuestro.

- Padre Nuestro... - empezó el coro.

- ¡Alto! - gritó la directora - ¡Miradme todos a mí! ¡Tú! ¿A dónde estás mirando? Empezamos de nuevo, Padre Nuestro.

- Padre Nuestro...

- ¡Alto! ¡No me lo puedo creer! ¡Que me tenéis que mirar a mí! ¡Cretinos! ¡Tú! ¿Otra vez mirando a qué? ¡Fuera de mi ensayo! ¡Y no vengas al concierto!

El niño aludido se quedó petrificado en el sitio.

- ¡Fuera! - y la directora extendió el brazo hacia la puerta.

El niño, con unos ojos como platos, bajó de su segunda fila y con el labio inferior moviéndose visiblemente, se fue al fondo de la sala. Su abuela salió de la sala con él. Yo tenía ganas de toser, pero no me atrevía. Miré a Abi, que estaba tiesa como un palo en su sitio, y le hice un gesto con la mano en plan ¡Vaya tela! Abi lo vio, pero lo único que hizo fue mover un poquito la mano derecha, como para devolverme el saludo sin que nadie lo viera, mientras el brazo derecho seguía pegado al cuerpo.

- ¡Volvemos a empezar! ¡Ya!

- Padre Nuestro, que estás en los cielos...

- ¡Alto! ¿Qué es esto? ¡Tú, fuera!

Y una niña fue también eliminada. No se atrevió a irse y se quedó en el centro de la sala, delante de los padres, viendo el ensayo.

- ¡Qué clase de pueblo es el nuestro! ¿Por qué tengo que chillar para que me hagáis caso? ¡No necesito esto! ¿Por qué tengo que quedarme un sábado por la tarde haciendo esto? ¡Cantad bien! ¡No habléis! ¡Hasta los loros pueden hablar! ¡Lo que quiero es que cantéis!

Otros dos niños fueron despachados antes de llegar a "hágase tu voluntad". Las filas del coro se empezaban a espaciar peligrosamente, y Abi tuvo que colocarse más al centro. La directora, que evidentemente tenía una voz magnífica, hacía retumbar las paredes con los berridos que soltaba. Los niños ni se movían.

- ... así en la Tierra como en el Cielo...

- ¡Alto! ¡Qué clase de idiotas tenemos hoy entre nosotros! ¡Ya está bien! ¡Estamos en un coro, y yo soy su directora, y si no os gusta, fuera! ¿Has oído? ¡He dicho fuera!

Las bajas ya eran tremendas, pero, por fin, la composición del coro pareció satisfacer algo a su directora.

- ¡Bien! ¡Está visto que echas a algunos idiotas que han venido, y todo comienza a sonar mejor!

Yo seguía sin atreverme a toser.

Al final, terminó el ensayo. Abi vino a donde estaba yo.

- ¿Estás bien? - le pregunté, preocupado.

Me miró con cara de no entender nada.

- Sí, claro ¿Por qué no?
- No, no, por nada.

Salimos de la escuela y tomamos el camino de casa.

- ¿Qué tal la directora del coro?
- Ah, muy bien. Nos quiere mucho.
- Abi.
- ¿Qué, papá?
- Creo que voy entendiendo por qué no me haces ni puñetero caso cuando te digo amablemente que hagas los deberes.

7 comentarios:

  1. Esta historia me ha hecho acordar un caso de mi escuela primaria. No hacía caso a la profesora y esta se acercó a mi pupitre y descargó una hostia sobre mi plumero. Y lo rompió. Tal vez quería sólo golpear contra el pupitre para atraer mi atención, pero erró el blanco.

    Era mi plumero favorito...

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  2. Sergeï, perdona, pero, ¿qué es un plumero?

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  3. Alfor, ¿no se llama así al estuche este con bolis y lapices?

    Como este http://www.segment.ru/data/images/novelties/105685_izmenit_razmer_1.jpg

    Pero el mío era como estuche y de plástico.

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  4. Sergeï, en mi tierra, a eso se le llama "plumier", pero efectivamente he mirado en la RAE y el segundo significado de "plumero" es "vaso o caja donde se ponen las plumas". Normalmente, el plumero es un instrumento para quitar el polvo.

    Gracias por la palabra, que siempre sirve para enriquecer el vocabulario de uno. Y lo siento por tu plumero.

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  5. alfor, esta palabra parece francésa ("plumier") :) Pues la voy a memorizar, jejeje... Como dice el refran ruso: Век живи - век учись!.

    Pues la verdad que este plumier me molaba mucho. Es que tenía un pequeño reloj y pequeños счёты. Perdon, pero no encontré equivalente en cristiano. ¿A ver si tu lo sabes?

    Se tratat de esta cosa en imagen:
    http://www.intuit.ru/department/history/ithistory/7/07-01.jpg

    Este gadget era muy popular en las tiendas de la era de la URSS. Calculadora soviética :))

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  6. Sergeï, efectivamente, plumier viene del francés. En cuanto a la palabra que buscas en castellano, equivalente a "счёти", es "ábaco".

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  7. Bufff... Así seguro que todo sale bien. La verdad es que de la dureza para ciertas disciplinas por parte de los rusos, ya sabía algo, de hecho, algunas entrenadoras rusas de gimnasia rítmica y artística, así como alguna o alguno de patinaje sobre hielo, he oído alguna vez decir que los han destituido por maltrato psicológico.

    Besitos

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