Sumbulovo es un pueblecito de una sola calle situado en la región de Riazán, a unos 240 kilómetros al este de Moscú, que es como decir a unos mil kilómetros del mar más próximo. Un sitio en el interior bien interior. Además de la calle, que no es sino un camino de tierra arenosa por el que parece milagro que puedan desplazarse los vehículos que lo hacen, existen unas instalaciones de descanso a donde me llevaron mis pasos pecadores este fin de semana pasado. En dichas instalaciones uno alquila una casita y puede pasar unos días de relajo en mitad de casi ningún sitio. Como el tiempo, cosa insólita, acompañó bastante, la experiencia resultó muy agradable.
Domingo, nueve de la mañana. En el comedor de Sumbulovo se están sirviendo los desayunos. Ocupamos nuestros lugares, mientras en las mesas de al lado otros huéspedes, que ya están dando cuenta de los suyos, conversan tranquilamente entre ellos, ya parece que un poco chispas y con el tono de voz de quien se lo está pasando muy bien en aquel sitio.
Una voz se destaca sobre las demás.
- ¡Vamos a brindar! Vamos a brindar para que aquí no haya ningún tsunami.
Si es que cualquier excusa es buena...
Madre del amor hermoso. Estos rusos están locos (permiteme que parafrasee a Asterix en esta ocasión, Alf).
ResponderEliminar¿Un Tsunami a 1000km del mar? Bueno oye, tampoco es imposible, claro que yo me uno a ese brindis, porque para llegar ahí, antes arrasa media Europa, y lo mismo nos pilla de por medio...
Por cierto, dejando al ruso "achispado" a un lado, y ahora que ya he conseguido reponerme del ataque de risa, el paisaje de la foto es precioso, francamente. Debisteis pasarlo de miedo.
Besitos
No estuvo mal, no. Todo lo contrario.
ResponderEliminarEl lugar es precioso Alf, te digo que cada vez que te leo me dá más curiosidad ir allá...
ResponderEliminarY en cuanto al Tsunami...esas cosas me dan miedo, así que ni hablar de ellas...
Besitos