En la entrada anterior sobre el pabellón de reposo quizá no aparezca suficientemente claro cuál es el concepto de reposo de la población local. Para evitar caer en confusiones, bueno será aclarar que el ruso medio, en reposo, se dedica básicamente a cazar o pescar y, a continuación, a dar buena cuenta de sus presas.
Y es que, contra la creencia de que la ortodoxa es la religión mayoritaria en Rusia, es todavía más popular el "shashlik". Un shashlik es una especie de pincho de carne o de pescado cocinado a la brasa. Suele estar de miedo, con la ventaja de que la mayor parte del año es compatible con la religión ortodoxa, lo que posibilita que los fieles de ambos no tengan problemas de conciencia, excepto en cuaresma; pero de la cuaresma ortodoxa, sensiblemente más exigente que la católica, ya escribiremos cuando el calendario llame a ello.
De momento, quedémonos con el shashlik. En Sumbulovo, en una de las casitas de madera, todas ellas provistas de un brasero y de un pequeño jardín donde cocinar, nos juntamos cinco adultos españoles, seis niños no menos españoles y cinco rusos adultos y nos dedicamos durante buena parte de la noche a ejercitar la mandíbula mediante la ingesta de shashliks alternos de carne y pescado, regados con cerveza, vino y vodka. A pesar de mis costumbres, y teniendo en cuenta que brindar con bebidas no alcohólicas está pésimamente visto en Rusia, hice de tripas corazón y me resigne a la cerveza. Al menos, como comenzaba a refrescar, cada vez estaba más fría.
A los niños se les facilitó "Buratino", una especie de gaseosa local con un sabor interesante, pero indescriptible. Algún adulto, tras haber plimplado algo, consideró oportuno pasarse a ella, y entre ellos se encontró Alfina. Pero ojo, de noche cerrada el pasarse al "Buratino" tiene sus peligros: uno se confía y puede pasar algo desagradable.
Como a Alfina, que se levantó, volvió a la mesa con algo de sed, agarró el vaso que tenía delante, pensando que sería el suyo, y lo vació de un trago, para inmediatamente soltar un sonido como de garganta quemada, comenzar a temblar y a sacudir la cabeza y decir:
- ¡Ajjjjjjjj, era vodka!
Moraleja: De noche, todos los vasos son pardos.
Madre mia oye, eso del shaslik tiene una pinta increíble, tenía que estar para morirse de bueno... Pero suena a rollito barbacoa Alf, y eso exige cerveza, es sagrada la cerveza en una barbacoa. Menos mal que tu pasado vino al rescate, ains, cuanto me alegro... En cuanto a Alfina... Pobrecica mia, que susto más gordo, ains.
ResponderEliminarBesitos
Esther, la verdad es que la cerveza no me ha gustado jamás (excepto un breve período de mi vida, en Alemania), pero es mejor que el vodka.
ResponderEliminarAlfina, que hay mucho malpensado por ahí... Eso sí, lo de los cazadores vecinos es peligroso, que los disparos iban que volaban, y no sé si estarían serenos.
jajaja...no sabes que risa me ha dado tu moraleja, por lo cierta que es.
ResponderEliminarEn cuanto a la cerveza, le he ido tomado el gusto, pero a mí me gusta más el Vodka.
La cerveza en Alemania debe ser deliciosa no? Yo tengo en México un Amigo Alemán que aquí no toma cerveza , simplemente no le gusta...
Besitos
Ains Alfina, que peligro... Ve con cuidado con las ositas, los oseznos, los cazadores borrachos y el alcohol de quemar, todo junto es peor que nitroglicerina en las manos de un mono con parkinson...
ResponderEliminarBesitos
Bar, la cerveza en Alemania está sensiblemente mejor que en otros sitios. A mí me parecía soportable y todo.
ResponderEliminarAlfina, muy agudo lo de los rifles. Sí que se habrían metido unos cuantos, sí...