miércoles, 29 de marzo de 2023

Cora

Como ya hemos visto, el sector de la distribución alimentaria en Bélgica está en pie de guerra, y no se limita sólo a Delhaize le Lion y su intención manifiesta de pasar al modelo de franquicia. En una aplicación de libro del refrán español "Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar", dos sindicatos han convocado una huelga en todo el sector el 17 de abril, por si a las otras cadenas les da por cambiar también el modelo de negocio. Uno pensaría en que los convocantes son unos leninistas de extrema izquierda y de tomo y lomo, pero qué va: resulta que son nada menos que el CGSLB (Centrale Générale des Syndicats Libéraux de Belgique), el sindicato liberal (sí, insisto en que en Bélgica hay un sindicato que se dice liberal), y ACV ¿Que qué quiere decir eso? Pues quiere decir Algemeen Christelijke Vakverbond, y es el sindicato católico, que es el mayor de Bélgica por número de militantes. Pero no nos animemos mucho los católicos, porque uno de los folletos que se pueden encontrar entre los materiales que reparte el sindicato es para exhortar a sus militantes a que hagan respetar el Ramadán en las empresas en que trabajan.

Así pues, las cosas siguen animadas en el sector. Es el momento, pues, de seguir dando un repaso a cómo hemos llegado hasta aquí. Y, para eso, vamos a volver a la familia Delhaize, porque nos habíamos dejado a un hermano, Louis Delhaize, haciendo la guerra por su cuenta, mientras sus hermanos se asociaban.

Louis Delhaize no se mudó a Bruselas, sino que se quedó en Charleroi y desarrolló su negocio fundamentalmente en el Henao (en francés es Hainaut, y se pronuncia Enó pero no hemos estado los españoles dos siglos currándonos esta zona como para no usar los nombres españoles). Murió en 1897 y dejó la empresa a sus hijos Achille, René y Georges, que ejecutaron la expansión internacional de la empresa. Claro, al no haber fronteras naturales con casi ningún país, la expansión internacional de las empresas belgas no es muy complicada y, en este caso, se dirigió al norte de Francia. Tampoco es que fueran muy aventureros. El hijo de Georges Delhaize, que se llamaba Louis, como su abuelo, fue el siguiente familiar a cargo de la empresa. Con el tiempo, las diversas empresas familiares se unieron en el Grupo Louis Delhaize y, cómo no, se decidieron a ir un paso más allá y no conformarse con los supermercados, sino pasar a los hipermercados. Y así nació Cora.

Cora es técnicamente una empresa franco-belga cuyos dueños, al menos en la gran mayoría del capital, son miembros de la familia Bouriez, una rama de los Delhaize. Alrededor de Bruselas, y en la propia Bruselas, hay tres o cuatro hiper del grupo, y la verdad es que, si uno anda con prisas y tiene que comprar muchas cosas, están bien. Son del tamaño de los Carrefour o Alcampo grandes que conocemos en España, pero lo que realmente llama la atención es la clientela, al menos a mí. Yo voy de vez en cuando al de Anderlecht y resulta difícil resistirse a la impresión de que la mayoría de los compradores son moros y, de hecho, yo diría que a veces se escucha más árabe que francés. Es verdad que los compradores moros van en grupo y hablan entre sí, mientras que los demás tenemos tendencia a ir solos, qué le vamos a hacer. Y, claro, no hablamos, porque, si hablamos cuando estamos solos, contribuiremos a dar la impresión de que no sólo hay moros, sino también españoles, pero nos jugamos que nos pongan una camisa de fuerza.

Hace unos días estaba estudiando cuentas anuales de empresas belgas y me topé con las de Cora, que son razonablemente reveladoras de que las cosas les han ido mejor en años anteriores. Sí que parece que ha habido tiempos mejores en el sector, y que, por ello, no es de extrañar que los empresarios estén considerando cambiar de modelo de negocio. Lo que no está tan claro es si las huelgas actuales y las que se anuncian van a tener la virtud de arreglar el asunto.

En todo caso, queda una cadena belga por revisar, que además es la que visito con más frecuencia, pero eso quedará para la próxima ocasión.

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