Como casi todos los lectores de esta bitácora saben, uno de los principales motivos, si no el principal, de largarme de Rusia fue no tener que aguantar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, que en Rusia es un fenomenal derroche de hipocresía mezclada con unas cantidades de almíbar endulzado que, francamente, no puedo aguantar.
Para mi desgracia, en estos tiempos de corrección política y de locura colectiva, la susodicha celebración, que debería estar proscrita en los países civilizados, ya campa por sus respetos incluso fuera de la antigua URSS. Todavía no es festivo, a Dios gracias, pero se las trae y amenaza con alcanzar los niveles de hipocresía y almíbar que ya se han alcanzado en Rusia. Y Bélgica, por lo que parece, que es precisamente sede de miríadas de organizaciones internacionales políticamente correctas, es uno de los países donde las cosas se están poniendo peor. Y, a todo esto, ya la fiesta comienza a perder su significado: se supone que era el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. ¿Trabajadora? ¡Quia! Esto va a acabar siendo el Día de la Ideología de Género, y a no tardar. Y los relamidos que aparecen este día ya empiezan a hablar y no parar de lo mal que lo pasan las mujeres, del maltrato y de qué injusta es la vida. La leche en bote ¿No iba esto de eliminar la discriminación laboral?
El maltrato está mal, y punto. Al que maltrate, se le castiga con las leyes en vigor, que, hasta donde yo sé, nunca han permitido el maltrato, y con eso ya deberían ir las cosas encauzadas. Pero toda la peña se dedica a dar el coñazo con el asunto éste, hoy, ayer, y mañana seguirán. Que si Año Europeo del Maltrato y que si una de cada tres mujeres europeas han sido maltratadas a lo largo de su vida ¿Sólo? Pocas me parecen y seguro que, si lo piensan bien, hay bastantes más. Si nos ponemos así, los hombres lo pasamos peor, y yo mismo he sido maltratado y víctima de un par de palizas sin venir a cuento, al cruzarme con quien no debía a una hora poco recomendable; mi caso es bastante común, así que el hecho de que haya dos tercios de mujeres que no hayan sido maltratadas me parece un logro que, al paso que vamos, se va a desperdiciar. Recontra, es que hasta el cura, en la misa de hoy, ha dicho que "precisamente en el día de hoy" había que orar por las mujeres maltratadas ¿Y los demás días no?
Al menos, lo de las flores en Bélgica todavía no es una obligación. Comienzan a verse, pero no es algo masivo, aunque claramente vamos a peor.
En fin, lo mejor del día de hoy, 9 de marzo, es que todavía queda un año para que el sistema monte la siguiente movida ochomarzosa. Vamos a celebrar, hoy, que el 8 de marzo ya pasó.
Que "exagerao" por regalar unas flores de nada...
ResponderEliminarDiga que sí: para mí la navidad, el año nuevo, el cumpleaños de la parienta, el 14 de febrero, el 8 de marzo y el aniversario se suceden en un plazo de menos de 3 meses. El infierno capitalista, vaya.
ResponderEliminarMi última novia cumplía años precisamente el 14 de febrero, día de los enamorados, y el 8 de marzo me hacía el loco, así que para mí no era tan infernal el capitalismo.
ResponderEliminarSaludos
Yo tuve una novia que cumplía el 13. Horreur.
ResponderEliminarCamaradas todos, ¡luchemos contra el infierno capitalista! No todo el mundo es tan afortunado como Fernando: mi última novia cumplía años el 15 de mayo, y además están el 14 de febrero, Navidad, el 8 de marzo, y el 8 de octubre, que es el equivalente del 14 de febrero en Valencia. Es estar todo el año pendiente de las flores...
ResponderEliminarAdemás, donde esté un pañuelico con unas frutas, como se hace en Valencia, que se quiten las flores. Unos cuantos años así, y al final te piden, por favor, que dejes de regalar pañuelicos, que ya tienen muchos. ;-)