miércoles, 15 de enero de 2014

Liturgia comparata: Estonia

El periplo por Europa nos lleva ahora al norte del todo, a Tallin, capital de Estonia, ese país pequeñito que ha aparecido en unas cuantas entradas en esta bitácora, porque anduve por allí el verano antepasado.

Lo que es católicos, en Estonia hay cuatro gatos mal contados, y probablemente ninguno sea de origen estonio. Uno llega a la catedral de Tallin, que habrá que llamarla así, pero la iglesia de mi pueblo es claramente mayor, y le echa un ojo al horario de misas: la conclusión es clara. La feligresía local es perdidamente guiri: hay misas en inglés, en francés (el obispo es francés), dos en polaco, y una en estonio y otra en ruso. Está claro que las misas están pensadas para turistas, para inmigrantes polacos, y lo de la misa en estonio y en ruso es bastante simbólico, porque no dejan de ser los dos idiomas que se hablan comúnmente en el país.

Nunca he estado en Polonia, pero debe valer la pena. Por toda la antigua URSS, los católicos que hay son de origen polaco, y por muchas generaciones que hayan pasado, las misas siguen siendo en polaco, aunque los feligreses, entre ellos, ya hablen en la lengua del país. Y así hay misas en polaco en cualquier iglesia católica del Oder hacia el este, hasta en mitad de Siberia. Y en Tallin también.

Porque católicos estonios hay pocos. Los hay, los hay, pero históricamente les han caído capones por todos los sitios, desde que la Orden Teutónica se pasó al protestantismo y obligó a convertirse a la población urbana. La quema de conventos no es un invento de los liberales o de los republicanos españoles, no, sino que los protestantes estonios lo habían descubierto antes, como ya vimos en su día. Y sobre el catolicismo estonio me remito al anterior enlace y al siguiente.

Y he aquí que entro en la iglesia, y resulta que a esa hora toca la misa en polaco. La verdad es que la impresión es muy diferente a la de Bielorrusia, pero es que aquello debe ser irrepetible; amplísima mayoría de mujeres, y media de edad razonablemente elevada, pero bastante presencia de mujeres jóvenes (los hombres jóvenes deben dedicarse a otra cosa). Una vez más, no me enteré de la misa la media, porque de polaco, yo, como que no; tendré que estudiar un poco, porque le voy viendo las ventajas al asunto. Liturgia correcta, tradicional, sin aspavientos, y lamentablemente no puedo decir mucho más.

Y, en la próxima entrada, volvemos a Moscú. A describir la liturgia que se gasta por allí.

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