martes, 9 de julio de 2013

The Final Cut


Acabo de llegar de Rusia, y ya la cosa es definitiva, porque hemos cerrado la casa en la que hemos vivido desde que, precisamente, empezó esta bitácora, y desde la que se han escrito la práctica totalidad de las entradas. A partir de ahora, me da la impresión de que seguiré apareciendo por allí de vez en cuando, porque no hay tanta gente en Europa Occidental capaz de expresarse en ruso con fluidez, pero ya no seré parte del paisaje, como hasta ahora.

Han sido unos días de despedidas de las de verdad. Hasta ahora eran del tipo "nos vemos el mes que viene, que vuelvo por aquí", lo cual no es lo mismo, la verdad; las de estos dos últimos días han sido de "ya nos escribimos" o "te sigo por el Facebook", con alguna lagrimita incluida. Y es que, leches, hay gente a la que uno le pilla cariño, y otros que sencillamente son buena gente.

Paradójicamente, y aunque la entrada se titule de forma que parece que sanseacabó Rusia, en mi vida y en ésta mi bitácora, lo cierto es que el viaje que he hecho ha sido bastante fecundo, y por eso aún van a caer algunas entradas sobre Rusia, e incluso algo que hasta ahora no había hecho: una recensión de un libro. Basta con salir del país para comenzar a leer en ruso libros enteros, aunque sean pequeñitos.

Y, por otra parte, ahora que lo pienso, y como ya no vivo en el país ¡ya puedo ser rusófilo!

1 comentario:

  1. "porque hemos cerrado la casa en la que hemos vivido" ... ¿¿¿Hemos??? Ahí te has pasado un poquito...

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