miércoles, 8 de septiembre de 2010

Mujeres objeto (y III)

Hace un par de años, en Cevisama, que es la feria de productos cerámicos que se celebra anualmente en Valencia, se montó una escandalera de agarra y no te menees cuando una empresa, creo recordar que de encofrados, decidió poner en su estand unas cuantas chicas en bañador para atraer visitantes. Lo consiguió. Además, obtuvo publicidad gratuita a raudales cuando el feminismo valenciano rampante empezó a criticar tamaña desvergüenza de manera asaz incisiva. Las feministas pusieron el grito en el cielo, y ello condujo a la indiferencia del resto del género femenino y a un aumento aún mayor de las visitas masculinas al estand de la empresa transgresora.

Una vez más, en Rusia, lo de las chicas en bañador no hubiera llamado la atención en absoluto. Si acaso, por lo recatado.

En la feria de componentes, el público era como más... no sé, de llave inglesa, mono de trabajo y taller de reparaciones. Más zafio, para entendernos. Y así no es de extrañar que las chicas que se exhibían en la feria fueran un poco menos finas que en la de los coches.



Doy fe de que la chica de arriba de la foto se pasó prácticamente todo el santo día subida en el coche que habían puesto sus jefes para adornar el estand. Al menos, tuvo el detalle de sonreír cuando le sacaba la foto.



Y éstas eran la gran atracción, colocadas estratégicamente junto al Ferrari. Siempre, pero siempre, a lo largo de los cinco días que duró la feria de componentes, estuvieron rodeadas de un enjambre de visitantes, todos de sexo masculino, que se hacían fotos con ellas.

- Es que son muy guapas.
- Jo, como encima sean simpáticas e inteligentes y hablen idiomas, es que pasa algo raro.
- El mundo, que está mal repartido.

Había otro estand, desde que el que un tamadá (que es el equivalente ruso al animador, y el que quiera saber más que pase por Ekaterimburgo), rodeado de dos pibones de impresión, sorteaba cosas, arengaba a los clientes y predicaba a grito pelado y micrófono en ristre las bondades de la empresa que lo había contratado. No pude hacer ninguna foto presentable porque había demasiada gente y, además, el tamadá no había forma de que se estuviera quieto y mi cámara es tirando a cutre.

Por toda la feria, iban paseando parejas de chicas con vestidos ceñidos, faldas cinturón y mensajes con doble sentido grabados en el trasero. Una pareja, que quitaba el hipo, llevaba escrita donde termina la espalda la frase: "Busco socio" (Ischu partnyora, que en ruso tiene el doble sentido de "Busco pareja"). Otras dos chicas, también de impresión, llevaban escrito: "Evitamos pérdidas de aceite." Y tanto. No les hice foto porque ya me parecio poco decoroso, y no digamos cuando me encontré en un estand con una chica bailando en tanga y con el resto del cuerpo como su madre la trajo al mundo y una capa de pintura a cuadros por encima. La repera.

Ya de vuelta al estand que ocupaba yo, en la isla vecina empezaron a poner música de discoteca con un volumen bastante alto, mientras unos focos esparcían luces de colores alrededor. Nos acercamos a ver qué pasaba.

- ¿Y éstos a qué se dedican?
- Pues no sé - luego supimos, tras mucho investigar, que representaban a Bosch y a otros fabricantes de componentes, pero no era evidente en absoluto.
- Mira, esta chica viene hacia nosotros.

Efectivamente, una azafata del estand, con un cuerpazo escultural embutido en un vestido negro un par de tallas más pequeño de lo que sería adecuado, se acercaba hacia nosotros con una sonrisilla seductora. Sin mediar palabra, nos puso en la mano dos bombones de chocolate y dos envoltorios de plástico de forma cuadrada, dentro de los cuales se palpaba al tacto un objeto blando con forma anular.

- ¿Esto es lo que parece?
- ES lo que parece.

La azafata volvió para su estand sin dejar de sonreír y nosotros nos volvimos al nuestro, donde como mucho se repartían bolígrafos, con el alucine metido en el cuerpo. Después de esto, que pasó en una feria de automoción, prefiero no pensar qué se puede montar en las de lencería. Y las hay, las hay.

Tras tantísima mujer objeto, parece llegado el momento de recoger el guante y afrontar la cuestión que planteaba Francisco el otro día.

Pero eso ya será en la próxima entrada. Ahora, me está apeteciendo una ducha fría, mira por dónde.

3 comentarios:

  1. "Joer Patxi, estamos a Rolex o a setas??"

    Si el Tamadá ese no paraba quieto, saca la foto a las chicas...!

    Muy amenas las entradas.. y es que Eros vende, que le vamos hacer... mas que luchar contra millones de años de evolución, en esta castración cultural sobrevenida.

    saludos

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