Me da la impresión de que alguno se ha pensado que la última entrada era un poquito exagerada, e incluso fruto de mi imaginación. No, hijos, no. De imaginación, al menos en esta ocasión, nada de nada. Ahí, pulcramente fotografiados, tenéis los trofeos de guerra que todavía hoy, bastantes años después, conservo de aquélla mi incursión por las aduanas rusas. Ha habido muchas más incursiones por allí, pero ésta es la que recuerdo con más cariño, supongo que porque fue de las primeras. De este modo, hasta hoy, conservo entre mis útiles de papelería la famosa grapadora marca "El Casco", fabricada en Éibar y la caja de grapas más cara de toda la historia, que costó treinta dólares hacer salir de la aduana, que también es marca "El Casco" y que también está fabricada en Éibar.
Usarlo, lo que es usarlo, la verdad es que no lo he hecho. Soy más partidario de los clips sujetapapeles que de los piercings que les hacen las grapas, pero ahí lo tengo, pulcramente ordenado como recuerdo de aquella tarde. Porque vosotros habréis tardado cinco minutos en leer la entrada, pero lo cierto es que yo no estuve menos de cinco horas dándome vueltas y cabezazos por allí, hasta lograr una santa paciencia que reíros de Job.
Porque en las aduanas, sabedlo, y casi como en cualquier punto donde tengas que chocar con la función pública (o privada) rusa, es casi obligatorio no llevar jamás la contraria y decir que sí a todo, por absurdo y malévolo que te parezca. Nadie va a cambiar una coma de los procedimientos establecidos por la ley o por la, ejem, "costumbre", por el hecho de que un guiri estrafalario se ponga farruco. Digo guiri porque los locales hace ya mucho tiempo que dejaron de ponerse farrucos, al darse cuenta de lo poco que les servía.
En resumidas cuentas: humillaos. Si no sois peces gordos (si lo sois, olvidad todo esto: vale todo), poneos a disposición del agente de aduanas, del aduanero y hasta de la mujer de la limpieza del puesto. Allí mandan ellos. Es bueno que conozcas el procedimiento aduanero, la teoría, los regímenes aduaneros, los pagos en fronteras y todas esas zarandajas; y es bueno que conozcas las costumbres. Y, donde dice costumbres, el buen entendedor ya sabe a qué me refiero. Más que en ningún otro sitio, en la aduana es muy importante caer bien. Llenad vuestros bolsillos por si acaso, pero caed bien, porque, si caéis mal, ni vaciando los bolsillos iréis a ningún sitio.
Cayendo bien y diciendo que sí a todo, tengo algunos logros en mi haber. He conseguido colar un cargamento de comida sin certificado fitosanitario, he conseguido sacar casi impunemente una serie de muebles sin certificado ni nada parecido, y casi sin declaración y, y esto lo tengo por mi logro más elevado, he conseguido meter un cargamento de ropa de diseño por la aduana del aeropuerto, que se había negado a sellar mi cuaderno ATA (ésa es otra guerra, los cuadernos ATA en Rusia), ¡sin pagar a nadie! El español que iba conmigo, cuando me ve, todavía hoy me abraza sin creerse que aquello pudiera ser verdad.
Pero vamos, que mejor no lo intentéis. Para que esto pirule hay que sufrir mucho. Estas cosas, creo que ya lo he dicho, siempre suceden en viernes, muchas veces en pleno invierno, con nieve hasta las orejas, y la verdad es que no mola. En casa se está muchísimo mejor y, si quieres chocar contra una pared, en tu casa tienes varias. Si realmente lo que quieres son problemas, no sé, abre una cuenta en un banco ruso e intenta hacer una transferencia urgente.
Pero ésa es otra historia.
Maravillosa foto con los protagonistas de aquella azaña. Se nota que todavía queda algo de romanicismo. Tengo una anécdota, pero que comparado con esto es pecata minuta pero ahí va:
ResponderEliminarUna amiga española se casaba con un alemán en alemania, y me pidió ir de testigo al consulado, y accedí.
El consulado español de Duesseldorf era como una pequeña España dentro del orden alemán.
Contaré lo más "gracioso" que nos pasó. En un pasillo había dos ventanillas juntas, separadas por un marco de 20cm como mucho, pero que se trataba de la misma habitación interior, o sea desde el pasillo se veía que dentro aunque hubiese dos ventanillas, estaban los tipos sentados en la misma mesa, cada uno con un ordenador. Bueno una ventanilla era la de Caja, y la otra la de información. Pues estaban hablando entre ellos los dos tipos, y se acercó el entonces novio con un recibo que le habían dado allí, y prenguntó en la ventanilla de caja, interrumpiendo la conversación de los funcionarios, -esto lo tengo que pagar aquí?- y el tipo de Caja, le dijo: -oye preguntas en información por favor-, total que el pobre alemanito se movio como 60cm lateralmente y preguntó al otro tipo de información -esto lo tengo que pagar en caja?- y el tipo de información dijo: -sí- con lo que el alemanito volvió a su posición inicial 60cm a su izquierda, y le dijo al de la caja -mira quiero pagar esto-
en fin...
"Porque en las aduanas, sabedlo, [...], es casi obligatorio no llevar jamás la contraria y decir que sí a todo, por absurdo y malévolo que te parezca"
ResponderEliminarYo conocí en su día a la sin par aduana de Bútovo, que en gloria esté, allí empecé en cierta ocasión a desaduanar un envío y tardamos tanto que la aduana cerró... definitivamente. Cuando trasladaron el expediente (es un decir) a la nueva, que no recuerdo cómo se llama, conseguí lo imposible, enviar la documentación necesaria ¡por fax! Aunque he de recalcar que la funcionaria luego me llamó para decirme que lo necesitaba, ante mi incredulidad, por duplicado. Obviamente le respondí: "es un fax, hágale una fotocopia y listo", ¡e increíblemente volvió a colar! Debía ser nueva en la tamozhnaya, la pobre.
Aparte de esa ocasión, es decir, en el 99% de los casos, el toreado fui yo, cierto es.
Es un mundo aparte. Y da miedo, mucho miedo.
Sobre todo los viernes :P
Jejeje vaya, a ver si nos cuentas eso de transferencias, yo nunca he tenido problemas en las transferencias de dinero a Rusia, o al menos, no tantos como esperaba.
ResponderEliminarCierto es, que la empresa se come los marrones, pero no sé de grandes problemas en lo del dinero.
Maadre del amor hermoso, lo que costó el puñetero ordenador y la no menos puñetera grapadora (con grapas la una, con funda el otro). Apuff.... Pero lo lograste, jejeje...
ResponderEliminarBueno, Alfi, que a ver si nos vemos esta semanita, yo andaré por la biblio, supongo, y lunes y jueves, examen... Ya me dices, muuuuuuaks...
Alfor, eres mi héroe
ResponderEliminarLluis, yo creo que era choteo español. Recuerdo de mis tiempos de estudiante en Alemania que nos encantaba poner en apuros a los alemanes choteándonos de sus procedimientos y de su orden. No me extrañaría que los dos funcionatas de Düsseldorf se estuvieran quedando con el boche de turno.
ResponderEliminarÁngel, ¿por faaaaax? ¿Qué le diste a la aduanera? ¿O es que no era viernes?
Behemoth, pero las transferencias las haces con un banco español, ¿a que sí? Así cualquiera.
Esteri, ya me daré un garbeo por la biblio. Yo, el jueves paso; los demás días sí que "actúo".
Danferesp, hombreeee, no te pases. Que ya nos conocemos... :)