Hace dos años, el Gobierno ruso lanzó una prohibición del juego que entraría en vigor el 30 de junio de 2009, lo cual fue una sorpresa mayúscula, porque no estamos acostumbrados a ver a un Gobierno plantando cara al poderoso negocio de los casinos y otros antros de perdición, y menos al ruso, al que solemos suponer muy proclive a no molestar a los que tienen mucha pasta. De hecho, al ver que el plazo de cierre era de dos años, quien más quien menos pensó que algo pasaría entretanto. Probablemente los propios dueños de los casinos fueron de los primeros que lo pensaron.
Técnicamente, el juego no quedaba prohibido totalmente, sino restringido a cuatro zonas específicas situadas en puntos bastante distantes de las grandes ciudades. Es conocido que Rusia tiene un montón de puntos distantes de cualquier sitio, así que eligió cuatro... agujeros, colocados en Kaliningrado, Altai, el Mar de Azov y un cuarto del que ni me acuerdo, pero no tiene mayor importancia, porque, si montas un casino en cualquiera de ellos, los jugadores ricachones lo más probable es que ni te miren y, puestos a viajar, se vayan a Mónaco, que desde luego es un sitio mejor organizado.
Y el caso es que se acercaba el final del plazo y nadie se acordaba de ampliarlo ni mucho menos de derogar la ley. Para sorpresa de todos, resultó que el Gobierno ¡iba en serio! y faltaban pocos meses para reaccionar.
Hay que reconocer que el grupo de presión de propietarios de casinos se lo curró. Primero advirtió de la gente que se quedaría en el paro y de los ingresos que perderían en impuestos las arcas públicas, pero el Gobierno siguió en sus trece, porque anda que no tiene guasa que los propietarios de casinos sean precisamente los que lamenten los problemas sociales que pueden producirse.
El segundo intento de esquivar el golpe fue mucho más fino y difícil de prever. Una asociación de jugadores de póker consiguió que el póker fuera incluido en la lista de actividades deportivas, por lo que, tachán, si era un deporte y tenía incluso una federación, era una actividad digna de respeto y hasta promoción, con lo que los casinos se transformarían en clubes "deportivos" de póker. Genial, ¿verdad?
Lo malo es que el Gobierno iba realmente en serio. Y, en estos casos, nada les para.
Putin, nada menos que Putin, dijo que nones, que ni se les ocurriera la ideíta de hacerse pasar por clubes deportivos; paralelamente, el Ministro de Deportes, Mutkó, descubrió muy oportunamente que al inscribir el póker como deporte no habían obtenido la aprobación de la manera apropiada, mediante una orden ministerial, sino con una vulgar aprobación administrativa inferior, y es que en Rusia pasan muchas cosas oportunamente, no os lo podéis ni imaginar; ya sé que en España también, pero lo de aquí es tremendo. Así que a ver quién era el guapo que se ponía farruco y abría clubes de póker.
Y así, llegó el 30 de junio y los señores hicieron juego por última vez. Como en el Banzai, el casino de la foto de arriba, situado justo enfrente del Shan-Gri-La y del que ya están desmontando los letreros. Y, oye, no ha pasado nada.
¿Y qué hacen ahora los ludópatas impenitentes? Pues esperemos que corregirse de su vicio y llevar una vida menos excitante y derrochona, pero la cosa no está clara. Quedan los casinos por internet, pero Putin ya ha dicho que ahora va a por ellos también, así que, querido ludópata, al menos te queda el consuelo de que prácticamente todos los demás vicios imaginables están bastante extendidos en Rusia, con lo que sólo te quedará escoger el que más agradable te resulte. Si, de paso, no te deja totalmente en la ruina a ti y a tu familia, incluso habremos ganado algo.
Como la realidad supera a la ficción se verá a a tipos trajeados y con maletines entrar en una tienda de mascotas o una panadería y pasar a la trastienda...
ResponderEliminarEstoy con Anónimo totalmente... Lo dicho, chicago, años 30, versión contemporánea, lo cual significa que lo de internet va a ser la leche en bote, jajajaa... En fin, cuando veas a la versión moderna de Corleone, ya me avisas, aunque ya me has dicho que debe ser algo bastante peor, apuff....
ResponderEliminarBesitosssss
Esther: Cappone no sobrevivira ni 35´´ en este infierno de ciudad, menos la mafia "takiya" de las Tres Estaciones jejejeje, Alfor te explicara.
ResponderEliminarAlfor es raro que nunca hayas mencionado ese agujero negro de Moscu.
Con respecto a los que nos atañe es muy extraño, como argentino que soy tengo la mente muy pervertida y no puedo evitar pensar "quienes habran dejado de pasar el sobre lleno de dinero por debajo de la mesa para la sancion de esta ley" o que se trae Boba entre manos.
Te doy una pista Alfor... cerca, muy cerca del Botanico abrira un nuevo "casi-no"
Anónimo, y seguro que los milicianos hacen la vista gorda por un módico precio.
ResponderEliminarEsther, lee lo que te escribe Bruno, léelo.
Bruno, mmmm, la plaza de las Tres Estaciones. Está en el número uno de mi lista de lugares a evitar, salvo necesidad imperiosa (o sea, que tenga que salir en tren o que tenga que acompañar o recoger a alguien).
Yo tampoco acabo de comprender el asunto de los casinos. Me resisto a pensar que el Gobierno está pensando en el bien del pueblo y pretende alejarlo del vicio. No me cuadra. Sería la primera vez. En fin, a ver cómo sigue la cosa.
Alfor, una posibilidad es así:
ResponderEliminarprimero elimnas la competencia... para luego hacer concesiones estatales a algún amigo servicial... o incluso crear un monopolio.. tendencias aprendidas
Danferesp, sí, claro, es una posibilidad, pero no creo que sea ése el motivo, porque la forma de alcanzar el objetivo es realmente demasiado alambicada para lo que es habitual. En Rusia, ¿cómo decirlo?, son más directos para ese tipo de cosas.
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