Para acabar la serie de las placas conmemorativas, vamos a responder una pregunta pérfida ¿Realmente nos podemos fiar de que nos dicen siempre la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, o hay un componente de fantasía en la historia que nos intentan revelar?
Para responder a la pregunta, salimos de Moscú y nos dirigimos a Melíjovo, lugar situado a unos setenta kilómetros al sur de Moscú y en el que residió bastantes años Anton Chéjov, otro escritor ruso de renombre que no requiere presentación. Melíjovo es un lugar muy bonito en el que hoy hay un museo dedicado a la memoria del escritor. Como ya otro lo ha descrito con detalle, el que quiera saber más sobre el lugar debería ir allí y leerlo.
Pero nosotros hemos venido a Melíjovo, no por la belleza del lugar ni por el interés que despiertan sus museos, sino por el asuntillo de las placas. Al lado de la entrada del museo, pues, unos obreros están construyendo una casa de madera que seguro que cuando terminen quedará muy chula. Observemos con detalle el asunto.
Observémoslo con más detalle.
Con más detalle aún.
Y traduzcamos: "En esta casa, entre 1951 y 1987, vivió el creador del Museo A. P. Chejov, Yuri Konstantinovich Avdeev"
En esta casa, dice... eso para que os fieis de las placas.
Maaaadre del Amor Hermoso, Alfito... Esto de las placas tiene su cosa en Rusia, eh??.
ResponderEliminarEn fin, estaba pensando que quizá este señor hizo un viaje en el tiempo... Bueno, no sería posible, pero quizá la casa sí ¿no? Yo que sé, ya me estoy liando con el continuo ese del tiempo, maldito Einstein, siempre complicándome la vida, aish... (Vale, voy a seguir estudiando y no le daré más trabajo a mis pobres neuronas, empiezan a fallar peligrosamente)
Besitos
Esterita, el reconocerlo te honra... :p
ResponderEliminarEhem... Es restauración. Lástima, pero no tengo ninguna foto de la casa donde meó en su tiempo Isabel la Católica, pero ahora está ehem... restaurad :)
ResponderEliminarInmi
Inmi, es que aquí restauran así como sin mucho miramiento. No sé, es como si derribas el café Iruña, vuelves a edificar la casa, pero con la fachada recubierta de azulejo negro intenso, pones los interiores azules oscuros, las mesas de diseño y, en lugar de servir pintxos, contratas a un cocinero vegetariano. Y pones de fondo música country.
ResponderEliminarY luego, fuera pones un letrero que diga "Café Iruña, 1903".
Si en Melíjovo pusieras algo así como "En una casa situada en este lugar vivió Fulanito etc.", entonces vale. Pero lo de "en esta casa", cuando de la original no queda ni un tablón, pues no lo veo.
Eso sí, lo del Café Iruña sí que es restauración. En todos los sentidos. :)
Tienes razón. Hay solo una cosa: puede ser que la casa se desmontó (ya sabes eso de las casas que son de troncos enteros, si quieres trasladarla a otro lugar, numeras los troncos y la vuelves a montar a modo de puzzle en otro sitio, una empresa rusa quiere proponer estas casas aquí en España). Es decir, quitaron todos los troncos, suprimieron los que estaban más para allá que para acá (y más que nada se ve que las tablas son nuevas), y otra vez la montaron. Técnicamente es la misma casa. Hacerlo con café Iruña... ehem.... difícil :) Eso es lo que tienen las construcciones de piedra :)
ResponderEliminarInmi