En el capítulo anterior, todo parecía venirse abajo. Parecía condenado a tener que hacer el paripé por todo Moscú vestido de pingüino y desplazándome en una limusina con un conductor que, si no fuera por estar curado de espanto, estaría descojonándose del espectáculo. Porque una cosa es casarse y que los novios vayan a sacarse fotos, y otra muy distinta es que no sólo te hayas casado ya, sino que en la limusina viajen también tus tres hijos.
Por fortuna, como ya habíamos dicho, en la adversidad inminente los Von Buchweizen nos crecemos y apelamos a medidas extremas con tal de no pasar por trances como los que se avecinaban.
Las medidas extremas surtieron efecto. A las pocas semanas de recurrir a ellas, Alfina, Abi, Ro y Ame consintieron en cancelar la reboda. Uffff... por poco...
Claro, ahora llegaba la segunda parte, consistente en avisar a todos los posibles invitados de que volvieran a hacer planes para octubre, porque la reboda no iba a tener lugar. A algunos bastó con avisarles por correo electrónico sin más ceremonias, pero a los familiares más próximos hubo que llamarles por teléfono personalmente para comunicarles la cancelación del evento y las razones que motivaban la misma. Mis padres, total, no iban a venir, así que no les estorbó mucho; Kukoč y Reyrata, con el ruido de los petardos en Valencia, yo creo que ni siquiera me escuchaban cuando les decía que, uf, su hermano se había librado del paripé de la limusina. Duralex, Sedlex y los demás fganseses se quedaron un poco confusos, pero bueno, se lo tomaron bien; y Danferesp y la Cunhada incluso se pusieron muy contentos. Claro, con la de cosas que hay que hacer el puente de octubre.
Quedaba la parte más delicada: avisar a la Reina de Nueva Zelanda, de quien Alfina sospechaba que podía no ser muy partidaria de las "medidas extremas". La verdad es que fue a la primera que llamamos, pero, como nunca está en casa, no pudimos hablar con ella hasta un par de días después. Abi, que se había arrogado el monopolio de la información, tomó el teléfono.
- ¡Aba, aba!
- ¿Sí?
- Que tengo que darte dos noticias: una buena y una mala. Voy a comenzar por la mala.
Abi hizo una pausa teatral.
- La mala noticia es que se ha cancelado la reboda ¿Y sabes por qué? ¡Se ha cancelado porque en octubre mamá va a tener un bebé!
Tras una larga pausa, la Reina de Nueva Zelanda preguntó:
- ¿Y cuál es la buena?
De pingüino, pero con barba, que estás tan guapo...
ResponderEliminarAlfina, el pingüino con barba debe ser una especie desconocida hasta ahora en biología. Más vale que no asustemos a los biólogos, que no nos han hecho nada malo.
ResponderEliminarEjem... Estoooooooo... Alfina, Alfito, ¿Vaís a por el cuarto o es sólo una fantasía de Abi? Ayayayayayayyyyyy... Maaaaaadre del Amooooooooor hermosooooooo...
ResponderEliminarBesitos