Ahora que la temporada ciclista, lamentablemente, se encamina hacia su fin, es hora de hacer algo extraordinario y yo, que siempre, como buen español, he tenido un deje de rebelión frente al poder, he resuelto provocar al cuerpo de seguridad más temido por el ciudadano ruso: la milicia de tráfico, conocidos más comúnmente como los gai.
Si circuláis por España en bicicleta, advertiréis que tanto la Guardia Civil como la policía local son sumamente indulgentes con los ciclistas y nos perdonan todo tipo de violaciones del código de circulación. Ellos saben que lo que nos guía es nuestra seguridad personal, que ya está bastante comprometida por el hecho de ser nuestra propia carrocería, y que hacemos lo que podemos.
En Moscú, observad la foto de arriba. Se trata del acceso al ayuntamiento de Moscú, en la calle Tverskaya, uno de los lugares más atestados de gai por metro cuadrado; además, hay una hermosa señal de dirección prohibida. En realidad, la señal está puesta para fastidiar a todo lo que no sean coches oficiales, porque la calle que hay a continuación es de doble sentido. Pasar por allí acortaría nuestro camino, pero, claro, están la señal y el gai. Ahora bien, ¿va un español de pro a arredrarse por una mísera señal de dirección prohibida y un gai celador apalancado junto a la misma?
¡Pues claro que no! ¿Qué españoles seríamos? Hay que recordar a gente española que no se conformó con inclinarse ante lo que no estaba permitido: Viriato, San Hermenegildo, Pelayo, el Cid Campeador, Lope de Aguirre, Daoíz y Velarde, el cura Merino, Curro Jiménez, Manuel de Santa Cruz... a todos éstos se la sudaba que les prohibieran algo ¿Pero alguien se imagina al Cid Campeador diciendo a su mesnada algo así como: "Álvar Fáñez, ved ahí una señal de dirección prohibida y un sarraceno impidiendo el paso. Por vida mía, demos un rodeo para evitarlo, no fuéredes a irritar al señor destas tierras."? Ni de coña.
La bicicleta, al llegar a la altura de la señal, gira esquivando al peatón que pretende cruzar por su camino. Saludo con una inclinación de cabeza al gai, que, naturalmente, no responde al saludo; paso por debajo de la señal de manera totalmente impune y sigo mi camino por la calle siguiente, el Voznesensky Pereulok, completamente sólo (claro, no todo el mundo se salta la señal a la torera).
Bueno, pues la provocación a los gai no ha sido respondida, pero la cosa no ha terminado: unos metros más allá se encuentra uno de los caladeros más productivos para los mejores pescadores de infractores de entre los gai: el cruce entre Voznesensky Pereulok y Bolshaya Nikitskaya. Alto pilotaje, tú.
Pero eso lo dejo para la próxima.
Si lo que quiere es practicar un deporte de riesgo, anuncie el evangelio :) Pero bicicleta y Moscú son dos palabras, que no combinan demasiado bien. Y encima con los GAI por allí. Viva su valentía.
ResponderEliminarPero el de la foto... ¿Movía su porra inquieto? Porque esa es señal clara de cuando van a por tí.
ResponderEliminarSi no era el caso, perdona que te diga, saltarse los prohibidos a la torera tiene menos "puntos"...
Anónimo, lo de anunciar el Evangelio, que también, no excluye practicar otros deportes de riesgo. Como dice el Qohelet, y hablando de Biblias :) hay un tiempo para cada cosa.
ResponderEliminarEn cualquier caso, cada vez se ven más ciclistas en Moscú. Ya verá como esto va a más.
Alfina, está bien. Es cierto que, cuando la porra está cabizbaja, el gai es menos peligroso. Pero espera a la entrada de mañana... :)
Ole ole y ole, digno de un caballero de pro (de los de caballo, titulo nobiliario y espada en mano, que te conste, bueno, mejor que espada, lanza), sustituido, eso sí, el caballo por la bicicleta, pero oye, Alf, yo de pequeña llamaba a mi bici "Furia" y en mi cabeza era un brioso corcel de capa torda y crines y cola negras, que conste. (Y reconozco que aún hoy en día, cuando voy en bici, y como echo de menos pegarme una buena galopada, imagino que voy a caballo en vez de en mi biciclo, aish...)
ResponderEliminarBesitosssss
Esther, yo a mi bicicleta la llamo "bicicleta". Como nos hemos hecho amigos, ya me he animado a llamarla "bici".
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