viernes, 8 de agosto de 2008

Introducción a la guerra ruso-japonesa

Como veis, en estos días estivales (de hecho, estoy de vacaciones en el feroz "country" hispánico), me estoy dedicando al repaso de la historia, que, no sé si os habéis dado cuenta, me gusta bastante. También habéis visto que la anterior entrada se titulaba "Blogueros muertos(I)", por lo que seguro que habéis deducido que es el comienzo de una serie que debería seguir, por lo menos, con "Blogueros muertos(II)".

Y así es. Pero resulta que, antes de presentaros al segundo bloguero muerto, cuya bitácora es mucho menos conocida que la de Juan Valera, toca hablar un poco sobre los follones que precedieron a la guerra ruso-japonesa (1904-1905); porque las cosas, ya puestos, hay que hacerlas bien, y nuestro segundo bloguero muerto, precisamente, escribió su blog, o al menos el fragmento de él que ha llegado hasta mí, en su condición de militar del ejército imperial ruso al servicio de Nicolás II. Y para estar bien documentados sobre dónde pasan las cosas, ahí está el mapa que adjunto. Sí, ya sé que el mapa está en alemán; el día que vea una publicación española, o de donde sea, haciendo mapas históricos tan buenos como ése, ya la copiaré. De momento, nos tendremos que conformar con ésta. Para verlo bien, ya sabéis, pinchad sobre el mapa.

¿Por qué comenzó la guerra ruso-japonesa? Básicamente, porque casi todos los rusos de principios del siglo pasado creían que podían hacer de su capa un sayo con esos atrasados pueblos orientales y el sayo que quisieron hacer consistió en conseguir puertos lo más al sur posible. Porque a los rusos les da igual pasar frío, pero la física es tozuda y el agua se congela a los cero grados, lo que equivale a que tienes que cerrar el puerto. La verdad es que Rusia ya tenía desde más o menos 1860 un puerto, igual que lo tiene hoy, listo para ser utilizado casi todo el año, cual era el puerto de Vladivostok, pero podía llegar a helarse y no era totalmente seguro.

En fin, que los rusos llegaron a los chinos y les expusieron esta necesidad; hoy, los chinos saben latín, pero entonces era otra cosa, y seguramente es de entonces de donde viene la expresión "engañar a alguien como a un chino". El caso es que Rusia se quedó con un puerto fenomenal, Port Artur; se quedó también con la concesión del ferrocarril que lo conectaba con el Transiberiano y con el resto de Rusia, a través de Harbín, que se convirtió en una ciudad casi totalmente rusa. Es más, como había que proteger el tren, Rusia introdujo tropas en Manchuria. Y todavía más: después de la rebelión de los boxers en China, ya directamente ocupó Manchuria por las buenas.

Vamos, a mí me parece un ejemplo de libro de dar a alguien la mano y que se tome todo el brazo.

A Japón esto le mosqueó lo suyo, en una versión paralela de "Asia para los asiáticos", y exigió a Rusia que reconociese sus derechos sobre Corea. Rusia debió pensar que a estos japoneses se los merendaba con patatas y dijo que ni flores. Japón dijo que por ahí y, un buen día y sin avisar, se puso a bombardear Port Artur. Y así se llegó a las manos.

De pasada, conviene ver los puntos del mapa de Rusia de la imagen, que por cierto tiene una pequeña inexactitud. Si veis la línea del Transiberiano, parecerá que está completa, pero no es así, porque en 1904 todavía no estaba terminado el rodeo del lago Baikal, lo cual, a los efectos de la logística militar, debía ser tremendamente molesto.

Luego están los puntitos naranja, que son los de los lugares donde hubo desórdenes y huelgas en los meses posteriores a la guerra. Y la zona con rayas oblicuas, que es donde hubo revueltas campesinas. Sí, el imperio estaba pasando un período delicado.

Ahora ya estamos a punto para conocer a nuestro segundo bloguero muerto. Pero vamos a dejarlo para la próxima entrada.

2 comentarios:

  1. hola, es un gusto volver a escribirte ... siempre te leo y me parece genial la mayoria de tus temas.. claro como siempre en alguno que otro discrepo.. pero en general me parecen muy buenos...
    espero que el proximo capitulo de la guerra ruso japonesa sea excelente como nos tienes acostumbredos...

    saludos..

    Dante bernedo

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  2. Gracias, Dante, se hará lo que se pueda. Y lo de las discrepancias es normal, a veces yo mismo discrepo de lo que he escrito un par de semanas antes, así que no te cortes en discrepar.

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