Las relaciones diplomáticas entre los gobiernos de España y Rusia se vieron interrumpidas con ocasión de la guerra civil española de los Siete Años, los que van de 1833 a 1840. El Imperio Ruso, que era uno de los valedores del Antiguo Régimen, simpatizó con Carlos V como Rey de España, pero resultó que la guerra civil la ganaron los liberales, y el gobierno que quedó finalmente en Madrid tenía por reina a doña Isabel. Nicolás I, que era a la sazón el emperador ruso, se debió mosquear mucho y dijo que quién era esa doña Isabel. Que él no conocía más Rey de España que Carlos V. Durante bastantes años no hubo relaciones diplomáticas, hasta que las cosas empezaron a cambiar. Primero fue la guerra de Crimea, en que franceses e ingleses les dieron estopa a los rusos; luego la muerte de Nicolás I y la subida al trono de Alejandro II; luego, que Alejandro II se diera cuenta de que, tras perder la guerra de Crimea, más le valía establecer relaciones con otras potencias para recuperar algo de prestigio; y, finalmente, que se le ocurriera que España estaría bien para su propósito.
Desde España se envío una misión encabezada por el duque de Osuna para volver a hablar. Entre los miembros de aquella misión estaba un joven diplomático, Juan Valera, que con el tiempo llegó a ser conocido por su faceta de novelista y al que, de hecho, se tiene por uno de los mejores escritores del siglo XIX español. La verdad es que de él sólo he leído "Juanita la Larga" y alguna cosilla suelta, pero debo reconocer que me gustó mucho, con lo cual le puedo perdonar que sea liberal y, por si fuera poco, diplomático.
La vida de un diplomático español en aquel tiempo debía ser muy parecida a la que llevan actualmente demasiados de ellos y se caracterizaba por una carga de trabajo susceptible de un aumento sustancial. En estas circunstancias, como, al fin y al cabo, se trata de gente culta, la tentación que tienen es la de dedicarse al jolgorio y la molicie. Aún así, quedan muchos ratos libres, así que los hay que tienen alguna afición. La de Juan Valera consistía en escribir y, como lo hacía muy bien, de esa afición hemos salido ganando todos sus lectores. Fuerza es mencionar que, cuando un diplomático escribe mal, cosa que también ocurre, aunque nadie se lo dice a la cara, las consecuencias de su afición acaban viniendo en perjuicio de quienes les pagamos. Se me ocurre un caso actual muy claro, pero me voy a morder los labios en aras de la estricta normativa de anonimato de este lugar. Juan Valera, curiosamente mucho menos diplomático que yo en este aspecto, no se cortó un pelo a la hora de poner nombres y apellidos a los objetos de su crítica y eso, a lo que parece, le ocasionó serios disgustos.
Ocioso y ninguneado por su jefe, Juan Valera se convirtió en una especie de antecesor de los blogueros y se lanzó a componer la primera bitácora en castellano sobre Rusia, en fecha tan temprana como 1856. Pensaréis que esto de los "blogs" tiene diez años como mucho, ¿no? En absoluto. Lo que tienen diez años son las bitácoras en internet, pero el epistolario que Juan Valera escribió desde San Petersburgo durante los seis meses que duró su misión es una verdadera bitácora y, a falta de internet, fue publicado en la prensa española del momento.
La publicación de las primeras cartas, que iban destinadas a su jefe en el Ministerio en Madrid, le debió sorprender algo. Algunos biógrafos dicen que se irritó muchísimo, pero yo no me lo acabo de creer. Más bien creo que le esponjaron bastante, y la prueba de ello es que, cuando ya sabe que sus cartas han sido publicadas, y que las siguientes que escriba tienen toda la pinta de seguir el mismo camino, no por ello rebaja un punto su tono y no duda en poner verde a algún compañero de trabajo y a su mismo jefe, el duque de Osuna. Como sabéis, yo a mi jefe lo tengo casi totalmente alejado de estas páginas, y las creo que dos veces que ha aparecido lo ha hecho de manera totalmente tangencial y hace mucho tiempo.
Por lo demás, las cartas de Valera son buenísimas. Cualquiera interesado en Rusia debe leerlas y, para que no digáis que mis consejos son imposibles de seguir, y gracias a que Valera murió hace mucho tiempo y sus derechos de autor han caducado, podéis bajarlas completamente gratis de aquí, gentileza de la bitácora "El soldado fanfarrón" para sus lectores y amigos y lectura de verano recomendada. De nada, chicos, y a pasarlo bien.
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