Como ya sabe todo el mundo, a mitad de agosto el ejército georgiano entró dando mamporros en Osetia del Sur, que pertenece a Georgia, pero quiere dejar de hacerlo. Como respuesta, Rusia, que ha concedido pasaportes rusos a la mayoría de los habitantes de las dos regiones que quieren despedirse de Georgia, ha entrado dando mamporros más fuertes todavía y, supongo que con la inercia del avance, ha ocupado unas cuantas zonas de Georgia que no tienen ninguna intención de escindirse y se ha dedicado a destruir toda la infraestructura militar que ha encontrado. Entretanto, un par de peces gordos han viajado a Moscú y a Tiflis y, supongo que sudando tinta, han conseguido una especie de acuerdo bastante precario, hasta el punto de que no han sido capaces de ponerlo por escrito en un sólo papel, sino que han tenido que hacerlo en tres, porque el presidente ruso no quiere firmar el mismo papel que firme el georgiano y porque el presidente georgiano no quiere firmar el mismo papel que firmen los presidentes de Abjasia y de Osetia del sur, a quienes no reconoce. Pero bueno, rabietas aparte, parece que de momento, al menos, no se pegan tiros, que no es poco.
Animado por mi afición de este verano, voy a darle un poco de perspectiva histórica al asunto. No estoy seguro de que tenga mucha utilidad para desentrañar el asunto en el siglo XXI, pero al menos sí que servirá para saber de qué estamos hablando. En esta ocasión, mis mapas no son alemanes, como cuando lo de la guerra ruso-japonesa, sino que es algo peor todavía: son georgianos, de un atlas histórico que compré en Tiflis hace un par de años. Como el georgiano es un idioma que sólo entienden los georgianos, y gracias, podría parecer un obstáculo insuperable para sacar algo en claro, pero aquí está Alfor para traducir lo más indispensable al castellano. Eso sí, me ha costado sudores.
El mapa de arriba (pinchad para verlo grande y, de paso, podréis ver lo bonito que es el alfabeto georgiano) corresponde a la división territorial de Georgia en la segunda mitad del siglo XVIII. Georgia es un país al que siempre le han estado dando capones desde el Sur... hasta que han comenzado a hacerlo, también, desde el Norte, sin que el Cáucaso, que era un obstáculo en otros tiempos, lo sea ahora. Tuvo su momento de gloria entre los siglos XII y principios del XIII, cuando era un pedazo de país y se las tenía tiesas con sus vecinos, pero entonces llegaron los mongoles y les comenzaron a zurrar de lo lindo (bueno, a ellos y a todos los demás que pillaban); la cosa se puso peor en el siglo XV, cuando se disolvió como un azucarillo el protoestado unificado que tenían y se dividió en un montón de reinos independientes, algo así como nuestros reinos cristianos de la Reconquista, sólo que nuestros reinos cristianos cada vez les iban dando más caña a los sarracenos, y en el caso de Georgia era al revés: eran los sarracenos, tanto los otomanos como los iraníes, los que tundaban a los georgianos.
En la segunda mitad del siglo XVIII la situación era delicadilla. Como veis en el mapa, hay dos territorios, Ajaria y Tao-Klaretia, que ya están bajo el poder de los turcos otomanos. Si no os importa tratar de interpretar el mapa, veréis que hay en el mapa bastantes aspas rojas: se trata de batallas en que los georgianos se defienden como pueden de los otomanos y los iraníes, y que tienen lugar en pleno corazón del país.
En el centro y Este hay un reino grande, Kartli-Kajetia, que en realidad es la unión de dos que habían sido independientes hasta 1761, aunque bajo una presión brutal y frecuentes anexiones por parte de Persia y el Imperio Otomano. En cambio, en el Oeste, tenemos los principados de Mingrelia, Guria y Abjasia, que son totalmente independientes, y el reino de Imereti. Y una región un tanto especial, Svanetia, que se puede permitir pasar del ruido porque está metida entre montañas y para llegar a ella hay que proponérselo muy firmemente. Estoy reinos, por si fuera poco, están todo el santo día a la greña entre ellos y con líos sucesorios cada vez que un príncipe debe ser reemplazado. Esa región pintada de morado entre Mingrelia y Svanetia, por ejemplo, es una parte de Svanetia más accesible que el resto del país y que fue más o menos sometida por Mingrelia, aunque con una rama segundona de la dinastia de Svanetia dando también caña. Vamos, un follón del quince.
En estas condiciones, los turcos van a por el reino más fuerte, pensando con razón que los otros ya se marcan solos, y a Kartli-Kajetia comienzan a lloverle los mamporros más que en un partido de baloncesto entre Estados Unidos y Ecuador. El rey local, Heraclio II, decide que ya está bien y resuelve pedir ayuda a Rusia, que es el único Estado cristiano de Zumosol a mano; Rusia pasa bastante del asunto y Heraclio II decide tentarle algo más y ofrecerle establecer un protectorado. Es decir, tú te ocupas de mis relaciones exteriores, incluyendo la protección contra el turco éste brutote que me acosa, y no digamos el persa éste que me mira mal, yo te pago un tributo y tengo algo de autonomía interna.
Y con esto pasaremos a la siguiente entrada, que ésta se hace larga.
Muy buenas Alfor.
ResponderEliminarLa historia promete. Estos últimos días en España la gente me preguntaba mucho sobre el tema. Cuando les daba mi opinión, todos me miraban con caras de marcianos pensando: pero que dice este tio???
Kinoforov
La verdad es que por esos lares andan un tanto cabreadillos... Espero que la cosa se frene de verdad. Apuff.
ResponderEliminarOYe, Alfito, cambiando muchísimo de tema (me lo recordaste por tu penúltimo comentario) ¿viste el partido de los de Yankilandia contra los de esta nuestra tierra? Me acordé mucho de ti, jejeje...
Besitosssss
Kinoforov, bienvenido. Ya he leído que la vuelta ha sido accidentada y te ha dado la oportunidad de admirar la infraestructura aeroportuaria de otra ciudad rusa.
ResponderEliminarSobre el tema, precisamente ahora vengo de comer, entre otros, con Federico y, como siempre, ha habido caña.
En mi pueblo en España, que es donde he estado últimamente, el tema importa más bien poco y, en fiestas patronales, han passsado amplísimamente hasta de las Olimpiadas. No te digo de Georgia, Osetia y el Cáucaso entero. Supongo que la peña es más bien tirando a pro-georgiana y tú habrás dado el contrapunto prorruso, ¿no?
Si es así, cuando te pases por Moscú, quedamos con Federico, que la cosa prometerá... :p
Estherita, vi el partido, sí. Supongo que te acordarías de mí al ver el mate de Rudy, claro. ;)
Y te prohíbo que me digas que fue al ver los pasos de Kobe.
Ejem... No fue ni una cosa ni la otra, ejem ejem... Más bien fue el recuerdo de Los Angeles'84. Por aquel entonces creo que empezábamos a conocernos, o fue poco después. La cosa es que aquel mítico equipo, que aún dio que hablar varios años después, forma parte de aquella época en la que jugábamos de cabeza al ajedrez, entre otras "frikadas"... Aish que recuerdoooosssssss
ResponderEliminarPero sí, vamos, si te hace ilu, fue por el mate de Rudi, jejejeje...
Besitosssssss
Esther, a ver que ponga el archivo en marcha. Sí, la máquina del tiempo dice que fue por entonces. De hecho, debió ser después del europeo del 83.
ResponderEliminarPero lo del mate de Rudy marca más... :p