El viaje de negocios de hace dos entradas era a la villa (y ex-corte) de Madrid. Finalmente, Jasp pudo ver la final de la liga de campeones en Moscú y llevarse un cabreo de aúpa porque el Chelsea la pifió a última hora. Es curioso, pero casi todos los rusos son aficionados del Chelsea. Vale que el dueño del equipo es Román Abramovich, que es ruso y está forrado, pero precisamente por eso uno pensaría que no les iba a gustar mucho que los dineros del petróleo ruso se los gastase un oligarca despreocupado en montar un equipazo de fútbol en Londres (¡precisamente en Londres!) a golpe de talonario. Sí, eso pensaría cualquiera, pero los rusos piensan de otra manera y les encanta el Chelsea.
Por eso supongo que Jasp lo debió pasar mal por varias razones. Una, porque el Chelsea perdió; otra, porque no lo hizo hasta las tres de la madrugada, hora de Moscú; tercera, porque seguramente no durmió, ya que su avión a Madrid salía un par de horas después; y cuarta, porque el estado de atontolinamiento en que se vio sumido tuvo como resultado dejarse el móvil en casa. Sin embargo, en su descarga, hay que decir que a base de café consiguió pasar el día bastante bien, así que, hacia la tarde, acabado que hubimos el trabajo, nos fuimos con Yuppie a dar un paseo por el centro.
Yo, de Madrid, no conozco mucho. Así como de Moscú me sé cada barrio, de Valencia cada casa y de mi pueblo cada baldosa, de Madrid tengo nociones bastante remotas, cosa que quedó de manifiesto de inmediato.
- ¿Y dónde está el museo del Prado? - me preguntó Yuppie, mientras bajábamos por Recoletos.
- Debe ser ese edificio de ahí - y le señalé a un edificio enorme, de estilo clásico, que se alzaba a la izquierda y al que nos íbamos acercando.
- Pero ahí pone "Biblioteca Nacional" - dijo Yuppie cuando nos acercamos un poco más.
- Ejem... sí, claro... entonces es que es la Biblioteca Nacional, y que el Prado está en otro sitio.
Los metí por la calle de Alcalá, y luego fuimos a parar a Sol. Tenían interés por ver el oso y el madroño, y les llevé hasta él y hasta les dije que el del caballo era Carlos III. Luego les llevé a la plaza Mayor, pero me perdí un par de veces, cosa que allí me suele pasar, y sólo conseguí llegar preguntando a alguno que me pareció local y que me orientó muy amablemente. Ya para entonces, mis dos compañeros no tenían muy claro si yo era el guía adecuado, a pesar de que les dije sin asomo de duda que el de la estatua ecuestre de la plaza Mayor era Felipe III. Jasp, que dijo que había estado antes en Madrid, debió pensar que menos reyes y más orientarse, y tomó el mando del grupo.
- Vamos por aquí, que debe estar la judería.
- ¿Judería? - dije yo, que no sabía que en Madrid hubiera judería.
Y nos metió en Chueca, mientras yo me hacía cábalas de que si los judíos fueron expulsados de España en 1492 y Madrid no se convirtió en corte hasta 1561, poca judería podía haber allí. Pero decidí seguirle sin rechistar.
- Debe ser por la derecha - dijo Jasp.
- No sé, Jasp, aquí, judíos, no sé, pero locas hay unas cuantas.
Dimos alguna vuelta y revuelta más.
- Pero, Jasp, ¿usted sabe por dónde va?
- No sé. Yo creo que el barrio judío debe estar por aquí.
- ¿Pero aquí hay barrio judío? Es la primera vez que lo oigo.
- Sí, el barrio judío. O, ¿cómo se llama también?, el barrio gótico.
Me quedé mirándolo fijamente.
- Jasp, el barrio gótico está en aquella dirección - dije, señalando al Este-. Pero nos pilla un poco lejos de aquí. Está a algo más de seiscientos kilómetros, en Barcelona.
Moraleja: Si no duermes, no conduzcas.
Maaaadre del amor hermoso, Alf. Hasta yo sé que el Museo del Prado y el de Tyssen, y el Reina Sofía están todos en el PASEO DE LA CASTELLANA aaaaaaaaaaaaaaaaainsss... Claro que Jasp andaba un pelín más perdido, buscando una judería en Madrid (la más cercana, tampoco andaba muy lejos, en Toledo, pero claro, andando no íbais a llegar) y el barrio gótico.... Mal mal mal... Menos mal que caíste en la cuenta a tiempo, si no, os veo llegando a patita a Toledo y cogiendo luego un atajo a Barcelona, pasando, ya viene de camino, por Granada...
ResponderEliminarBesitosssssss
Esther, entre tú y yo, esos tres museos están en el paseo del Prado. La Castellana, que yo suelo escribir con minúsculas, empieza como a un kilómetro de allí, pasado Recoletos.
ResponderEliminarVes, en cuanto nos vayamos a vivir a Madrid, no te volverás a perder. Si en el fondo es bueno para ti, para ampliar conocimientos...
ResponderEliminarAlfina, se me acaba de olvidar todo lo que sabía de Valencia ¡Qué desgracia! En cambio, a Madrid ya le voy cogiendo el tranquillo. Mmmmm... hay que ampliar conocimientos.
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