De entre los rincones no demasiado conocidos de Moscú, destaca la iglesia de la Natividad de la Santísima Madre de Dios, junto al antiguo monasterio Simonovsky. Se caracteriza por estar totalmente rodeada por la fábrica "Dinamo", paisaje industrial devastado en estado puro, además de por algunas cosas que voy a ir relatando.
Hasta hace poco, yo vivía relativamente cerca. Una vez, cuando estaba planificando mis rutas para correr en verano, me llamó la atención en el mapa la iglesita de marras y me propuse aprovechar alguno de los rodajes largos a ritmo bajo para tratar de llegar hasta ella. Según los mapas, debía poder llegarse siguiendo simplemente el río, por un camino que iba a dar a ella.
Sin mucha prisa, me puse a correr, dejé a un lado el campo del Torpedo y seguí adelante. Aquello, que era una fábrica, estaba lleno de coches de autoescuela, unos Zhigulis renqueantes con una "У", que equivale a nuestra "L", y lleno de jovencitas temblorosas al volante. Aquello era peligroso, muy peligroso, así que, con mucho cuidado, pasé adelante, y me encontré con el típico paisaje industrial devastado, con desperdicios tirados por el suelo, torretas herrumbrosas, muros con desconchones... y, como no podía ser menos, con un guardia de seguridad.
- ¿A dónde va?
- Allí - dije, señalando a una valla, detrás de la cual se adivinaba ya la iglesilla. La verdad es que pegaditos a la valla, pero, gracias a Dios, por el otro lado, había unos cuantos perros ladrándome con todas las ganas.
El guardia de seguridad ni se molestó en pedirme el propusk, sino, que directamente, negó con la cabeza. Yo, que, como casi la totalidad de los corredores, corro sin documentación, y veía que los perros del otro lado de la valla no iban a aplacarse por mucho propusk que les enseñara, decidí reconocer mi fracaso y dar la vuelta.
Si el entrenamiento hubiera tenido lugar antes de 1930, en lugar del desastre industrial, la autoescuela pirata, el estadio del Torpedo y el segurata y los perros jorobando al personal, me hubiera encontrado con un panorama como el de la imagen de aquí al lado, que cualquiera que lo vea coincindirá que, para un corredor, es sensiblemente más agradable. La iglesita que iba buscando es la pequeña edificación que se atisba a la derecha.
Lo que pasó en 1930 casi mejor que lo cuento en la siguiente entrada, que ésta ya se va haciendo un poco larga. Sólo anticiparé que la imagen de la izquierda representa lo que he citado al principio de la entrada, el "antiguo monasterio Simonovsky". Cómo pasó a convertirse en "antiguo" exige remontarse a 1930.
Madre del Amor Hermoso, Alf, a veces es realmente complicado moverse por esa ciudad... Y la verdad que el paisaje ha cambiado sensiblemente y a peor...
ResponderEliminarBueno, voy a seguir leyendo a ver que me encuentro, jejejejee.
Besitossssss