Una vez más, en Moscú se montó, como todas las mañanas, todas las tardes, y dentro de poco, al paso que vamos, todas las noches, un atasco de tres pares de narices. Me he visto en algunas de ésas, y no se lo deseo a nadie. Bueno, quizá a Madonna sí se lo deseo. Horas y horas avanzando centímetro a centímetro, entre los ruidos de claxon, con todos los coches queriendo aprovechar el mínimo resquicio para colarse por delante, sin salida posible, escuchando una y otra vez las mismas canciones, porque el disco ha dado ya varias vueltas. Es mejor no poner la radio, porque baja la moral todavía más: "atasco de treinta y ocho kilómetros en Sadovoye Koltsó, dificultades en el tráfico en Leningradskoye Shossé y en todo el centro, por un accidente en Varshavskoye Shossé hay un atasco de tres kilómetros..." y así una larga lista de calles intransitables.
Ahora, que voy andando a casa, eso parece cosa del pasado. Pero recuerdo algunas veces que un trayecto que, en buenas condiciones, se hacía en quince minutos, en las condiciones habituales en las tardes moscovitas podía transformarse en una tortura agónica de dos horas largas. La última fue la apoteósica vuelta de Sumbulovo, a final de septiembre, en que los últimos cincuenta kilómetros nos costaron cuatro horas de recorrer, mientras mis dientes rechinaban y negros pensamientos se acumulaban en mis sienes.
Bueeeeeeno, pues está visto que llueve igual para todo el mundo. Sin ir más lejos, ayer, el equipo de fútbol del Spartak, que jugaba su partido de la liga de campeones contra el Inter de Milán, tuvo que bajarse del autobús del equipo y llegar en metro al estadio, porque iban a llegar tarde al partido. Llevaban escolta policial (y doy fe de que ésos no bromean), pero ni flores. El autobús del equipo llegó al estadio cuando acababa la primera parte.
El Inter les metió un gol en el minuto uno, y así acabó el partido: el Spartak, orgullo de todo moscovita que se precie, perdió el partido por 0:1. El entrenador Fedotov soltó unas declaraciones bastante irónicas: "Quiero dar las gracias a los trabajadores del metro, que nos condujeron eficazmente por el mismo y, lo que es más importante, nos dejaron pasar gratis." El capitán Titov consiguió la excusa perfecta: "Encajamos el gol ya en el metro." Mmmmm... ya tenemos culpable.
Indignado por la derrota, un conocido de esta bitácora, el inefable Alexei Mitrofánov, quién si no, bramó contra el tráfico en Moscú y, por extensión, contra Moscú misma (seguro que es fan del Spartak): "No sé para qué les financiamos. Me pregunto si Moscú puede cumplir su función como capital." A la que tuvo que saltar, como tantas otras veces, otro viejo conocido de esta bitácora, el portavoz Sergey Tsoy (probablemente sea fan del CSKA o del Dinamo): "Mitrofánov es un populista." Como en la otra ocasión en que hablamos de él, Sergey Tsoy pasa de la pregunta y se pone a hablar de otra cosa. Hombre, pues claro que Mitrofánov es un populista, eso ya lo sabíamos, pero del tráfico ¿no dice nada?
A todo esto, lo mejor es cuando, a las seis de la tarde, en plena hora punto, cruzó la Tverskaya, una calle de ocho carriles, a pie enjuto pasando de los semáforos, mientras centenares de coches atestan la calle maldiciéndose mutuamente ¡Anda que no me río!
P.S.: A todo esto, hablando de Mitrofánov y recordando la primera entrada que protagonizó, ya tenemos culpables en la crisis del alcohol adulterado. Lo dejo para la próxima vez, y es que hay cosas que, en Rusia, siempre están de actualidad.
Ains Alfito, lo tuyo anti coches es de toda la vida, jejeje, y esas risas las conozco, y tanto que las conozco...
ResponderEliminarEn fin, que me alegra tu alma deportista, que en esas calles sale airosa, con tu paso ágil, (también lo recuerdo, sobretodo cuando llegábamos a la plaza del ayuntamiento en cinco minutos para ver la mascletá) ains...
En fin besitos Alf y a seguir andando, que los atascos no son buenos...
Rusia es, definitivamente, un pais futbolero. El Spartak llega tarde y todos se acuerdan en la sesion del sia siguiente de los embotellamientos. Igual no se quien es peor Mitrofanov o el que le retruco "Claro, ahora porque fue el Spartak, y las ambulancias que caen todos los dias en ellos?"
ResponderEliminarTal vez le llevaban el plan del partido en el colectivo a Fedotov, porque en el primer tiempo el equipo no jugo a nada.
BUENO, QUE YO DE FOOTBALL NO ENTIENDO NADA, Y MENOS DEL RUSO...el tráfico, viéndolo por el mejor lado que se pueda, te ayuda a leer mientras estás atorado, inténtalo...al menos así el país regala cultura...jajaja
ResponderEliminarSaludos
Esther, llegar en cinco minutos a la plaza del Ayuntamiento no tiene mucho mérito. Y más si es por no perderse una mascletà.
ResponderEliminarPor cierto, ¿lo de las haches va a ser permanente? Tener una gemela no es tan horroroso.
Galo, Mitrofánov es un crack. Es un digno alumno de su maestro Zhirinovsky. Nos hace la vida muy entretenida.
BAR, lo de leer en un atasco es interesante, pero, claro, significa que has perdido la esperanza de salir de allí. Y la esperanza es lo último que se pierde.