viernes, 26 de mayo de 2006

El parque móvil (II): GAZ


Continuando con el tema de ayer, toca pasar a la fábrica que, si hubiera habido competencia, hubiera sido la competencia de AvtoVAZ: GAZ, o Gorkovsky Avtomobilny Zavod, situada en la ciudad de Nizhny Nóvgorod (Gorki, y de ahí el nombre, durante el dominio bolchevique), que, incidentalmente, estuvo cerrada a los extranjeros hasta hace poco más de diez años.

GAZ da trabajo, y que se siente quien pueda, a unas cincuenta mil personas en puestos de trabajo directos (el grupo GAZ seguramente llega a las cien mil), que ahí es nada; eso, unido a la condición de ciudad cerrada de su sede, puede hacer pensar que lo de fabricar coches era una tapadera, y que su principal ocupación era menos confesable. Puede ser, puede ser...

Su principal modelo es el de la foto, el Volga. Cuando en la anterior entrada decía que el Lada Zhigulí era a las carreteras rusas lo que el toro de Osborne a las españolas, debo reconocer que lo hice llevado del entusiasmo, pero mentía: el verdadero amo del asfalto (si hay asfalto, claro) es el Volga. El Volga de color negro era el medio de transporte exclusivo de los funcionarios del partido, digooo... Partido, hasta el punto de que nadie más podía poseerlo.

Podemos imaginarnos la escena:
- Oiga, ¿es GAZ?
- Sí, camarada.
- Oiga, que soy Iván Ivanovich, llevo ahorrando treinta años y ya tengo bastante para comprarme un Volga. Quería comprar uno y, si puede ser, me gustaría que fuera de color negro.
- ¿Es usted funcionario del Partido?
- Hombre... pues no, trabajo en un koljós y, sisando por aquí y por allá, algo he ahorrado.
- Pues no hay coche.
- ¿Cómo?
- Que no. Que el Volga, y más si es negro, sólo se concede a los próceres del proletariado y del Partido, y usted debe ser un kulak contrarrevolucionario.
- Oiga, que...
- Y no me rechiste, que aún puede salir peor librado.

Según en qué época, Iván Ivanovich, después de una conversación como ésta, podía acabar en las minas de Kolymá escarbando oro a varias decenas de grados bajo cero. Pero luego ya se abrió la mano y se permitió que la población adquiriera Volgas, eso sí, no de color negro. Y así están. Siguen produciéndose, aunque su consumo de combustible es de los que pone los pelos de punta. Su principal ventaja es que, en caso de choque, el Volga suele salir indemne, porque es una especie de tanque doméstico, mientras que el coche que tenga la desgracia de chocar contra él tiene garantizada una elevada factura del taller. Conscientes de eso, los conductores del Volga son especialmente temibles: cambios de carril aleatorios y sin señalizar, frenazos bruscos, adelantamientos a centímetros del coche de la derecha (eso suponiendo, que es mucho suponer, que el Volga adelante por la izquierda)... todo un repertorio de cerdadas, vamos.

Si alguien quiere un Volga, el azul de la foto (la he tomado esta mañana) se vende por 90.000 rublillos negociables, como quien dice tres mil euros, así a ojo, que para tener cinco años y un estado de conservación no directamente deplorable, pues no está mal. Eso sí, habrá que ponerle la matrícula, que luego todo son disgustos. Nuevos, andan por unos ocho mil euros, pero hay que tener en cuenta que, para mantener el depósito lleno, puede que hagan falta otros tantos. Ahí nos dejan el teléfono de contacto, para que cualquiera pueda sentirse jerifalte soviético.

2 comentarios:

  1. Vaya con los Volga... Pues no creas que uno de esos tanques domésticos, para según que circunstancias, vendría bien, porque hay que ver como conducen algunos conductores de autobuses, que si te descuidas te tiran del asfalto y todo. Lástima que sean tan caros de mantener, porque oye, el azulito de la foto tampoco está mal.
    En cualquier caso he de reconocer que el físico de los Volga mejora bastante con respecto a los Lada, así las cosas, he visto más Lada que Volga, claro que yo te hablo de más allá de las fronteras de la antigua URRSS.
    Por cierto, que Gorki me ha recordado, en lo que al tema de la fábrica de coches se refiere, a Almussafes, claro que La General Motors creo que no tiene tanto contratado ni siquiera sumando todas sus fábricas, lo que me lleva a otra pregunta ¿Y a qué actividades al margen de la ley te refieres?
    En fin, besos y gracias por ponernos al día en esto de las marcas de coches rusas... A propósito ¿y para cuando una escudería Gaz o una Lada en la F1? dado sobretodo el volumen de contratados en la Gaz digo yo que no debe estár tan lejos ¿no?
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Bueno, si Gorki era ciudad cerrada, era por algo, no por capricho. En las ciudades cerradas (todavía quedan, pero ya son muchas menos) se concentra la industria militar, la nuclear y la aeronáutica. No es que sean actividades al margen de la ley, pero, vaya, como que no las enseñan demasiado.

    Lo de la escudería Lada o GAZ en la Fórmula 1 creo que está lejos de la realidad, hoy por hoy. Deben mejorar un poco, para que no les doblen más de diez veces. Vista la aerodinámica de la mayoría de los modelos, además, y su consumo de combustible, tendrían que repostar cada dos vueltas.

    ResponderEliminar