sábado, 18 de diciembre de 2021

Aguinaldos (actualización)

En esta bitácora ya hubo hace la friolera de seis años una entrada sobre este particular. Entretanto, la petición de aguinaldos se ha enfriado un poco, no se si por el cambio climático o porque los vecinos estamos cada vez más con la mosca tras la oreja y más remisos a aflojarla. A aflojar la mosca, quiero decir.

El cachondeo está llegando a límites insospechados. Se ve, además, que entre los equipos de recogida de basura ha debido circular la especie de que en Uccle estamos forrados y soltamos billetes a manos llenas, cosa que en parte puede ser verdad. Me refiero a la parte de que en Uccle hay quien está muy forrado, cosa muy verosímil a juzgar por los casoplones que tiene una parte del personal; lo que no creo que sea tan cierto es que soltemos billetes a manos llenas, porque, de ser cierto, ya os digo que no estaríamos forrados.

Pero el rumor está ahí, y la consecuencia es que, cuando algún equipo "titular" de recogida de basuras falla, y desgraciadamente, sobre todo para los usuarios, los equipos titulares fallan con frecuencia, entonces los equipos suplentes se pelean para venir a nuestra zona a recoger la basura... y de paso a recoger los aguinaldos, aunque se hayan pasado todo el año recogiendo la basura de Jette o de Laeken, por poner dos de los lugares más alejados de la región. Y, si sólo fuera un equipo, pues aún tendría un pase, pero aquí hay equipos diferentes por tipos de basura: un equipo recoge las bolsas azules (envases) y amarillas (papel y cartón); otro recoge las bolsas verdes (desechos de jardín); un tercero las bolsas naranja (residuos orgánicos) y, finalmente, otro equipo recoge las bolsas blancas (todo lo que no está especificado en los paréntesis anteriores). Y todos ellos pasan a timbrar a felicitar, ya no las Navidades, sino las fiestas (sí, ésa es otra, pero ya volveré sobre ello).

El vecindario, lógicamente, ha terminado por marearse con tanto pedigüeño. En esta época que vivimos, las redes sociales están por todos los sitios, y era cuestión de tiempo que apareciese una red social vecinal, donde, como en todas las redes sociales, hay usuarios muy activos y beligerantes, y otros que nos limitamos a ver los toros desde la barrera. Alguno de los más activos (y, no lo olvidemos, beligerantes) se ha tomado la molestia de llamar a Bruxelles-Proprété (Proprété se traduce como "limpieza"), la empresa pública responsable de la recogida de basuras, para informarse de si esta situación obraba en conocimiento de la gerencia. Conociendo cómo se las gasta algún vecino (activo y beligerante), el contacto habrá sido tirando a tenso, y la persona que recibe las llamadas, que debe ser belga, ha eludido dar una respuesta concreta, y se ha limitado a recomendar que sólo se dé aguinaldo a quienes lo pidan mientras estén recogiendo la basura.

Bien. A triplicar el tiempo de recogida, que ya, de por sí, sucede durante la hora punta y bloquea media ciudad. Obviamente, los equipos de recogida saben que, a las horas que pasan, en las casas no suelen estar más que los jubilados, que no suelen pertenecer a la categoría de "los más forrados", así que su horario de actuación a los efectos de recoger aguinaldos se desplaza a fines de semana. Está claro que a la persona que responde a las llamadas le falta calle.

A los vecinos activos y beligerantes les faltó tiempo para intervenir en las redes sociales y protestar amargamente por la situación. Otros años, los equipos de recogida había tenido la precaución de pasar unos días antes (esta vez sí, mientras recogían la basura) y dejar un pasquín con su foto en los buzones, para asegurarse de que luego no venían otros. Este año no han tomado esa precaución, lo que permite sospechar que no están tan en contra de que sus colegas esquilmen al personal, pretendiendo quizá esquilmar ellos de la misma manera.

El veredicto de los participantes de las redes sociales ha sido bastante uniforme. La mayoría estaba por no dar ni medio euro, y una minoría por dar un aguinaldo miserable que les quitase las ganas de volver, tanto más cuanto que los chicos, por lo que respecta a su rendimiento laboral, colapsan el barrio dos días por semana, con esa pretensión de no trabajar de madrugada, sino de hacer coincidir sus recorridos con los momentos de mayor tránsito.

En todo caso, la existencia de las redes sociales tiene esa ventaja de saber que tu vecino está haciendo más o menos lo mismo que tú. Tiene otras ventajas, pero ésas ya las iremos viendo otro día, porque hoy se hace tarde.

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