Visitar Barcelona siempre es una experiencia interesante. Es la cuarta vez que la visito, sin contar la tira de veces que he estado de paso, pero la primera vez que lo hago viniendo desde Bruselas.
La primera conclusión a la que he llegado es que, en Semana Santa, los barceloneses adornan sus aceras con un motivo que recuerda el ideograma de un pez. Probablemente una alusión al cristianismo primitivo.
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