domingo, 24 de junio de 2018

El candidato

En la última entrada me había quedado con la mosca tras la oreja, porque una cosa es que te inviten a participar en la fiesta de la democracia, y otra muy distinta que, si no participas, te den un capón. Es verdad que el capón no es enorme. A los ocho días de las elecciones, se supone que el fiscal forma la lista de los electores que no han votado sin razón válida. Si estás en ella, te pueden llamar de un tribunal de policía, que te clava una multa de entre treinta a sesenta euros. Según otras versiones son entre cuarenta y ochenta. No es el fin del mundo, pero prefiero tenerlos en mi bolsillo, oye.

Ahora bien, he aquí que, entre las toneladas de propaganda que pasan por mi buzón de camino a la basura, un candidato madrugador ha tenido a bien depositar su pasquín, digo yo que para despertar mis simpatías hacia él. Su nombre es Marc Cools, su fotografía ilustra esta entrada, y su lista se llama "Uccle en avant", que no parece muy difícil de comprender para alguien cuya lengua nativa es el valenciano.

A ojo, la propuesta parece atractiva, tú. Una lista ciudadana, independiente de los partidos políticos. A un tipo como yo mismo, al que los partidos políticos le producen cierta inquina, y a quien esa inquina se le incrementa aún más cuando se presentan a las elecciones municipales, no puede menos que gustarle esa idea de hacer una lista que no tiene nada que ver con los partidos políticos.

Luego, claro, vienen los resquemores. Uno ve la foto del candidato, con sus ojos entornados, el traje impecable, el rostro cubierto por esa barba canosa, esa medio sonrisa... ¿será mi tipo? ¿De dónde saca, p'a tanto como destaca?

He de reconocer que, hasta el día de hoy, la vida municipal de la comuna a la que he venido a parar no me ha interesado demasiado. Las elecciones son siempre cada seis años el segundo domingo del mes de octubre, de modo que las anteriores habían sido en octubre de 2012, fecha en la que estaba aún en Moscú, en Bélgica sólo tenía la mente puesta, y ni siquiera sabía que existiera un municipio llamado Uccle. Bueno, pues ha llegado el momento de cambiar eso.

Unas cuantas pesquisas, no muy complicadas, han dado como resultado enterarme de que en Uccle manda el Movimiento Reformador, que dispone de 21 concejalías de las 41 totales. Lo primero que llama la atención es que haya cuarenta y una concejalías para un municipio de ochenta mil habitantes ¿Hacen falta tantas? Valencia, que multiplica por diez la población de Uccle, creo que tiene treinta y tres concejales.

Lo segundo que llama la atención es que los otros veinte concejales andan bastante desperdigados entre las otras cuatro listas que se presentaron en 2012 ¿Sólo cuatro? Pues sí: en segundo lugar quedaron los Verdes (siete), seguidos por los socialistas (cinco), y luego por el FDF (otros cinco), que ahora se llama DéFI, me parece, y que es un grupo parecido al Movimiento Reformador, pero que hace hincapié en en que Bruselas, y si se puede los alrededores, se pueda hablar francés sin problemas ni flamencadas. En último lugar quedaron los demócrata cristianos (tres).

Lo tercero que llama la atención es que el candidato de la foto, el señor Cools, era el número tres de la lista del Movimiento Reformador ¿Qué pasa? ¿Se ha convertido? ¿Se ha enfadado?

Y lo último que llama la atención a primera vista es que el último de la lista del Movimiento Reformador es su jefe, Didier Reynders, que resulta que es concejal de Uccle (porque sí, salió elegido). Todavía tengo que entender cómo se eligen los concejales, porque es evidente que no siguen el orden de la lista.

Pero hoy se hace tarde, así que seguiré mañana indagando sobre las razones de que el señor Cools haya roto con su partido. De paso, intentaré enterarme de qué pasa aquí, porque las listas electorales belgas parecen cerradas, pero no bloqueadas.

Entretanto, yo no sé qué pasa con las fotos de los candidatos, pero no me dan ganas de votar por ninguno.

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