Habíamos dejado a la empresa de puertas de garaje (supuestamente) enviando un presupuesto mes y pico después de lo prometido, en vísperas de Navidad y, además, incompleto y, por si fuera poco, urgiendo su aceptación antes de final de año, lo que supondría, por cierto, una factura por el 30% de una cantidad desconocida por parcial.
Como lo menos que puede hacer una empresa es enviar un presupuesto completo, yo lo pedí, como vimos en la última entrada, con unos modales que hubieran hecho las delicias de mi tatarabuelo. Bueno, si hubiera coincidido con tratarse del único de mis tatarabuelos que sabía leer.
David, el operario de la empresa de marras, parecía desatado ¡Respondió el mismo día! Y qué menos que traducir sus palabras.
Buenos días, señor:
Gracias por su rápida respuesta. No se preocupé usted por el plazo de entrega en relación con el del presupuesto.
Sobre el presupuesto del chasis y las guías, ¿quién ha ido a su casa a tomar las medidas? Si le es posible a usted comunicármelo, podría pedir a mi colega qué sucede con su presupuesto.
Sobre el plazo de entrega, habría que contar de seis a ocho semanas para la puerta de garaje y lo mismo para la puerta de entrada.
Igualmente, le deseo buenas fiestas de fin de año a usted y a su familia.
Un saludo,
David Gómez
Vaya pieza. No sé qué me admiró más: si la dureza granítica de su rostro, o su inconsciencia en desear 'felices fiestas de fin de año' a un cliente que a eso lo llama 'Navidad'. El caso es que me lo estaba pasando bien y le respondí inmediatamente. No pasa tan a menudo que un pollo como éste esté trabajando.
Buenos días, señor Gómez:
Nadie ha venido a nuestra casa a tomar medidas, salvo usted mismo. Ni siquiera sabía que debíamos esperar una segunda toma de medidas.
Por tanto, le pediría hacer lo necesario en este sentido. En todo caso, me parece que el presupuesto no llegará antes de fin de mes, por lo que, supongo, será necesario un nuevo presupuesto para las puertas, ya que el que ha hecho usted no es válido sino hasta el 31 de diciembre de 2016.
En conclusión, me preguntó qué hacer.
Un saludo,
Alfor von Buchweizen
El lector ya percibirá que me estaba empeando a chotear de David. Ya que me había hecho esperar una eternidad, ahora le decía que no me importaba esperar otra. Claro, lo que él no sabía es que las posibilidades de que acabara trabajando con su empresa habían desaparecido por completo, y ya sólo seguía el contacto por la gracieta.
Y el caso es que el tío respondió enseguida, el mismo día. Estaba lanzado, el tío.
Señor:
Visiblemente, ha habido un gran malentendido. Cuando pasé por su casa, nadie me informó de que tenía usted un chasis para medir, ni tampoco me informaron de que había que tomar más medidas.
Transmitiré sus datos de contacto a mi colega, el que se ocupa de los chasis, y él contactará con usted para tomar las medidas.
Una vez haya recibido todos los presupuestos, usted podrá elegir tranquilamente tras las fiestas.
Propongo que procedamos así.
Un saludo,
David Gómez
La desfachatez de David iba en aumento. No le quise recordar que el cliente no tiene por qué saber de pe a pa todo sobre las puertas de garaje, y que para eso está él, para explicarlo, y que fui con fotos del garaje, por dentro y por fuera, y que se supone que el experto es él y está para aconsejar, no para rascarse la barriga y buscar una causa que justifique su incompetencia. Pero yo le seguí el juego, claro que sí. Y le respondí enseguida, el mismo 20 de diciembre de 2016 que es cuando todos estos correos electrónicos vieron la luz.
Buenos días, señor Gómez:
Probablemente es un gran malentendido, como dice usted. No tenía ni idea que en su empresa hubiese personas diferentes que se ocupan, unos de las puertas, y otros de los marcos, y que los dos deban tomar sus medidas por separado. En realidad yo no he entrado en contacto más que con usted, y yo suponía que ustedes ya se organizarían internamente.
Comienzo a comprender que esto es mucho más complicado de lo que yo pensaba... ¿Hay más puntos de contacto específicos en su empresa?
En fin, espero la llamada de su colega para tomar cita, supongo que eso ya será después de las fiestas.
Un saludo,
Alfor von Buchweizen
David envió, unos minutos después, un último correo, que rezaba como sigue:
Señor:
Yo, personalmente, soy el técnico de las puertas de garaje y de las puertas de entrada. Mi colega se ocupa sólo de los marcos.
Si yo hubiera sabido que usted tenía que medir marcos desplazables, él hubiera venido conmigo para tomar sus medidas.
Así es como trabajamos. Ahora, con este malentendido, confieso que es fácil despistarse.
Yo me encargo de transmitir sus datos de contacto a mi colega.
Un saludo,
David Gómez
Ésta fue la última comunicación que intercambiamos David y yo. Jamás recibi llamada alguna de ningún especialista en marcos, chasis o sursumcorda de la empresa. No sé si porque David no hizo honor a su promesa de transmitir mi correo y mi teléfono a su colega, o si porque éste no juzgó la aventura digna de su atención. En cualquier caso, lamentablemente, el caso es demasiado representativo de la actitud bruselense ante la clientela y sus circunstancias.
Dicho esto, mientras estoy escribiendo estas líneas, está teniendo lugar la instalación de la puerta de garaje, por tanto, algo ha debido pasar entretanto, pero lo dejaremos para otra entrada, no porque se haga tarde, que también, sino porque ésta ya ha quedado demasiado larga, y no es plan.
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