Pero ya no ha habido más remedio, y aquí estoy, en Mastrique, con una temperatura de alrededor de cero grados y una llovizna que se está haciendo bastante pesadita. Son como las siete de la tarde, y la ciudad está absolutamente muerta. Uno a veces comprende a los componentes de los tercios cuando se ponían en plan saqueo: los pobres se debían aburrir bastante.
En el hotel en que estoy se lo han currado, sin embargo. Mañana es San Nicolás, al que llaman por aquí Sinterklaas, y me han dejado una tarjeta explicándome la historia de este señor, que yo tenía entendido que era obispo de Bari, pero que debe ser otro.
Resulta que Sinterklaas es un santo que vive ¡en España! y que se dedica a llevar regalos a los niños, pero no en España, no, donde nadie lo conoce, sino que se va a Holanda todos los años ¡en diciembre! para repartir regalitos.
El individuo cabalga por los tejados con su caballo, pero el trabajo sucio no lo hace él, sino su ayudante. Cuando hablo de "trabajo sucio" realmente lo es, porque consiste en descolgarse por las chimeneas, a donde no se le puede pegar nada limpio. Claro, el ayudante se lleva un tizne de hollín de aquí te espero y, así, no es de extrañar que atienda por el nombre de "Zwarte Piet". Como supongo que el ayudante también vive en España, habrá que llamarlo "Pedro, el Negro".
Además de repartir regalos, Sinterklaas y Pedro el Negro reparten dulces. Cartas de chocolate y unos botoncitos muy buenos que se llaman "Pepernoten", y en el hotel se lo han currado y me han dejado una bolsita con unos cuantos, encima de la mesa.
Ah, ¿que si les puedo hacer una foto a los dulces, para que todos puedan ver cómo son?
No, ya no.
... y ahora a la cabalgata le quieren quitar al Pedro el Negro. Porque es políticamente incorrecto. Ay.
ResponderEliminarcon lo que me gustan los peppernoten... que se noten...
ResponderEliminarnos podías haber traído... :(