miércoles, 29 de febrero de 2012

Con los rojos (III)

En estas últimas entradas, en que estaba intentando cachondearme del Partido Comunista de la Federación Rusa, pero no estoy pudiendo hacerlo, porque respeto demasiado las canas, he intentado hacer ver al lector que el PCFR, en realidad, tiene de comunista lo que yo de iconoclasta, y que en realidad, en casi cualquier país, sería considerado de extrema derecha.

Uno entra, un día que no tenga mucho que hacer, en la página de enlaces del PCFR y encuentra enlaces a los partidos comunistas de casi todo el mundo. Y, entre ellos, encuentra enlaces a los partidos comunistas españoles, sí, señor. Hay un enlace al PCE, al PCPE, y también a la coalición Izquierda Unida. Y además a un "Partido de los Comunistas de Cataluña", puesto bajo la rúbrica "España", cosa que no sé si a los miembros del citado partido, que no citan la palabra "España" ni por pienso, les parecerá bien.

Bueno, pues en las anteriores dos entradas debería haber quedado claro que el programa del KPRF es nacionalista panruso, autoritario paternalista, proteccionista, muy moderadamente estatalista y poco protector del trabajador. Supongo que, si entre los lectores hay algún votante de los partidos españoles enlazados en el párrafo anterior, probablemente se habrá dado cuenta de que lo único que les une es la palabra comunista. Porque, en el terreno social, si alguien cree que el KPRF apoya los matrimonios del mismo sexo, el lenguaje políticamente correcto, el aborto o las relaciones sexuales a tontas y a locas, le diré que no precisamente ¿Y la eutanasia? No, eso menos todavía. Sólo les faltaría eso para perder aún más votantes...

Ah, pero queda un terreno donde quizá haya semejanzas, pensará el comunista español. La lucha contra el opio del pueblo, contra la tiniebla religiosa, contra la superstición medieval... la lucha, en fin, contra la religión, cuyos representantes, esos cuervos negros que se ceban a costa del pueblo explotado, fueron enviados por el glorioso Partido, en los buenos tiempos soviéticos, a purgar su pasado en las minas de oro de Siberia, igual que en España las fuerzas progresistas luchan contra la vergonzosa posición preeminente de la Conferencia Episcopal, que no cesa de conspirar con el gobierno y con la patronal con el único objeto de exprimir más y más al pueblo trabajador.

La realidad está en un vídeo publicado ayer por el equipo de Ziugánov, y que podemos ver aquí. Ojo al título del artículo que lo acompaña: "Ortodoxia y comunismo", y ojo al encabezado y a algunos párrafos, que voy traduciendo:

"El deber sagrado de los comunistas y de la Iglesia Ortodoxa Rusa consiste en unir nuestro pueblo multiétnico sobre la base de los valores comunes tradicionales del bien, de la justicia, de la colectividad, de la ayuda mutua y de una elevada espiritualidad."

Vale. Todo eso está muy bien. Incluso un comunista español, progre como él solo, podría aceptarlo. Sigamos:

Los comunistas y la Iglesia Ortodoxa Rusa luchan conjuntamente por la conservación de los valores familiares tradicionales, contra la imposición de las medidas especiales relativas a los menores de edad, que están destruyendo a la familia y privando a los padres del derecho de decidir por sí mismos la forma de educar a sus hijos (la imposición de hecho de una "educación sexual" obligatoria en las escuelas, el fomento de las delaciones de los hijos contra sus propios padres y el escándalo de los órganos de tutela, que están surgiendo como champiñones tras la lluvia y que, bajo pretextos inventados, arrebatan los niños a las familias)."

No sé yo si hay algún comunista español contra la educación sexual en las escuelas, pero no me suena.

Y un bonito comentario final, aunque no lo dice Ziugánov, sino el único que ha entrado a comentar el artículo, que debe ser uno de los pocos votantes del KPRF para los que la informatización no ha llegado demasiado tarde.

Actualmente, el KPRF es la única fuerza política que realmente profesa los valores ortodoxos. Todos los demás líderes políticos adoran el dinero, es decir, el ídolo Mammón. Por desgracia, cierta parte de nuestro pueblo también valora únicamente la prosperidad material. Ellos serán los que voten a Rusia Unida, junto con los que han sido engañados por los comentaristas políticos. Todos los rusos verdaderamente ortodoxos, y todos los que tengan sentido común votarán por Gennadi Andreevich (Ziugánov). Y yo también."

Así están las cosas en el KPRF. Podríamos citar alguna otra cosa, como la carta que la semana pasada envió Ziugánov al patriarca Cirilo para establecer un frente común contra las tarjetas electrónicas universales que quiere imponer el Gobierno. No veo yo a Cayo Lara dirigiéndose al cardenal Rouco, como no sea para ponerlo verde. El caso es que parece que ahora es posible ser cristiano y simpatizante del KPRF, e incluso hay quien piensa que es lo único posible. Quién se lo iba a decir a Lenin.

La próxima del KPRF supongo que será abogar por la reinstauración de la monarquía y ofrecer el trono a algún Románov. Al final, si yo fuera ruso, tendría que votar por el KPRF.

Después de todo, uno va teniendo una edad.

3 comentarios:

  1. Pues no es por nada Alfor, pero a mí no me han sorprendido en lo más mínimo las tres entradas sobre los comunistas rusos. Más o menos es lo que ya sabía. Ni siquiera lo del frente común con la Ortodoxia. Antes de que el gobierno federal restableciera la enseñanza de la religión en las escuelas, los comunistas lo ensayaron en algunas regiones. Al PCFR le pasa lo mismo que al PCUS, que no se parece en nada a los comunistas de fuera de Rusia/URSS. Del PCUS se decía que era el partido más conservador de Europa y alguien dijo que uno iba a la URSS a encontrarse con Lenin y con quien se encontraba era con Pedro el Grande.
    Saludos

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  2. Fernando, de acuerdo, pero lo de la enseñanza de la Religión en las escuelas no lo veo por ningún sitio. Mis hijos van a un colegio público y no hay ni asomo de clase de Religión por allí, ni siquiera voluntaria.

    Será que hay pocos comunistas en la dirección, no sé...

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  3. Algún viejito le debe decir a Zuguianov que en otra época él merecería picar carbón en Kolimá...ese travestismo político no lo hacía ni Santiago Carrillo en sus mejores tiempos.

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