Últimamente me ha tocado recordar qué son los grados Kelvin, cuya escala comienza a partir del cero absoluto, a eso 270 y pico grados Celsius bajo cero. A esa temperatura las moléculas y los átomos tienen la mínima energía posible, y no se mueven ni tantico.
Moscú, en estos días de veinte bajo cero que tenemos todos los años, es un poco así. Los habitantes de Moscú, a estas temperaturas que se acercan al cero absoluto mucho más de lo que nos gustaría, preferimos estarnos quietecitos en casa, cerca de la calefacción, que las autoridades han puesto estos días al máximo, y menos mal que ha sido así. A la calle salimos lo justito, y así, aunque Moscú es una ciudad que nunca para ni duerme, es como si se viese menos ajetreo que de costumbre.
La semana que viene continuaremos con el frío. Los pronósticos dicen que incluso bajará por debajo de los veinticinco bajo cero, lo cual, en estos tiempos de supuesto calentamiento global, resulta más que respetable. Si ya llevamos una semana así, y la gente está un poco cansada, cuando llevemos dos, y no digamos si la cosa sigue, todos nos pondremos un poco de uñas.
Mi vecina es de las más hartas. A la vuelta del trabajo, la vi paseando a su perro, un animalico blanco y peludo, por las inmediaciones de su casa.
- ¿Qué tal?
- Harta. Harta de tanto frío.
- Pues la semana que viene parece que va a ser peor. Dicen que hará más frío.
- No puede ser. Tengo muchas ganas de que esto acabe y llegue la primavera.
Mi vecina, eso sí, no pierde la sonrisa. Hay que decir que cada dos por tres pasa una semana en la Costa Azul, lo cual hace mucho más llevadera la temperatura local.
- ¡Bueno! ¡Ya llegará la primavera! Entretanto, no podemos hacer nada - dije yo, imbuido de la actitud rusa de encogerse de hombros resignadamente cuando no tenemos posibilidad, o ganas, de cambiar las cosas.
- ¿Cuándo es el Carnaval? - me preguntó, de repente.
Es así, mi vecina.
- Pues no sé. Antes de Cuaresma, que debe caer hacia mitad de febrero.
- He oído que en Venecia lo han adelantado y será el 3 y 4 de febrero.
- Ah.
- Es que, cuando sea el Carnaval, lo veremos por la televisión y será como si en algún lugar ya hubiera llegado la primavera.
Y miró al cielo, clarísimo y azul, mientras el perro, harto de estar quieto, lanzó un ladrido afónico y su dueña comprendió que había llegado la hora de moverse, por muy cerca que estuviéramos del cero absoluto.
Hola Alfor,
ResponderEliminaryo soy de los que "no nos conocemos", aunque como también soy de Vcia, quién sabe si hemos coincidido...
Cuando uno llega a un país siempre hay anécdotas de ese estilo, aunque en la iglesia mucho peor, ya con Dios de por medio, la infracción puede ser dramática...a mi me pasó cuando llegué a Alemania quería sacar un ticket de metro para mi, y otro para la bici, y al final tuvo que terciar la persona que estaba detrás de mi en la cola, porque supongo que pensó o le ayudo o... hahahaha
El tiempo... el tiempo es muy relativo... hay muchas variables no? El caso es que las condiciones extremas agotan claro... yo recuerdo en Alemania una chica de Perm, que decía que le costó mucho los primeros años en navidad no ver nieve y tal... y después otra chica de Omsk que estudiaba alemán conmigo, decía que allí hacía mucho más frio, pero había más luz... y lo que no le gustaba era el viento y la lluvia... que vamos, que lo que queremos es lo que estamos acostumbrados, por lo menos al principio...
Yo ahora soy agricultor, cosas de la vida, y me paso el verano en el campo, y termino supongo como los rusos en invierno, hasta el gorro del calor, de sudar, del cansancio etc.
Pero eso sí, el verano activa, levantarse aunque has dormido poco, y aunque estés cansado con una temperatura agradable es vitalidad...
Saludos
Lluis
Ah, una vez ya te puse este enlace y me dijiste que no iba, te lo dejo otra vez a ver si puedes ver a Michel, ese cantante de Pego que se dice triunfo en rusia... http://www.youtube.com/watch?v=3okfkbXKPCw&feature=related
Lluis, si eres de Valencia, quizá hayamos coincidido en algún sitio. Incluso en Alemania. Yo recuerdo que mi primera visita a Alemania fue el 3 de octubre de 1990, un día destacado, pero por otros motivos, y mi primera semana fue de lo más impactante que he vivido, y eso que hablaba alemán por los codos.
ResponderEliminarUna cosa sí que se puede decir: a la mayoría de rusos no les parece bien que haga tanto frío. Al menos, la mayoría de los rusos con los que hablo son así.
Y, sobre Michel, ya había visto algún video suyo, pero lo que triunfara en Rusia me parece muy optimista. Raphael, sí, de acuerdo; pero Michel va a ser que mucho menos, salvo que seamos muy indulgentes con el concepto de triunfo.