sábado, 1 de octubre de 2011

Traducción (casi) sin palabras

... de un libro de tareas domésticas, editado en la URSS en los años sesenta.

"... debéis recordar que hay que prepararse cada día para el regreso a casa del marido. Preparad a los niños, lavadlos, peinadlos y cambiadles la ropa, ponédsela limpia y digna. Deben ponerse en fila y saludar a su padre cuando atraviese la puerta. Para cuando esto suceda, poneos vosotras mismas un delantal limpio e intentad arreglaros. Por ejemplo, poneos un lazo en el pelo. No empecéis a conversar con vuestros maridos; recordad lo cansado que está, y el hecho de que debe ir todos los días a trabajar, todo por vosotras. Dadle de comer en silencio, y sólo después de que haya leído el periódico, podéis intentar hablar con él."

Hasta aquí, todo el mundo dirá que vale, que eso es muy discriminatorio, pero que no es distinto a los conocidos manuales de la Sección Femenina de época parecida. Lo que sí es particular es el segundo párrafo, "Consejos para hombres".

"Tras realizar el acto marital con la esposa, debéis permitirle ir al baño, pero no las sigáis; dejadlas que estén solas. Es posible que tengan ganas de llorar."

Y tanto.

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