El otro día, Al`bert publicó una breve entrada en la que mostraba dos de los hits rusos del momento. Efectivamente, son un hit en el peor de los significados de la palabra, al menos para el color de mi gusto: un rap soso de fiesta absurda "Moscú no duerme" y una niña que tampoco va nada sobrada de sal balbuciendo una plañidera canción de ¿amor? ¡Qué va! Si eso es el amor, apañados estamos.
Cuando yo llegué a Rusia, en el lejano 1994, el rap todavía no había llegado. Alla Pugachova, ese ser, estaba en la cresta de la ola sacando un hit tras otro. Por cierto que, en ruso, ahora se dice "jit", como en inglés, pero la palabra de toda la vida para describir un éxito musical es "shliaguer", que para cualquiera que sepa alemán está bastante claro de dónde viene. Schläger, sí, y quiere decir "golpe", igualito que hit. Con tanto golpe de Alla Pugachova, no es de extrañar que el país entero se estuviese tambaleando, y que terminase por resbalar en agosto de 1998. Aún aguantó de pie bastante.
Como mis gustos musicales no van por ahí, me puse a husmear si había algo decente entre la música rusa, y sí que lo había. Comprar música legal era tarea casi imposible por aquellos tiempos, así que había que conformarse con las cintas que pirateaba sistemáticamente todo el mundo, una muestra de las cuales está en la foto de arriba, tomada ahora mismo en mi biblioteca de Valencia, adonde fueron a parar todas mis cintas después de mi primera retirada de Rusia. Cintas, sí. Prehistoria, lo sé.
Que conste que no compro material falsificado sistemáticamente, sino sólo cuando la ocasión lo requiere. De hecho, incluso soy una de las pocas personas de este mundo que ha comprado un disco de Rosendo, sí, sí, en tienda, en lugar de copiarlo, como el resto de la basca.
Con Mashina Vremeni (la máquina del tiempo, en castellano) pasaba algo parecido. En 1994, en Moscú, no es que no hubiera discos, es que muchas veces ni siquiera había huevos, con lo que si uno quería escuchar sus canciones tenía que esperar a que las pasaran por la radio, cosa que, por suerte, sucedía con frecuencia, o acudir a uno de los innumerables tenderetes que jalonaban las inmediaciones de las estaciones de metro con total impunidad y hacerse con las cintas que quisiera.
Mashina Vremeni fue fundado en 1969 por Sergey Kavagoye y Andrey Makarevich, que cuarenta años después sigue siendo el líder del grupo. Hay que hacer notar que, aunque han actuado en Moscú innumerables veces (de hecho, son de Moscú), no por ello necesariamente están acabados, porque esta regla, de que quien toca en Moscú está forzosamente acabado, ya quedamos en que no rige para los músicos locales. Están acabados, sí, pero eso es por el paso del tiempo, que es sumamente tozudo.
Su esplendor, como es el caso de tantos grupos, tiene lugar en sus primeros años, que en su caso coincidió con la era de Brezhnev. He tenido la ocasión de charlar con gente que entonces era joven y que ya no cumplirá los cincuenta, y tienen un recuerdo excelente de los conciertos de Mashina Vremeni.
Makarevich siempre ha dicho que ellos nunca tuvieron intención política con las letras de sus canciones, pero evidentemente sus seguidores no pensaban igual que ellos, y no está muy claro si Makarevich lo que hace es poner una sonrisa pícara mientras dice que los seguidores muchas veces ven en las canciones algo en lo que los autores ni siquiera habían pensado. Vamos a decidirlo por nosotros mismos con el siguiente vídeo, de 1977, en plena era brezhneviana, con entrevista incluida a los tres componentes del grupo (los dos fundadores y Margulis, aunque Makarevich es quien lleva la voz cantante, y nunca mejor dicho)y donde tocan una de sus canciones más famosas: "Marionetas". A disfrutar, y luego nos preguntaremos: ¿tenían intención política o son imaginaciones de sus seguidores?
La letra completa está ahí, en ruso, y abajo en español, precipitadamente traducida por un servidor.
Лица стерты, краски тусклы,
То ли люди, то ли куклы.
Взгляд похож на взгляд,
А день - на день.
Я устал и отдыхая
В балаган вас приглашаю,
Где куклы так похожи на людей.
Borradas las caras, difuso el color,
sean personas o muñecos.
La mirada semeja la mirada,
y el día semeja al día.
Me cansé y, descansando,
os invito al teatro de títeres,
donde los muñecos se parecen tanto a las personas.
Арлекины и пираты, циркачи и акробаты,
И злодей, чей вид внушает страх.
Волк и заяц, тигры в клетке -
Все они марионетки
В ловких и натруженных руках.
Волк и заяц, тигры в клетке -
Все они марионетки
В ловких и натруженных руках.
Arlequines y piratas, artistas y acróbatas,
y malvados, que sólo verlos da miedo.
El lobo y la liebre, los tigres en la jaula.
Todos son marionetas
en manos diestras y expertas.
El lobo y la liebre, los tigres en la jaula.
Todos son marionetas
en manos diestras y expertas.
Кукол дергают за нитки,
На лице у них улыбки,
И играет клоун на трубе.
И в процессе представленья
Создается впечатленье,
Что куклы пляшут сами по себе.
Los muñecos penden de un hilo,
en su cara hay sonrisas,
y un payaso toca la trompeta.
Y en la representación
va surgiendo la impresión
de que los muñecos bailan por sí mismos.
Ах, до чего порой обидно,
Что хозяина не видно,
Вверх и в темноту уходит нить.
А куклы так ему послушны,
И мы верим простодушно
В то, что кукла может говорить.
А куклы так ему послушны,
И мы верим простодушно
В то, что кукла может говорить.
Oh, hasta qué punto es una pena
que el titiritero no se vea.
El hilo sube a la oscuridad.
Y tanto los títeres le obedecen,
que creemos simplonamente
que el títere puede hablar.
Y tanto los títeres le obedecen,
que creemos simplonamente
que el títere puede hablar.
Но вот хозяин гасит свечи.
Кончен бал и кончен вечер,
Засияет месяц в облаках.
И кукол снимут с нитки длинной,
И, засыпав нафталином,
В виде тряпок сложат в сундуках.
И кукол снимут с нитки длинной,
И, засыпав нафталином,
В виде тряпок сложат в сундуках.
Pero el amo apaga la luz.
Ha acabado la velada,
la luna irradia entre las nubes.
Y sacan a los muñecos de los hilos,
los rocían de naftalina,
y los tiran al baúl, como un trapo.
Y sacan a los muñecos de los hilos,
los rocían de naftalina,
y los tiran al baúl, como un trapo.
Después de letras como éstas (suena actual, ¿verdad?), por mucho que pierdan en español, la comparación con "Moscú no duerme", y con todas las vaciedades musicales que nos enchufan, no es que sea odiosa: es que es para echarse a llorar.
Alf, tienes que hablar de la increíble capacidad de bilocación de algunos cantantes rusos.
ResponderEliminarSupongo que recuerdas que hace unos pocos años sacaron una ley por la que prohibían el play-back en conciertos anunciados como "en vivo"... sí, parece ser que anunciarlo como "en vivo" era simplemente para indicar que no eran zombies los que cantaban.
Ya sabes los famosos casos de un mismo artista dando 2 o más conciertos simultaneos en varias ciudades rusas.
Kloonich Parecerse a la Pugachova o algún otro tiene sus ventajas.
Recuerdo cuando a los jóvenes de entonces se nos decía que en la Unión Soviética no existía la música rock.
ResponderEliminarAños después descubrí a Mashina Vremeni y Kino. Auténticas maravillas.
Era parte de la Guerra Fría.
Me mola leer cómo sacrificas músicos sin compasión... qué cruel... jaja...
ResponderEliminarKloonich, sí que me hizo gracia en su día esa noticia; ahora bien, que parecerse a la Pugachova tenga sus ventajas me parece indecente. Al nivel de parecerse a Belén Esteban, vamos.
ResponderEliminarFrancisco, lo bueno del caso es que lo decían los propios rusos, no los pérfidos capitalistas. A ver si me curro una entrada sobre acompañamiento musical en las clases de ruso.
Al'bert, sí, la verdad es que ya van quedando pocos... a ver si me modero.
Vaya en lo que me he fijado, Alfor: los clasicorros alemanes en la estantería. Heinrich Böll, Thomas Mann... ¡Qué estómago, Alfor, qué estómago!
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