Si me quito la toga de jurista y me pongo el disfraz de especialista en marketing, el hecho de que lo de Potyomkin fuera verdad o mentira no tiene mucha importancia. En marketing, las cosas no son como son realmente, sino como se perciben, así que tanto Potyomkin como sus enemigos, si lo han hecho tan bien como para que todos creamos lo que dicen, han construido una nueva realidad. La frase ha pasado, no ya a la historia, que también, sino al presente y está vivísima en Rusia, donde es una realidad diaria.
Leamos lo que dijo anteayer el panfleto amarillo huevo destinado a loar las virtudes del Gobierno ruso. Me refiero a la Rossiyskaya Gazeta, y el enlace donde viene todo el artículo en ruso está aquí. El fondo del artículo viene del reciente programa "Línea directa", en el que Putin se somete a un montón de preguntas por parte de la población en general y que tiene lugar una vez al año. Putin es un tipo bastante valiente y no suele poner demasiados controles a las preguntas. En este caso, recibió una denuncia, más que pregunta, de un cardiólogo de un hospital de Ivánovo llamado Iván Jrenov. Veamos un extracto del artículo:
El cardiólogo se hizo famoso despues de revelar a Vladimir Putin una falsedad sucedida en el hospital clínico comarcal de Ivánovo, que fue visitado por el primer ministro en noviembre de 2010. Según Iván Jrenov, los "nuevos equipos", que se habían traído la víspera de la visita del primer ministro fueron desmontados rápidamente. Además, el cardiólogo, que consiguió pasar sin mucho trabajo los filtros de "Línea directa", aseguró que se ordenó mentir a los médicos y enfermeras, para que dijeran que tenían un sueldo más alto; por otra parte, durante la visita se expulsó a los enfermos, que fueron reemplazados temporalmente por "trabajadores disfrazados".
Según todos los indicios, Iván Jrenov está muerto laboralmente (y ojalá sea sólo laboralmente) en la región de Ivánovo. El articulista de RG, algo escandalizado por semejante atrevimiento y crítica al poder hospitalario establecido, que además ha recibido amplio eco en la internet rusa, no deja de lanzarle puyas en todo el artículo. Bueno, hasta que ocurrió un hecho que convirtió a Jrenov de apestado en héroe: una simple llamada de Putin. Véase el último párrafo, añadido al artículo después y que cambia totalmente el tono del mismo:
Se ha sabido que el viernes Vladímir Putin llamó al médico de Ivánovo Iván Jrenov y se interesó por lo ocurrido después de que el médico llamara al presidente del consejo de ministros por "Línea directa" y se quejara de que, al parecer, le habían montado "pueblos de Potyomkin" (la expresión vive, como se ve). "Confirmo que tal llamada tuvo lugar", dijo a ITAR-TASS el secretario de prensa del primer ministro, Dmitry Peskov. Ayer se envió a Ivánovo una inspección de la fiscalía y del Ministerio de Sanidad y Desarrollo Social.
Uno se puede imaginar cómo serían en ese hospital de Ivánovo los días previos a la visita de Putin. Apuesto lo que haga falta a que incluso el mejor hospital de Ivánovo (posiblemente ése, puesto que lo querían enseñar) es una vergüenza nacional y un nido de ratas impresentable y que había que hacerle un "kosmetichesky remont" por lo menos. Lo cual ya nos indica que, desde los tiempos de Gogol y "El inspector", las cosas en Rusia no han cambiado lo más mínimo. Y no es un problema de la Rusia actual, no. Ayer mismo estuve comiendo con el que estuvo encargado de preparar la visita de Ronald Reagan a la Unión Soviética en los ochenta, y me contaba cómo estuvo reconstruyendo a toda prisa y llenando de productos importados de Finlandia todas las tiendas del barrio que iba a visitar la esposa de Reagan, para que tuvieran una buena impresión del nivel de vida soviético.
Al final, la visita de Reagan se canceló. Eso que salieron ganando los habitantes del barrio, que pudieron consumir durante un tiempo productos importados de Finlandia.
Los burocratas son unos verdaderos artistas del "escaparatimo" desgraciadamnete es algo común y en muchas ocasiones ademas enriquece al que lo practica. El doctor Jrenov ha demostrado una valentia que cada dia es menos frecuente en una sociedad lacrada por el clientelismo y la arbitrariedad. No se como en Moscú a los capitalinos siempre gusta mucho de presumir pero en las provincias la sanidad pública dejó de existir hace mucho.
ResponderEliminar¿Por qué la mayor parte de las cosas que pasan en Rusia son para echarse a llorar? No se puede oír el Eco de Moscú sin que se te queme la sangre...
ResponderEliminarPor cierto, en alemán existe la expresión Potemkinsches dorf en referencia a una cosa de mentirijilla o aparene...
¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO A D. ALFOR, Y A LOS ENTUSIASTAS SEGUIDORES DEL BLOG!.
ResponderEliminarDitifet.
Andriey, en la misma Moscú la sanidad pública es bastante mejorable, por decir algo suave. En las provincias no quiero ni pensarlo.
ResponderEliminarBeloemigrant, es que el Eco de Moscú es una emisora opositora, y es normal que saque a la luz toda la porquería que encuentra (y no da abasto). Yo, para ilustrar mis noticias, utilizo la Rossiyskaya Gazeta, que es la cosa más vendida al poder que haya parido madre. Si incluso allí salen escándalos, es que la cosa es realmente muy seria.
Ditifet, ¡feliz Navidad, igualmente, y próspero año 2011!