Esta época del año se caracteriza, para los residentes en España respetuosos con sus deberes, por ser la temporada en que la administración tributaria española cruje a sus ciudadanos con la pretensión de que una parte de su renta vaya a engrosar las arcas públicas. Como el común de los ciudadanos españoles tiene dificultades para desentrañar el proceso de elaboración de declaraciones de renta, nos toca ayudarles a los que sabemos las cuatro reglas tributarias, seamos o no residentes fiscales en España.
Es así como me he estado viendo en los últimos días, situado ante la pantalla del ordenador, con el programa de ayuda, bajando datos fiscales de mis familiares más directos y tratando de descubrir las maneras de optimizar sus declaraciones, cosa difícil, porque, a estas alturas del año, complicado está lo de corregir el pasado.
Entretanto, los niños, ya con vacaciones, revolotean por la casa desocupados. Ro, por ejemplo, algo aburrida de revolotear, acaba por aparecer por mi habitación y, al verme ensimismado, buscando deducciones de la cuota y calculando amortizaciones semilegales y cualquier cosa asimilable a un gasto deducible, se acerca con curiosidad y se pone a mirar la pantalla. Aquello parecía entretenido.
- Papá...
- Mmmm... ¿sí, Ro?
- ¿Que estás haciendo?
- Ah, estooo... pagar impuestos.
Y Ro me miró con sus enormes ojos oscuros, abrió la boca y dijo:
- ¿Revolucionarios?
Jo, qué tía. Es la mejor definición del sistema impositivo español que he oído jamás.
Jajajajajaa.... Aprenden rápido de su progenitor, si señor...
ResponderEliminarBesitos, Alfito. Espero verte en unos días....
Esterita, ya me gustaría.
ResponderEliminar