Cuando salimos de la modesta capillita donde tiene lugar la misa de niños en español en Moscú, y volvemos a la catedral de la talla XXL, los niños comienzan a desmandarse.
Ame: ¡Papá! ¡Papá! ¡El niño Jesús le está dando un caramelo a la Virgen!
Y, efectivamente, ahí está.
(Por cierto, entre los católicos eslavos, es habitual que el Belén y los demás adornos estén expuestos durante todo el mes de enero, no sólo hasta el fin del período litúrgico navideño)
Alfor: Mmmm... sí... anda, vamos a sentarnos.
Ro: ¿Y cómo han colgado eso de ahí? ¿Han cogido una escalera muy larga y han puesto a Pau Gasol encima?
Alfor (aguantando la risa): Pfpfpfpf... baja el dedo, que señalar está feo.
Abi: ¡Papá! ¡Ese señor me está mirando allá donde voy!
Alfor: Pues vete acostumbrando, porque el año santo sacerdotal aún tiene para largo.
¡Que va! El Pryca es el Pryca, y lo de Sedaví el continente.
ResponderEliminarY es que eso de la misa no mola. Molan las misas de las bodas: que vas de resaca, las de bautizos: que vas medio dormido...
Aunque con Ro parece que se anima el cotarro.
Está claro Alfor, seis ojos ven mas que dos...
ResponderEliminarDile a Ro, que si la escalera fuera de verdad muy, muy larga, podría haberlo puesto ella...
Id con cuidado
Behemoth, ¿Sedaví? ¡Alfafar! Y el Pryca es el de Chirivella.
ResponderEliminarDanferesp, como que prefiero no decirle nada, que aún buscará la escalera y será capaz de subirse.