viernes, 15 de enero de 2010

Nevando en Valencia

Finalmente, las vacaciones tocan a su fin. Las mías, porque Ame vive en un estado vacacional permanente, sólo interrumpido por esporádicas peticiones de que se curre un poco los ejercicios de colegio a distancia en el que está matriculado; el único problema es que él no sabe que está de vacaciones; si lo supiera, estaría mucho más contento con su suerte. Pero, como ustedes no paran de preguntar por Ame, no tengo más remedio que mencionarlo.

Los demás miembros de la familia sí sabemos distinguir el asueto (ahora) del sudor de nuestra frente (a partir del lunes que viene), y en general preferimos lo primero. Hay que decir que no se puede decir que hayamos tenido mucha suerte con el tiempo en España: nos ha tocado una retahila interminable de lluvias persistentes, en Madrid y, lo que es tremendo, en Valencia y, como ya sabemos, en plena cabalgata de Reyes; nos ha tocado una ola de frío en toda España, Valencia incluida, y nosotros con una calefacción primitiva en la casa; nos ha tocado, ayer mismo, el temporal de viento más brutal en Valencia en los últimos veinte años (el anterior fue de 1987 y hubo muertos). Vamos, que mientras en Moscú estaban con temperaturas bonancibles de entre cinco y quince grados bajo cero, que se aguantan perfectamente (sobre todo si estás calentito dentro de casa), aquí el tiempo no ha molado nada. Sabemos, además, que en Madrid, como en buena parte de España, ha nevado lo suyo, y hasta hay quien dice que en Valencia tambien nevó.

Y ahora la pregunta, ¿es eso cierto?

Es cierto que hacía fresquito, que los termómetros bajaron hasta los dos grados y que eso, sin ser una salvajada, sí que es frío. Ahora bien, el viernes pasado, que fue el pico de la ola de frío, los valencianos no paseaban tiritando, sino erguidos con una pose orgullosa. Y decían:

- ¡Esta mañana ha nevado en Valencia!

Y luego seguían camino, como si hubieran vivido un día singularmente importante que les alejase de la mediocridad. Se cuenta que, cuando Napoleón derrotó a las fuerzas aliadas en Austerlitz, un buen 2 de diciembre de 1805, dirigió una conocida arenga a sus soldados: ¡Soldados! ¡Estoy orgulloso de vosotros! Cuando, en el futuro, digáis "Yo estuve en Austerlitz", los que os escuchen dirán: "He ahí a un valiente."

No parece sino que los valencianos piensen que, en el futuro, podrán decir: El terrible 8 de enero de 2010, cuando hacía un frío húmedo insoportable, yo estaba en Valencia aguantando con arrojo los aldabonazos del destino. Y entonces, de buena mañana, nevó copiosamente en la ciudad, cosa que no había pasado nunca y que provocó el pasmo de los más apocados. Y podrán mirar a los demás, que no vivieron tan alta ocasión, como blandengues aburguesados.

En realidad, nieve, lo que es nieve, yo no he visto, al menos a la altura del suelo. Sí que es cierto que, durante un ratito poco antes de las ocho de la mañana, caían copitos de aguanieve que se disolvían bastante antes de llegar al suelo, posiblemente antes de tocar el nivel de las farolas. Si los valencianos quieren llamar "nieve" al aguachirri descafeinado que goteaba cansinamente por sus calles, y así poder decir que Valencia es un lugar tan duro (o más, por la humedad) como la cima del Aconcagua, por lo menos, pues no seré yo, valenciano al fin, el que les quite la ilusión.

Pero nieve, y mucha, será lo que voy a ver a partir de pasado mañana. Y no vayan a creer que me pierden las ganas de volver.

4 comentarios:

  1. ¡¡SOY JUDÍO, SOBREVIVÍ AL HOLOCAUSTO!!

    ResponderEliminar
  2. Orayo, No entendi el chiste.

    Y de entenderlo, no me hizo gracia.

    ResponderEliminar
  3. Depende a lo que te refieras con Valencia. En la capital cayó algo de nieve, aunque hace 2 años ya pasó lo mismo. En los pueblos y en cotas altas, fue una pasada lo que nevó.

    No sé qué sensación térmica habría en la capital, en los pueblos, según canal 9, -30.

    ResponderEliminar
  4. Orayo, ya ves que hay cosas con las que no se debe bromear, aunque sea sin mala intención.

    Kozure, seguro que ha sido sin mala intención.

    Bemehoth, con Valencia me refiero a la ciudad en su sentido estricto de cap i casal del Regne, porque fue donde sus habitantes se engallaron con la supuesta nieve que les había caído.

    Sí, es cierto que en toda Valencia en sentido amplio hay lugares en los que puede nevar a base de bien, y me consta que así ha sido esta vez.

    Por cierto, ¿no es chocante que Valencia sea la única región de España (excepto Madrid, que hasta hace cuatro días pertenecía a Castilla la Nueva) en la que coinciden el nombre de la capital y el de la región?

    Creo que si Valencia se llamase de cualquier otra manera, no se, Edetania, por ejemplo, los de Alicante estarían menos susceptibles con nosotros.

    ResponderEliminar