La aduana rusa requiere una exactitud y perfección encomiables, a veces lejos de las posibilidades del común de los mortales. En los comentarios a la última entrada se citaba un caso en que un envío por DHL no llegaba a su destino. Es un caso común. DHL España y DHL Rusia son dos mundos distintos: los primeros no paran de tomar envíos prometiendo que los entregarán, y los segundos no paran de encogerse de hombros y de echar las culpas de no entregarlos a la aduana.
Y digo yo, ¿no será posible formalizar matemáticamente un poquito este desenfreno? Voy a intentarlo.
Rusia es un país con una buena dosis oriental, y ya se sabe que en Oriente los números tienen una simbología especial. Los números que simbolizan la perfección son el 3 (como la Santísima Trinidad) y el 7 (como los siete sacramentos, los siete sabios de Grecia, o las siete maravillas del mundo). La imperfección, en cambio, la simboliza el 6, un intento fallido de llegar a la perfección, que es el 7. Creo que todos sabemos que el famoso número 666, el de la Bestia, es un triple intento (fallido), por llegar a la perfección.
El número fatídico, obviamente, es el 13 desde que ése fue el número de los comensales en la Última Cena. Y tenemos otro número que podemos utilizar, que es el 40. El 40 simboliza un largo tiempo de paciencia, como los cuarenta años de travesía del desierto del pueblo elegido, los cuarenta días de ayuno de Jesucristo, o la propia Cuaresma. Un tiempo laaaaaargo.
Imaginemos que un procedimiento aduanero ruso es una ecuación matemática, y sea ésta ecuación la siguiente:
x2 = 9
Las soluciones son, naturalmente, 3 y -3, pero obviemos en este ejercicio las soluciones negativas, que no tienen sentido. Tres, pues, el número perfecto. Hay que ser perfectos para llevar a buen término el procedimiento aduanero.
¿Y si no lo somos? ¿Y si, por ejemplo, encomendamos nuestro envío a, por ejemplo, DHL España, que sabe de las aduanas rusas tanto como yo de las nigerianas? Eso es un error fatídico (es decir, un trece) que pone de su parte el remitente en su parte de la ecuación, la izquierda. Y, como lo pone de su parte, le ponemos un signo de más.
x2 + 13 = 9
y, por tanto:
x2 = 9 - 13 , o sea: x2 = - 4
¿Qué solución tiene el problema después del error? Claro, la solución es, como todos los que hemos currado con números complejos sabemos, 2i. Pero hay un problema, y es que esa solución no es real. Es una solución puramente imaginaria, y no esperéis en las aduanas ninguna imaginación, ni simpatía, ni nada.
Entonces, ¿qué hacemos?
Hay dos soluciones posibles. La primera es echarle paciencia, paciencia y paciencia y aguantar un tiempo largo, devolviendo el envío a su origen o haciendo complicadas operaciones de cambio de régimen aduanero mientras a los aduaneros les da la risa. Como ya sabemos, el tiempo largo lo simbolizamos con el número 40 y representa una pérdida (con signo negativo, pues), para el remitente. Así pues:
x2 - 40 = - 4
Por tanto:
x2 = 36
¡Ajá! Aquí sí hay solución, y es 6. Peeeeeero, como ya hemos visto, el 6 simboliza la imperfección. Y así es: para cuando hayamos terminado el procedimiento aduanero, el destinatario ni se acordará de que tenía que recibir un envío de nuestra parte. Eso sin contar las tarifas de almacenaje, que son como para mear y no echar gota.
¿No hay otra solución? Pues seguramente sí. Como en otras ocasiones hemos visto, una "generosa contribución" al bienestar personal del aduanero encargado de nuestro caso puede hacer milagros. La contribución debe ser la cantidad perfecta ¿Y cómo la simbolizamos? Pues con nuestros números perfectos. Nuestro primer número perfecto es 3 (vaya, el que hubiera sido la solución al principio), pero, si lo utilizamos en la ecuación, nos queda:
x2 - 3 = - 4
Ponemos el signo negativo porque, claro, para nosotros la "contribución generosa" significa un desembolso. Pero parece que va a haber que desembolsar más, porque:
=> x2 = - 1
y, por tanto:
x = i
Peeeero i sigue siendo una solución puramente imaginaria. No es real.
Vamos a desembolsar algo más. A ver si sirve nuestro segundo número perfecto, el 7. Ojo: ya es más caro que la primera solución.
x2 - 7 = - 4
y así:
x2 = 3
Y, por fin, tenemos solución: . Es cierto que se trata de una solución irracional.
Pero, al menos, es real.
Moraleja: En vuestras relaciones con la aduana, sed perfectos y no os equivoquéis ni en una coma.
De lo contrario, podéis acabar haciendo el número.
jajajaja esta ha estado muy pero que muy imaginativa y graciosa, más lo primero.
ResponderEliminarA mi nunca me han devuelto nada si bien las empresas de mensajería sólo las he utilizado para envio de documentos ,para envios algo más grandes Correos y para más grandes pues hay algunas empresas ucranianas que hacen envios aunque estas no son de mucha seriedad ,la última vez tardaron 6 MESES!!! en entregar el paquete ,lo perdieron durante 5!!! y al final apareció cuando ya iba pasar de las palabras gruesas a las acciones...
ResponderEliminarUn truco que se siempre empleo es directamente hacer trampa y declarar que en el paquete hay juguetes , ropa usada , libros y cosas por el estilo para no despertar la codicia ni la inquina del funcionario de turno.
saludos!
Behemoth, pues la verdad es que me he divertido mucho escribiéndola.
ResponderEliminarAndriey, con documentos y envíos de hasta diez kilos no suele haber problemas, pero a partir de ahí ya la cosa cambia y las aduanas pueden considerar el envío como carga aduanera. Y eso complica las cosas.
Simplemente genial. +1 :-)
ResponderEliminarMuy bueno muy bueno
ResponderEliminarSl2
Dios, Alfito, deja de estudiar un poco...
ResponderEliminarBesitos